Alas rotas

Capítulo 19

3ª persona

Akira, Hinata y Bokuto iban a casa. Era mediodía, y después de una pequeña discusión decidieron que Akira cocinaría. Hinata se sentía un poco fuera de lugar, pero se divertía viéndolos.

Cuando llegaron Bokuto subió la mochila con los libros de texto, libretas y el uniforme a su habitación mientras Akira fue a la cocina y Hinata fue al salón, tumbándose en el sofá mirando hacia arriba.

¿Cómo estarían sus compañeros de Karasuno? ¿Se habrían dado cuenta de su ausencia? ¿La echarían de menos? Hinata no podía dejar de pensar en eso.

- Hinata, pon la tele, por favor – dijo Akira. Como que la cocina y la sala están conectadas se podía ver la tele mientras cocinaba.

Hinata puso la tele y vio que estaban puestas las noticias.

- Akira, quieres otro ca-

- ¡Espera, mira! – gritó Bokuto, que saltó el sofá y cayó ya estando sentado, inclinado hacia delante y mirando la tele con sumo interés.

Akira y Hinata miraron también.

Hinata desearía no haberlo hecho.

- La policía ha encontrado el cuerpo de una joven de 16 años, muerta tras una brutal paliza y un presunto abuso. La víctima es Hinata Shoyo, estudiante de primero de preparatoria en Karasuno, y jugaba en el equipo masculino como un chico. No hay sospechosos, por lo que la policía decide investigar sin revelar nada al público para una mayor eficacia. Rogamos que tengan cuidado al salir de sus hogares. Aquí hay una foto de la víctima. Mi más sentido pésame a los amigos y familiares de Hinata Shoyo – anunció la presentadora, en la televisión.

- Bueno, parece que no hay vuelta atrás definitiva-

Akira se giró para ver a Hinata con lágrimas en las mejillas. Estaba en shock; aún no se había dado cuenta realmente de lo que hacía. Ahora todos pensaban que estaba muerta, incluso su padre. Pero todos los demás también. Ese canal era el nacional... todos los equipos, toda la gente contra la que ha jugado podría saber que está muerta.

- ¿Angelito? ¿Qué pasa? – preguntó Bokuto, asustado ante la idea de que Hinata se arrepintiera y se fuese.

- E-Es que... no me había dado cuenta hasta ahora... soy libre... pero ¿totalmente libre? Mi padre no volverá para hacerme daño, ¿no?

- No, puedes estar segura de eso. Y si pasara algo nos tendrías a nosotros. Te protegeré, ¿vale, princesa? – dijo Bokuto mientras le acariciaba la cabeza. Hinata, que hasta ahora había tenido la mirada fija en el televisor, miró a Bokuto y lo abrazó.

- Gracias... muchísimas gracias...

Empezaba a oler a quemado. ¿Quemado?

- ¡Que se me quema la comida! – gritó Akira, se levantó corriendo y consiguió salvar la comida del desastre. Esa escena hizo que Hinata se relajara y riera un poco.

- Kotaro, ¿todos los amigos que tienes en el equipo van a ser mis amigos también?

- Sip. Todos. Incluso Akaashi – dijo Bokuto, algo sonrojado porque le llamara por el nombre.

- Eso es... genial – dijo Hinata, sonriendo mucho.

Entonces Akira llamó a los dos para que fuesen a comer y se sentaron en la mesa. Mientras comían iban haciendo bromas, riendo y comentando aspectos de la vida cotidiana. Dejaron clara la rutina que seguirían (Akira solo estaría en casa para desayunar y vendría por la tarde por el horario de la universidad, y Hinata y Bokuto irán juntos siempre porque los horarios de los patios y las pausas para comer son los mismos.).

Esa tarde la pasaron jugando a la Play, bailando con la música a todo volumen y Hinata disfrutaba de que la mayoría de sus heridas se hubiesen curado. Solo quedaba que las costillas acabaran de curarse.

Por la noche, después de cenar, Hinata estaba cansada así que se fue a la habitación de Bokuto y se puso una sudadera grande y negra de Bokuto y unos calcetines gorditos que le había dejado Akira.

Se tumbó mirando a la pared mientras esperaba a que Bokuto se acabara de cambiar y notó unas manos deslizándose por su cintura. Tuvo un escalofrío, pero se relajó al notar que era Bokuto, que la abrazaba. Se giró y lo abrazó.

Los dos cerraron los ojos y se durmieron rápidamente, ya que el día había sido muy largo.