Capítulo 30

1.2K 133 16
                                    

Bokuto POV

¡Todo estaba listo! ¡Hoy por fin pasará! Levanté el brazo derecho mirando a Akira, era nuestra señal. Vi que ella se agachaba para coger algo del suelo y Dai hacía lo mismo.

- Angelito, ¿puedo taparte los ojos un momento? – pregunté, feliz e impaciente.

- Claro, pero ¿para qué? – preguntó ella mientras se separaba del abrazo.

- Es una sorpresa – le tapé los ojos a Hinata y la giré lentamente para que su cuerpo estuviese encarado hacia la grada. Miré un momento a Akaashi, que les estaba pidiendo un poco de tiempo al otro equipo antes de despedirnos. ¡Mi mejor amigo es el mejor!

Vi que habían acabado de prepararlo todo y sonreí, orgulloso. Quité mis manos de delante de los ojos de Shoyo y la abracé por la espalda.

- Ya puedes abrir los ojos, princesa.

Ella abrió los ojos y lo que vio hizo que se tapase la boca con las manos, muy sorprendida. No me extraña, en vez de la pancarta del equipo que había antes colgada en las gradas ahora había una pancarta que decía "Princesa, ¿quieres ser mi novia?" en letras mayúsculas y con corazones de todos los colores alrededor. Había pasado una noche entera despierto con Akira haciéndola, pero después de ver las mejillas teñidas de rojo de la chica a la que amaba valía la pena.

- ¿Qué dices, princesa? – pregunté dulcemente.

- ¡B-Baka! ¡Claro que sí! – gritó, con lágrimas en los ojos antes de girarse y abrazarme muy fuerte.

- ¡No sabes lo feliz que soy ahora mismo! – dije mientras hundía mi cara en su cabellera y se me caían un par de lágrimas de felicidad.

- Lo sé porque soy igual o más feliz, Kotaro – dijo mientras me acariciaba la espalda.

La miré y sonreí más, era verdaderamente hermosa y maravillosa, divertida, y me entendía perfectamente... era la chica de mis sueños, ni más ni menos.

- ¿Puedo quitarte el cubrebocas y besarte, por favor? – supliqué, pero ella no cedió.

- Ya sabes que no, pero podemos ir a otro sitio donde no haya tanta gente – la cogí en brazos y me olvidé completamente de que teníamos que despedirnos del otro equipo. Akaashi me golpeó en la nuca.

- Tortolitos, hay que despedirse del otro equipo. Todos están preparados ya.

Nos pusimos en fila y nos inclinamos para dar las gracias al otro equipo por el partido. El público estaba como loco por mi declaración, algunos incluso lloraban de emoción en el equipo contrario. Shoyo y yo nos miramos y nos pusimos a reír, felices.

La tomé de la mano y todos salimos de la pista. De camino a las gradas llamé la atención de Akaashi.

- Akaashi, podéis adelantaros, iremos en un momento – dije, él asintió y el equipo fue a las gradas.

Miré a Hinata. Ella ya estaba buscando un sitio con poca gente y sin cámaras, era adorable. Como ya había estado aquí más veces conocía el pabellón y la llevé al pasillo de los baños, como había partidos en curso nadie pasaría por allí.

- ¿Puedo ver tu hermoso rostro ya, ángel mío? – supliqué, poniendo ojos de cachorro.

- ¿He ascendido de angelito a ángel mío? – preguntó ella arqueando una ceja. ¡Cómo amaba cuando se ponía así!

- Te llamaré de muchas formas cariñosas a partir de ahora, si no te molesta.

- Nunca me molestaría, tontito – dijo antes de quitarse el cubrebocas y sonreír de tal forma que iluminó mi existencia entera -. ¿contento?

Alas rotasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora