VEINTISEIS

935 94 94
                                    

Después de ayudar a Algernon a recostarse en la cama, Angus entró en su habitación, se desvistió y se recostó junto a Marisa

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Después de ayudar a Algernon a recostarse en la cama, Angus entró en su habitación, se desvistió y se recostó junto a Marisa. La chica dejó el libro que estaba leyendo para estrechar a Angus entre sus brazos y besarlo varias veces en la frente. Angus suspiró y cerró los ojos, sonriendo ampliamente.

-¡Por fin se durmió! – Murmuró Angus – Estaba muy cansado, los viajes largos siempre lo ponen mal. Pero mañana estará mejor y nadie va a tenerlo en paz.

-¡Hablas de tu padre como si fuera un niño! – Se rió la chica – Pero me alegra saber que por fin se durmió, lo necesita.

-Parece que los dos se han llevado muy bien – Comentó el hombre – No paraba de hablar a cerca de ti.

-Estos dos días sirvieron para conocernos – Suspiró Marisa – Tu padre me agrada, es un hombre muy sabio, me dio algunos consejos, habló conmigo y nos divertimos mucho mirando su colección de fotografías...

-¡Ay no! – Gimió Angus fingiendo estar alarmado – Seguramente te mostró el álbum familiar y te contó la historia de cada una de las fotos.

-¡Claro! – Exclamó ella – Algernon estaba muy emocionado al hablar de tu madre y por supuesto, de su querido Angus – Suspiró – Está muy orgulloso de ti – Dijo mientras lo miraba a los ojos - ¿Estás seguro de lo que dijiste en el aeropuerto?

-¿Qué cosa? – Preguntó Angus con su acostumbrada frialdad.

-¡Angus no juegues! – Dijo Marisa un poco molesta – A tu padre le hace mucha ilusión quedarse aquí, me lo dijo cuando fui a darle las buenas noches. Lo noté muy feliz, ¡su rostro estaba lleno de emoción! Él te ama demasiado Angus y no quiere perderte, desea recuperarte y ansía desesperadamente tu perdón...

Angus la miró fijamente y lanzó un hondo suspiro. Él deseaba lo mismo, acercarse a su padre y tratar de llevarse bien. Su madre le dijo lo mismo que Marisa acababa de decirle, pero su maldito orgullo le impidió acercarse más al anciano.

-Hablé en serio, Marisa – Murmuró Angus con seriedad – Quiero que mi padre se quede aquí conmigo. Sé que allá lo atienden bien y que no está solo – Suspiró – Pero lo conveniente es que esté conmigo, ¡con su hijo! A veces Al es muy testarudo y se pone muy impertinente, al grado de echar a sus empleados – Exclamó cerrando los ojos – La edad le está afectando un poco, se está volviendo senil y comenzará a necesitar vigilancia las veinticuatro horas del día. Y sabes muy bien que en ocasiones yo no puedo viajar...

-Entonces haces esto porque no tienes otra alternativa – Comentó la joven – Porque te estás compadeciendo de un hombre viejo y enfermo.

-¡No, de ningún modo! – Respondió Angus – Sé que se pudo interpretar de esa manera, pero no es así. ¡Quiero estar con mi padre! Deseo arreglar las cosas con él, pero también debo cuidarlo y hacerme cargo de él – Suspiró – Sé que él me necesita, así como yo lo necesito. Por eso deseo que esté aquí conmigo, para intentar ser una familia. Quiero recuperar el tiempo perdido, enmendar mis errores y tratar de ser el hijo que nunca fui - Y lanzó un hondo suspiro mientras cubría su rostro con ambas manos - La vida da muchas vueltas y no sé que vaya a pasar el día de mañana - Murmuró y estrechó a Marisa entre su brazos.

ONE & ONLY [Tom Hardy Fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora