Capítulo 4

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*Narra Cindy*

Entramos a mi casa desolados. Hemos pasado por encima de personas. De personas. Por dios. ¿Qué está pasando? Me cambio de ropa para estar más cómoda mientras Kyle intenta contactar con la redacción.

-Nadie contesta y la señal es débil-Kyle cuelga el teléfono mientras mira al suelo.

Cruzo la habitación y lo abrazo, lo abrazo como nunca lo había abrazado antes, como si nunca lo volviera a ver. ¿Y si el chiflado del Doctor Collins tiene razón y esa mierda se está extendiendo? La pregunta me golpea en la cara muy fuerte. Miro a los ojos a Kyle y le beso. Nos besamos con deseo mezclado con ansiedad. Los dos sabemos lo que puede pasar en el futuro si esto se prolonga. Los dos empezamos a temblar como niños pequeños.

-Ky, Kyle-gimoteo- si te pasara algo…No quiero perderte.

-No va a pasar nada-me acaricia la cara con suavidad-nada. Voto por salir de la ciudad a un sitio que no esté así de destruido.

Acepto. Tomamos varias mochilas con ropa mía y la que Kyle tenía en mi piso de otras veces. Cojo cuchillos de la cocina. En estos momentos echo en falta un arma potente. Si esos infectados están pululando por la ciudad no voy a permitir que nos hagan daño.

Estamos preparados frente a la puerta de entrada a mi piso.

-Kyle, pase lo que pase quiero que sepas que te amo-nunca pensé que diría esas palabras, pero supongo que en momentos en los que estás al límite, las personas también están al límite.

-Yo también te amo Cindy, no voy a permitir que nos pase nada.

Nos damos la mano y abrimos la puerta al exterior.

*Narra Sergey*

Kate está cada vez más pálida. Lo único que me hace mantener la esperanza de su supervivencia es ver subir y bajar su pecho. Nunca pensé que esa acción tan simple como respirar fuera tan crucial en estos momentos.

Tio Joe y papá vuelven y examinan a Kate. La tensión me puede y me pongo a llorar. ¿Qué está pasando en el mundo? ¿Se está volviendo loco? ¿Humanos contra humanos? Golpeo la pared y salgo al pasillo.

Pasan varios minutos cuando papá y tío Joe salen de la sala.

-Sergey, Kate tiene una infección muy fuerte y no podemos hacer nada. Hemos avisado a una ambulancia y les hemos explicado el panorama. -Y dicho esto, se van a intentar tranquilizar a la gente del exterior. Las palabras que me ha dicho mi padre se me clavan como cientos de cuchillos en el cuerpo. Golpeo la pared una y otra vez. La rabia me ciega. Es injusto. Entro a la sala con lágrimas en los ojos.

Y ahí está. Kate. Katie. Mi Katie. Luchando por respirar, intentando aferrarse a la vida. Me siento a su lado y beso su mano. Ella emite ruidos pero no consigo entenderla. Los minutos pasan lentos. Son los peores de mi vida. Ella se está muriendo y no puedo hacer nada. Nada. Recuerdo cuando la conocí. Ella estaba estudiando historia del arte. Recuerdo que me dibujaba y me regalaba sus dibujos en los aniversarios. Ella me había dado los mejores momentos de mi vida. Ella era la cura a mis problemas y ahora yo no puedo aliviar los suyos. De repente Kate respira muy fuerte, se está ahogando. Me levanto temblando. Su pecho sube y baja, sube y baja, cada vez más lento, cada vez más retardado, hasta que llega un momento en el que baja, pero no vuelve a subir. Y no sube. Fin. Y en ese momento, siento que una parte de mi vida se ha ido, se ha ido con ella. Le toco la cara, su pelo castaño casi rubio y sus labios.

-Katie-pronuncio su nombre lentamente.

Y me siento en la silla, al lado del cadáver de mi novia. Su alma ya no está, ha dejado su cuerpo, pero ella se ha ido. Yo solo puedo mirar a un punto fijo y ahogarme en la oscuridad.

TWD: A NEW HOPE IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora