Era imposible que la sorpresa de Harry fuera fingida. Claramente lo había pillado con la guardia baja al soltarle aquello. Sus ojos se entrecerraron y se inclinó más hacia ella sobre la mesa. Aún le sostenía una mano, pero cubrió la otra que tenía libre también deslizando la palma sobre sus nudillos.
El hombre era letal. Con cada caricia la seducía, y dudaba de que él siquiera se diese cuenta. O a lo mejor sí. Quizás supiera exactamente lo que estaba haciendo.
-Yo no -dijo en voz baja-. Porque si así hubiera sido, ahora mismo estarías en mi cama.
Su voz salió como un gruñido ronco deslizándose sobre su piel hasta que los pelos de la nuca se le pusieran de punta.
Ella intentó apartar las manos, pero él se las sujetó y no permitió que escapara.
-Sí que eres tú lo que ha pasado -refutó-. Ese día en el parque. Hiciste que me lo cuestionara todo. Y no me gustó lo que descubrí como resultado.
-¿Y qué fue?
Ella se removió incómoda en la silla bajo su intenso escrutinio. No quería mantener esta conversación. Era demasiado íntima. Era demasiado... reveladora. Harry era un hombre al que si le dabas la mano, te cogía el brazo.
-¿Qué hice que te cuestionaras, ____?
Estaba claro que él no iba a darse por vencido.
-Lo que el collar significaba -dijo, accediendo por fin.
-¿Qué quieres decir con eso? -la animó delicadamente.
Ella respiró hondo.
-Las cosas que dijiste, lo que el collar significaba para ti y lo que debería significar para mí. Me di cuenta de eso. Pensé mucho en ello, y cuando fui a ver a Michael para averiguar lo que el collar significaba para él, ni siquiera se percató de que no lo llevaba puesto. Puede que me equivoque, pero pensé que a un hombre no le gustaría el hecho de que su mujer se quitara el collar. Es decir, claro está, si se supone que significa todo lo que tú insinuaste.
-No te equivocas -dijo Harry.
-Es un juego para él. Quizás para mí también lo era -susurró-. Me dijo que me estaba tomando las cosas con demasiada seriedad. Que el collar era divertido, pero sin ningún significado. Es como si estuviera jugando a algún juego de rol y nada de eso fuera real. Y cuando me di cuenta de eso, también me di cuenta de que yo no quería un juego. Aunque al mismo tiempo, no sé si quiero que sea real. Contigo... creo... que sería muy diferente. Con un hombre como tú, me refiero.
-Sí que tiene un significado -gruñó Harry con el ceño fruncido-. Y sí que sería diferente conmigo. ¿Pero sabes qué? Sería real. Y significaría algo.
-¿Qué significaría? -preguntó ella con los labios temblorosos mientras le devolvía la mirada a esos ojos tan intensos.
-Significaría que me perteneces. Solo a mí. Que te sometes a mí. Que te cuidaré, te daré lo que necesites y te haré el amor.
Harry no podía saber el efecto que sus palabras tenían sobre ella. De que le habían llegado tan adentro del alma y habían despertado una parte de ella que no sabía ni que existía. Con Michael, todo había sido un juego, ahora lo veía. Habían sido dos personas actuando, haciendo cosas por el simple morbo de hacerlas. No había nada malo en ello, pero no era lo que ella quería.
Pero la idea de estar con Harry, de pertenecer a él en el sentido que él decía, la asustaba. Era abrumador en todos los sentidos de la palabra.
-Creo que sabes que te deseo, ____. Está claro que no lo he ocultado. La pregunta es si tú me deseas igual y quieres todo lo que te puedo dar. Pero también tienes que pensar en todo lo que yo voy a coger. Porque voy a coger mucho. Te daré más, pero yo me adueñaré de todo.
