Eunsang y Arin largaron un gran pero gran suspiro luego de estar esas horas en el bus, no fueron muy incómodas ya que se la pasaron escuchando música y hablándose, hasta se hicieron amigos de las ancianita que estaban sentadas frente a ellos.
Ya habian llegado a aquel departamento que había conseguido Eunsang, estaba bastante bonito, moderno y equipado. Ambos se tiraron al sillón color blanco, exhaustos por el viaje.
ㅡBajare a comprar algo para cenar, tu desempaca. ㅡDijo Arin.
La menor tomó un poco de dinero y salió del departamento sin esperar respuesta de su novio, estaba algo nerviosa, era la primera vez en mucho tiempo que iba a mostrarse físicamente, sin contar a sus amigos.
Los 10 pisos los bajo en el ascensor, se sorprendía al ver como personas diferentes aparecían y desaparecían en aquel lugar, eso era normal para ella, ver a todos los fantasmas que habitaban cualquier lugar, era raro que estos no quisieran interactuar con ella, como lo es normalmente, tal vez era porque todos los que Arin había visto en este lugar eran más que nada, ancianos.
Salió del edifício y cruzo a la tienda que estaba en frente, eligió algunas comidas para preparar rápido y algunos vegetales, bebidas y dulces que a Eunsang le encantaban, amaba mimarlo.
ㅡHola, cobrame esto por favor. ㅡsonrió la menor con la voz algo temblorosa.
ㅡ¿Arin?
Todo su cuerpo se tenso y miro hacia arriba, reconocía esa cara, se trataba de Sungjoo, un amigo de la infancia de Seungyoun.
Sonrió incomodamente, por que de todas las personas, tiendas de convivencia y provincias de Seúl, justo aquí alguien tenía que conocerla?
ㅡNo, lo siento, te equivocas de persona. ㅡ Le pago, el chico aún seguía viéndola atónito, como si no pudiera creerlo.
El puso sus cosas en una bolsa y se las entrego, no podía dejar de mirarla, algo dentro de el le decía que si, que era ella.
Arin salió apurada, mirando hacia atrás viendo como aquel chico todavía no le sacaba la mirada de encima, volvio a entrar en el edificio y de apoyo sobre la puerta, sentía su corazón latir con fuerza, que ironía.
ㅡ¿Que sucede? ㅡPregunto Eunsang al ver como Arin mostraba tristeza en su cara.
ㅡAlguien me reconoció. Un amigo de Seungyoun. ㅡDijo Arin, se lanzó a los brazos de su novio y quiso llorar, pero no podía, ella era incapaz de hacerlo.
ㅡNegaste que eras tu, cierto?
Arin asintió y hundió más su cabeza en el cuello de su novio, el acariciaba su cabello tratando de tranquilizar a su novía, quien temblaba, odiaba verla así, no quería que nada en el mundo lastimara a su bebé.
ㅡEsta bien, bebé, ya paso. El probablemente ya se olvidó y ni siquiera debe pasar por su cabeza que eres tú. ㅡDijo con su voz suave, eso lograba tranquilizarla, el simple hecho de escucharlo y sentirlo.
Esta vez Eunsang cocino para si mismo, su novia al ser incapaz de ingerir cualquier cosa, tan solo se sentó y lo observo.
ㅡMañana podríamos primero...ir a pasear, luego a la playa. ¿Te parece? ㅡPregunto Eunsang, sonriendo y tratando de levantar los ánimos de su novia, quien aún tenía la mirada perdida.
ㅡSi, no dejaré que nada arruine este viaje. ㅡArin sonrió y puso su mano en la mejilla de Eunsang, limpiando el borde de sus labios, donde había manchas de salsa. Era todo un bebé.
Luego de que Eunsang cenara, ambos se sentaron en el balcón admirando la ciudad, había un viento leve y un poco de frio, ambos se acurrucaron en los brazos del otro, sin hablar, ambos sabían que querían decirle al otro.
Arin cerró los ojos y se dejó llevar por el momento, dejó que todas las partes de su cuerpo sientan, sus pies frios sobre el piso del balcón, su espalda contra el torso de Eunsang, los brazos de el alrededor de su cuerpo, la respiración suave contra su cuello...estar allí con el, la persona que más amaba en el mundo, la persona que la quería por quien era, Arin deseaba que ese momento durará para siempre, o que por lo menos, pudiera acompañar a Eunsang el resto de su vida.
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