TWD: A NEW HOPE I

Capítulo 6

*Narra Cindy*

Me duele mucho la pierna. La luz de los focos de la sala me ciega y me siento muy débil. Sergey. Le debo literalmente la vida. Si no hubiera sido por su rápida intervención me hubiera convertido en un infectado más. Pensaba que estaba sola en el mundo pero ahora veo claro que todavía hay esperanza, todavía hay humanos vivos y estoy decidida a encontrarlos. Cierro los ojos cuando oigo ruidos procedentes de fuera de la sala. ¿Sergey? ¿Infectados? Me quito la toalla mojada, me incorporo con cuidado y alcanzo el bisturí que hay en la mesa que está al lado de la camilla. Me duele la pierna horrores y ahogo gritos de dolor continuamente. No puedo levantarme. Los ruidos aumentan y yo rezo para que no sea ninguna sorpresa desagradable. Se hace un pequeño silencio y se abre la puerta. Sergey. Menos mal.

-Mira que te he dicho que te quedaras tumbada-deja las bolsas y mochilas en una mesa y se acerca a mí. Me toca la frente-parece que ya estás mejor. Has perdido mucha sangre, tu capacidad de recuperación es muy rápida.

-¿Cu…cuanto tardaré en ponerme en pie?-me da miedo hacer esa pregunta pero me lleno de valor y la hago.

-Cuando tú te veas capaz-sonríe.

-Bien-tomo aire-quiero levantarme ahora-Sergey me mira con los ojos muy abiertos y empieza a negar con la cabeza.

-Estás loca Cindy-sonríe irónicamente.

-¿No me vas a ayudar?-empiezo a impacientarme, odio ser una carga-él se mantiene de pie inmóvil-bien, pues lo haré yo sola.

Echo el pie bueno al suelo y lentamente, muy lentamente, echo mi pierna herida. El tocar el suelo origina un dolor punzante que empieza a recorrerme la pierna y grito de dolor. Sergey se acerca automáticamente y yo lo paro con la mano.

-Me has dicho que no me ayudarías y ahora cumples lo que has dicho-siseo entre los dientes, tras decir esto, agarro la camilla e intento echar a andar.

Echo la pierna derecha. Bien. Suspiro. Respiro. Echo la pierna izquierda. Apoyo el pie. El dolor aumenta y me salen lágrimas en los ojos ante tanto sufrimiento. Exhalo aire. Respiro profundamente y termino de apoyar el pie. Y, al pasar un segundo, me derrumbo como una torre de papel.

-No, no, no y ¡NO!-golpeo el suelo y empiezo a llorar, Sergey me tiende la mano. La rechazo y, apoyándome en las patas de la camilla consigo levantarme cojeando. Me siento y suspiro.

-¿Por qué eres tan cabezota? Puedo ayudarte en lo que necesites-Sergey se cruza de brazos mirándome con el ceño fruncido.

Las palabras están en mi boca luchando por salir y yo, solo puedo explotar.

-¿Pero es que no te das cuenta Sergey? Soy. Una. Puta. Carga. Para. Continuar.-lo digo pausadamente y aumentando el tono de mi voz- Y odio eso. Yo soy independiente y me gusta hacer todo por mí misma ¿entiendes? Y si no lo entiendes lo siento mucho. No espero caerle bien a todo el mundo. Mira te debo la vida, pero necesito seguir hacia delante y encontrar a otros humanos para no sentirme sola en este puto mundo. Perdí a mi novio, mi familia está muy lejos y no sé si seguirán vivos y yo solo puedo rezar para poder mantenerme viva día tras día.-me tapo la cara y me pongo a llorar. Sí, he llegado a mi límite.

-Ey, no estás sola-aparta las manos de mi cara y me sonríe-yo estoy aquí, yo también estoy solo. Nos tenemos el uno al otro. Yo también he perdido a mi novia por culpa de estos hijos de puta y mi familia también habrá caído, pero hay que mantenerse fuerte. Tú y yo tenemos que seguir hacia delante.

Niego con la cabeza y bajo la mirada. Decido cambiar de tema.

-¿Has traído las mochilas que te he dicho?-miro hacia donde las ha puesto.