Harry se encontraba sentado en su oficina, con la puerta cerrada, pensando en el informe que tenía frente a él. No era un documento para la empresa. No era ninguna tabla financiera. Ningún correo electrónico que tuviera que responder. Era un documento sobre ___ Carlysle.
Había actuado rápido y le había pedido un favor a la misma agencia a la que había recurrido para investigar a Bethany, que había cabreado a Jace seriamente por entonces. Eran buenos y, más importante aún, eran rápidos.
Tras su encuentro con ____ en el parque, no había podido quitársela de la cabeza. No había podido hacer desaparecer esa fijación que tenía con ella. No estaba siquiera seguro de cómo llamarlo, solo sabía que estaba actuando como Jace cuando conoció a Bethany por primera vez, y Harry no había tardado ni un segundo en hacerle saber a su amigo de su estupidez y de la precipitación de sus acciones entonces. ¿Qué pensaría Jace si supiera que Harry estaba básicamente acosando a ____?
Jace pensaría que había perdido la cabeza por completo. Tal y como Harry había pensado que Jace había perdido la suya -y realmente la había perdido por completo- con Bethany.
Según el informe, ____ tenía veintiocho años. Una estudiante de arte ya graduada que vivía en un estudio en el primer piso de un edificio de arenisca en el Upper East Side. El apartamento estaba alquilado a su nombre, y no a otro hombre. De hecho, había poca evidencia en el informe de la presencia de este otro hombre más que cuando llegaba a recogerla en diferentes intervalos de tiempo. El informe solo reflejaba unos pocos días, ya que era justo el tiempo que había pasado desde que Harry conociera a ____ e inmediatamente pidiera la información.
Pasaba tiempo en el parque con bastante frecuencia, dibujando y pintando. Algunos de sus trabajos estaban expuestos en una pequeña galería de arte en Madison, pero no había vendido nada al menos durante el tiempo que Harry había tenido gente vigilándola. También diseñaba joyería hippie y tenía una página web y una tienda online donde la gente podía comprar sus artículos hechos a mano.
Todas las pruebas apuntaban a que era un espíritu libre. No tenía horario fijo de trabajo; iba y venía cuando quería. Aunque solo habían pasado unos pocos días, parecía que también era una solitaria. Este tipo no la había visto con nadie más que con el hombre que Harry suponía que era su dominante.
No tenía sentido para él. Si ____ fuera suya, estaba claro que él no pasaría tan poco tiempo con ella, ni ella estaría sola tanto tiempo. Le daba la sensación de que ____ era otra más en la lista de ese tío y que, o bien él, o ella, no se tomaba la relación tan en serio.
¿Era todo un juego?
No es que Harry tuviera nada en contra de que la gente hiciera lo que le diera la real gana, pero en su mundo la sumisión no era un juego. Lo era todo. Él no jugaba juegos. No tenía tiempo para ellos, y, simplemente, lo cabreaban. Si una mujer no estaba segura de lo que hacía, entonces no estaría con él. Si querían jugar a ser sumisas, y a un juego de rol mono donde solo lo iban a sacar de quicio para poder ganarse un castigo, cortaba la relación de raíz.
Aunque la mayoría de las mujeres con las que se había acostado había sido con Jace. Ellos tenían sus reglas. Las mujeres sabían dónde se estaban metiendo desde el principio. Bethany había sido la que había cambiado el juego por completo, y la que había roto las reglas. Jace no la había querido compartir, y Harry lo entendía. No lo hizo al principio, pero ahora sí. Sin embargo, eso no significaba que no echara de menos esa conexión que tenía con su mejor amigo.
Por otro lado, con Jace fuera del mapa, Harry estaba única y exclusivamente al mando. No tenía que preocuparse de arrollar a su amigo, de enfadarlo ni de jugar bajo las reglas de otro que no fueran las suyas propias.