Capítulo 32

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Bokuto POV

Lavé la ropa de Shoyo y la mía a mano y la dejé tendida en el baño, estaría seca por la mañana.

Fui a la cama y vi que Shoyo ya estaba dormida, abrazando un cojín. No pude resistirme, le hice una foto y la puse de pondo de pantalla, ¡es tan linda!

Me tumbé a su lado y la abracé por la espalda, la acerqué a mi y cerré los ojos. Tardé unos minutos en dormirme.

Por la mañana

Me desperté porque noté movimiento rápido a mi alrededor. Abrí los ojos para ver a Shoyo en ropa interior, cambiándose de ropa.

- ¡Kotaro, llegamos tarde al partido del Karasuno! – simplemente me puse una camiseta de manga corta y unos pantalones, cogí una sudadera y me peiné con las manos rápidamente. Shoyo se quedó mirándome, sorprendida - ¿Cómo te cambias tan rápido?

- No tengo que ponerme tantas cosas como tú. ¿Te peino mientras te pones las lentillas?

- Sí, por favor – fuimos al baño y se sentó en un taburete delante de la pica, se fue lavando las manos mientras yo le hacía una trenza de raíz. Había practicado mucho con el pelo de Akira para poder peinar a Shoyo bien, ¡mi princesa merece lo mejor!

Acabó de ponerse las lentillas y esperó a que acabara de peinarla. Cuando acabé cogí mi cartera y me la puse en el bolsillo del pantalón. Vi que Shoyo iba con una de mis sudaderas y unas mallas negras largas. Seguro que ha sido lo primero que ha encontrado, pero se ve hermosa.

Tomé su mano y miré la hora; faltaban 15 minutos para el partido. En 10 llegábamos al pabellón, así que fuimos tranquilamente y nos sentamos en la grada. El partido era en el pabellón pequeño, que solo tenía una pista, así que solo estaban los fans de los dos equipos que jugaban.

Vi que Shoyo se ponía bien el cubrebocas para que tapara su cara al máximo y nos sentamos en la última fila de las gradas. Estábamos en la parte del Karasuno, pero Shoyo no parecía incómoda, así que no dije nada y nos limitamos a ver el partido.

Por lo que veía, eran más sólidos en defensa y Tanaka tenía más protagonismo que cuando Shoyo estaba en el equipo. Lo que más me llamó la atención fue Kageyama, que parecía nervioso por algo.

3ª persona

En el partido, Kageyama empezó fallando colocaciones por la diferencia del gimnasio, que le impedía calcular bien. No obstante, cuando se acostumbró todavía estaba nervioso. A veces visualizaba a Hinata cuando colocaba, aunque fuese Tanaka quien remataba. Nadie se dio cuenta porque los pases llegaban tan precisos como siempre, pero a Kageyama le asustaba lo que le pasaba. Cuando se enteró de la muerte de Hinata se sintió muy arrepentido de no haber podido despedirse de ella, y cree que ese tormento lo acompañará toda la vida.

En ese momento, en la grada, un castaño hizo su aparición al lado de su mejor amigo. Venían a ver cómo les iba al Karasuno después de perder a "chibi-chan".

Shoyo los vio llegar y se tensó, cosa que Kotaro notó y se giró para ver al Gran Rey, Oikawa Tooru, e Iwaizumi sentarse al lado de su novia.

- ¿Bokuto Kotaro, cierto? ¿Qué hace un jugador del Fukurodani viendo un partido del Karasuno? – preguntó Oikawa. Iwaizumi le dio un golpe en la cabeza.

- ¡Podrías ser más educado, Shittykawa!

- No importa, sí, soy Bokuto – dijo Kotaro, intentando que el pelinegro no golpease otra vez a su amigo. Shoyo rio un poco por la situación, esos dos seguían igual.

- ¿Quién eres? – preguntó Iwaizumi, mirando a Shoyo.

- T-Trece, juego en Fukurodani – respondió Shoyo, nerviosa.

- Oh, nunca había oído hablar de ti. – comentó Oikawa.

- Soy nueva... ¿qué hacéis mirando este partido? El Seijoh queda lejos de aquí.

- Hemos venido a ver cómo les va al Karasuno después de... de la m-muerte de chibi-chan... - Oikawa se puso triste, casi no podía decir la palabra "muerte" y se notaba. Iwaizumi le dio otro golpe en la cabeza para espabilarlo, pero estaba preocupado por su amigo.

- ¿Todavía sigues tan triste por eso? Tú mismo dijiste que debíamos seguir adelante por ella.

- Es difícil, ¿vale? ¡Y deja de golpear mi cabeza privilegiada!

- ¿Por qué os afecta tanto a todos la muerte de esa chica? – preguntó Shoyo. Quería oír lo que pensaban.

- ¿Cómo iba a no afectarnos? Era el sol personificado, siempre animaba a todos con su forma de ser. La simple idea de que alguien le deseara algún mal es... terroríficamente triste e incomprensible. – contestó Iwaizumi.

- Chibi-chan era una de esas personas que querías tener en tu vida porque su mera presencia podía hacerte más feliz de lo que estabas antes. Era inocente, pura y feliz. Me encantaba molestarla, pero nunca lo hacía con mala intención... - confesó Oikawa. Iwaizumi se sorprendió por sus palabras -. El Karasuno es el que peor lo ha pasado, así que venimos a ver cómo pierden – Iwaizumi volvió a golpearlo en la cabeza - ¡vale! Venimos a animarlos.

Bokuto estaba un poco perdido, no conocía a Oikawa ni a Iwaizumi, pero sabía que Shoyo sí. Los cuatro se quedaron viendo el partido, y celebraron la victoria del Karasuno.

- Eso significa que esta tarde, cuando juguemos contra el Kamomedai en la pista central, el Karasuno jugará al mismo tiempo en una pista lateral, ¿no?

- Exacto. Y ahora vamos a comer, que sino Akaashi me golpeará otra vez – dijo Bokuto, ya sintiendo la mano de Akaashi en su nuca.

- En ese caso os animaremos esta tarde – dijo Iwaizumi mientras se despedía y se llevaba a Oikawa arrastrándolo por las gradas.

Shoyo y Kotaro fueron al hotel y comieron con el equipo. Todos fueron a sus habitaciones a cambiarse y, de no ser por Akaashi, Hinata se habría dejado la malla del brazo izquierdo en la habitación.

Como la trenza que le había hecho Bokuto empezaba a deshacerse, se a quitó y se hizo una coleta. Las coletas le salían bien, y se ponía dos gomas para que no se le moviera el pelo durante el partido.

Ya preparados, el Fukurodani fue al pabellón principal para empezar el primer partido del día. 

Alas rotasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora