Capítulo 25

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3ª persona

Hinata estaba de los nervios. Se subía por las paredes, caminaba muy rápido y casi no escuchaba lo que estaba diciendo su mejor amiga.

- Hey, ¿me estás escuchando? – preguntó Dai.

- N-No, perdón...

- ¿Qué te pasa? Estás muy nerviosa últimamente, ¿es por mañana?

- Sí, voy a ver a mamá Suga, a papá Daichi y a todos... - dijo Hinata.

- No te preocupes, ¡tú puedes! Yo estaré contigo, no te olvides – dijo Dai. Era cierto, ella y Akira iban al mismo hotel que el Fukurodani. Había sido complicado, porque ese hotel estaba prácticamente lleno con muchos otros equipos del torneo, pero consiguieron una habitación doble en la misma planta que el Fukurodani e irían a todos los partidos. La función principal de Dai era ser el apoyo moral de Hinata, y Hinata pensaba contarle todo cuando llegaran.

- Lo sé, y gracias por venir – Hinata sonrió y ambas entraron a clase.

No prestó atención a ninguna clase, sino que su mente vagaba entre sus recuerdos. Recordaba a Suga y a Daichi, los únicos padres que ha conocido, y a todos sus hermanos de Karasuno. ¿Cómo estarán todos? ¿Habrá llegado la carta que escribió? Espera que estén bien y muy motivados, ¡sería genial jugar la final contra ellos!

Su mente voló a un búho en particular, Bokuto Kotaro. Era cierto que al principio solo le gustaba un poco, pero a lo largo de las últimas semanas se hicieron muy cercanos y se había enamorado perdidamente de él. Es decir, ¡era genial! No había ningún momento en el que dijese "no me gusta cuando hace eso" o "no me gusta eso de él". Él y su prima, Akira, eran muy diferentes, pero se querían mucho, se notaba que habían crecido juntos y se preocupaban el uno del otro.

Y esa es otra, ¿qué le pasaba últimamente a Akira? Estaba muy centrada en algo, pero cuando le preguntaban sobre ello solo respondía que era un trabajo importante de la universidad. No obstante, cuando querías más detalles cambiaba de tema. Al final Hinata dejó de preguntar, pero una noche vio que ella seguía despierta con ese supuesto trabajo, y eso la preocupó más. Espera que en el torneo no se ponga a trabajar otra vez y la vaya a ver a los partidos...

Y así, entre pensamiento y pensamiento, la mañana pasó volando y llegó el mediodía. Esta tarde los miembros del club de voleibol podían faltar para hacer las maletas y prepararse. Dai no tuvo esa suerte y tuvo que quedarse durante las clases de la tarde.

- ¡No es justo, Trece! ¿Por qué te tienes que saltar química? – se quejó Dai. Química era, con diferencia, la peor asignatura de todas. No tenía nada que ver con el temario, sino por la profesora; era un infierno. "Ojalá se jubilara ya y dejase su puesto a alguna profesora joven y hermosa, a ver si entre nosotras sí que hay química" pensaba Dai cada viernes por la tarde.

- Soy VIP, ¿no lo sabías? A las personas importantes se les trata mejor – dijo Hinata entre risas, mirando a su mejor amiga.

- ¡Te juro que como no ganes y tengamos que volver antes me harás los deberes durante toda la semana! – dijo Dai, un poco enfadada, pero riendo también.

- ¡No! ¡Todo menos eso! – dijo Hinata, haciendo que se desmaya, muy dramática. Las dos acabaron riendo tanto que empezaron a caer lágrimas por sus mejillas.

Fueron a la puerta de la preparatoria, donde las esperaba Bokuto. Al verlo, Hinata fue corriendo y se tiró encima suyo, subiéndose a su espalda y sorprendiendo al mayor.

- ¡Ataque sorpresa! – gritó Shoyo mientras envolvía la cintura de Bokuto con las piernas para no caer.

- ¡Hola, princesa! – Kotaro sonreía muy feliz, giró la cabeza y la besó en la mejilla. Shoyo se sonrojó bastante y escondió la cara en el hombro de su nuevo capitán.

Alas rotasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora