Después de ayudar a Algernon a recostarse en la cama, Angus entró en su habitación, se desvistió y se recostó junto a Marisa. La chica dejó el libro que estaba leyendo para estrechar a Angus entre sus brazos y besarlo varias veces en la frente. Angus suspiró y cerró los ojos, sonriendo ampliamente.
-¡Por fin se durmió! – Murmuró Angus – Estaba muy cansado, los viajes largos siempre lo ponen mal. Pero mañana estará mejor y nadie va a tenerlo en paz.
-¡Hablas de tu padre como si fuera un niño! – Se rió la chica – Pero me alegra saber que por fin se durmió, lo necesita.
-Parece que los dos se han llevado muy bien – Comentó el hombre – No paraba de hablar a cerca de ti.
-Estos dos días sirvieron para conocernos – Suspiró Marisa – Tu padre me agrada, es un hombre muy sabio, me dio algunos consejos, habló conmigo y nos divertimos mucho mirando su colección de fotografías...
-¡Ay no! – Gimió Angus fingiendo estar alarmado – Seguramente te mostró el álbum familiar y te contó la historia de cada una de las fotos.
-¡Claro! – Exclamó ella – Algernon estaba muy emocionado al hablar de tu madre y por supuesto, de su querido Angus – Suspiró – Está muy orgulloso de ti – Dijo mientras lo miraba a los ojos - ¿Estás seguro de lo que dijiste en el aeropuerto?
-¿Qué cosa? – Preguntó Angus con su acostumbrada frialdad.
-¡Angus no juegues! – Dijo Marisa un poco molesta – A tu padre le hace mucha ilusión quedarse aquí, me lo dijo cuando fui a darle las buenas noches. Lo noté muy feliz, ¡su rostro estaba lleno de emoción! Él te ama demasiado Angus y no quiere perderte, desea recuperarte y ansía desesperadamente tu perdón...
Angus la miró fijamente y lanzó un hondo suspiro. Él deseaba lo mismo, acercarse a su padre y tratar de llevarse bien. Su madre le dijo lo mismo que Marisa acababa de decirle, pero su maldito orgullo le impidió acercarse más al anciano.
-Hablé en serio, Marisa – Murmuró Angus con seriedad – Quiero que mi padre se quede aquí conmigo. Sé que allá lo atienden bien y que no está solo – Suspiró – Pero lo conveniente es que esté conmigo, ¡con su hijo! A veces Al es muy testarudo y se pone muy impertinente, al grado de echar a sus empleados – Exclamó cerrando los ojos – La edad le está afectando un poco, se está volviendo senil y comenzará a necesitar vigilancia las veinticuatro horas del día. Y sabes muy bien que en ocasiones yo no puedo viajar...
-Entonces haces esto porque no tienes otra alternativa – Comentó la joven – Porque te estás compadeciendo de un hombre viejo y enfermo.
-¡No, de ningún modo! – Respondió Angus – Sé que se pudo interpretar de esa manera, pero no es así. ¡Quiero estar con mi padre! Deseo arreglar las cosas con él, pero también debo cuidarlo y hacerme cargo de él – Suspiró – Sé que él me necesita, así como yo lo necesito. Por eso deseo que esté aquí conmigo, para intentar ser una familia. Quiero recuperar el tiempo perdido, enmendar mis errores y tratar de ser el hijo que nunca fui - Y lanzó un hondo suspiro mientras cubría su rostro con ambas manos - La vida da muchas vueltas y no sé que vaya a pasar el día de mañana - Murmuró y estrechó a Marisa entre su brazos.
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ONE & ONLY [Tom Hardy Fanfic]
Fanfiction-¿Has pensado en mi propuesta, Marisa? - Respondió Angus sujetando el rostro de la chica para besarla con intensidad. Era una propuesta demasiado tentadora, pero ¡no! Era como prostituirse, vender su cuerpo por dinero. Ella no estaba tan desespera...