Capítulo 18

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Bokuto POV

¡El pelo negro le queda genial! No dejé de mirar a Shoyo hasta que llegamos a la escuela.

Era muy extraño, como en esas pelis de zombis donde las calles están desiertas. No se veía a ningún estudiante, aunque era normal siendo domingo. Pero los profesores sí que estaban.

- ¿Dónde está la oficina del director? – preguntó mi angelito.

- Está en el edificio de los departamentos. Hay un par de edificios con las clases, todos los gimnasios para cada deporte y club y un edificio para los profesores – expliqué. Shoyo me miraba con cara de asombro.

- ¡Eso es genial! ¿Vamos?

- ¡Vamos! – le di la mano a Shoyo y fuimos corriendo hasta el edificio de los profesores. Creo que Akira nos seguía caminando.

Llegamos al vestíbulo del edificio y fuimos al mostrador donde estaba el secretario.

- ¿Bokuto? ¿Qué haces por aquí un domingo? – preguntó, extrañado. Yo me puse una mano en el pecho, orgulloso.

- ¡Ayudar a mi angelito! ¿Podemos ir a la sala del director?

- ¡Así que por fin tienes novia! Felicidades a los dos.

- N-No, e-en realidad- - quiso decir Shoyo, pero el secretario (se llama Ben, es extranjero. ¡Su acento mola mucho!) la interrumpió.

- No hace falta ponerse nerviosa, señorita. Bokuto, ya sabes dónde está el despacho.

- ¡Sip! ¡Vamos, princesa! – dije, sonriendo, y llevé a Shoyo hasta la oficina.

Cuando llegamos llamé a la puerta y miré a Shoyo. Se notaba que estaba nerviosa, así que la abracé.

- ¡Adelante! – gritó el director desde dentro.

Le di la mano y vi que estaba sonrojada. Sonreí más y entramos al despacho. Nos sentamos en las dos sillas que había delante del escritorio.

- Bien. ¿Tú eres la nueva estudiante de la que me habló Bokuto? – preguntó el director.

- S-Sí, soy yo.

- Necesito saber tus datos personales para inscribirte. Ya se me ha informado de que estás en una situación delicada. – comentó el director. Me parece que seré un espectador mientras ellos hablen, así que cogí la mano de Shoyo para que no estuviese tan nerviosa. Parece que se relajó.

- Sí, v-verá... esta tarde seguramente sea anunciada muerta por la tele, así que no le podría decir mi nombre a nadie o mi padre me encontraría, y como no tenemos pruebas contra él, volvería a pegarme y no podría soportarlo. Mi tía me está ayudando.

- Y-Ya veo... sí que es una situación extraordinaria.

- Sí, y necesito de verdad poder venir aquí. Estoy viviendo con Bokuto y Akira, su prima, pero no tengo ninguna de mis pertenencias. Se quedaron en casa la noche que... q-que mi padre casi me m-mata...

- No pretendía desenterrar recuerdos negativos, lo siento.

- No pasa nada, es necesario. Me gustaría estudiar aquí durante toda la etapa de la preparatoria, y ser parte del club de voleibol.

- Está bien, hablaré con el equipo femenino – dijo el director.

- Ah, no, yo quiero estar en el masculino. Llevo toda mi vida jugando con chicos.

- Ah, ¿sí? Eso es nuevo, no había oído hablar de ninguna chica en equipos masculinos. ¿Cómo te llamas? Tu información personal solo la sabré yo porque tengo que inscribirte.

- Soy Hinata Shoyo, antes estudiaba y jugaba en Karasuno, en la prefectura de Miyagi. Y todos creen que soy un chico porque fingí serlo durante toda mi vida por culpa de mi padre.

- Perfecto, Hinata. Por favor, llena esta hoja para inscribirte en la escuela y esta otra para el club de voleibol. – le dio dos hojas a Hinata y un boli, y ella empezó a escribir. El director me miró.

- Como veo que ya sabías todo lo que pasa, será mejor que seas tú quién se encargue de enseñarle todo y guiarla durante los primeros días. ¿Te parece bien?

- ¡Genial! ¡Así puedo estar todo el día con Shoyo! – dije, muy feliz, y miré a Shoyo. Ella sonreía.

- Estará bien tener a alguien a quién conozca. Literalmente todo es nuevo para mí.

- Teniendo en cuenta que no tienes pertenencias ni dinero propio, nosotros te daremos las libretas y los libros de texto.

- Muchas gracias, señor – dijo Hinata, y le entregó las dos hojas llenas con su información personal.

- Es lo mínimo que podemos hacer. Una última cosa, ¿qué calificaciones sueles tener?

- Sobresalientes... aunque me cuesta muchísimo sacar esas notas y lo hacía obligada. ¿Podría ir a una clase de nivel algo más bajo?

- Sí, no hay problema. Recoge los libros, libretas y el uniforme en la recepción y nos vemos mañana. Suerte en tu primer día – dijo el director.

- Gracias – dijo Shoyo mientras se levantaba.

Me levanté y salimos del despacho. Ella suspiró.

- ¡Pensé que iba a darme algo de los nervios que tenía!

- Tranquila, ya está todo arreglado.

- He decidido algo – dijo, seria.

- ¿El qué?

- Le contaré al equipo quién soy, pero el resto de la escuela no sabrá mi nombre. Así que mis únicos amigos serán los miembros del equipo...

- Sí, pero se puede confiar en ellos. Seguro que Akaashi se queda flipando y luego te trata como a un bebé por todo lo que has pasado. Incluso te dirá que tengas cuidado al saltar – los dos nos pusimos a reír, pero paramos al ver a Akira en el vestíbulo intentando ligarse a Bob.

Bob estaba muy incómodo.

- Primita, yo no intentaría liar con Bob.

- ¿Por qué no? – preguntó, confundida. Shoyo también lo estaba.

- P-Porque soy gay... - susurró Bob, y Akira se quedó mirándolo unos segundos.

- ¡Lo siento mucho! ¡No lo sabía! – se disculpó Akira.

- No pasa nada, ha sido algo divertido para mí. – confesó Bob, sonriendo -. ¿Necesitáis un uniforme femenino y todo eso?

- Si, por favor – contestó Shoyo, y se acercó al mostrador. Yo seguía riéndome por la situación de antes.

Bob le dio el uniforme y una mochila negra, como las que sirven para llevar los libros de texto y libretas, con todo lo que necesitaba dentro.

Antes de que pudiera decir algo, cogí la mochila y me la colgué a la espalda.

- ¿Vamos, princesa? – pregunté, dándole la mano y sonriendo, y haciendo que Shoyo se sonrojara mucho.

- V-Vamos – susurró.

Los tres fuimos a casa directamente porque ya era mediodía y teníamos que hacer la comida.

Espero que no me vuelva a tocar a mí cocinar. 

Alas rotasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora