Un fuerte sollozo sacudió a la chica y el conductor del taxi la miró por el espejo retrovisor. Esa mujer no había parado de llorar desde que la recogió en esa esquina, durante el trayecto, fuertes sollozos la sacudían mientras las lágrimas fluían y fluían por sus bellos ojos cafés. Él había tratado de preguntarle sobre su situación, ofreciéndole su ayuda, pero ella no respondió, sólo lloraba y parecía que no existía ningún tipo de consuelo para ella.
-Llegamos señorita - Dijo el hombre por fin.
Marisa asintió y le extendió un puñado de billetes que el hombre miró con asombro. ¡Eso era más de lo que debía pagar por el viaje!
-¡Espere! - murmuró el taxista - Necesito devolverle...
-¡Así está bien! - Gimió la joven y cerró la portezuela - ¡Gracias!
Marisa corrió hasta el departamento de sus padres y llamó a la puerta con desesperación. Sabía que no era una hora prudente y que era posible que sus padres estuvieran durmiendo, pero no le importaba, ellos abrirían y la dejarían pasar.
-¡Ya voy! ¡Ya voy! - Se escuchó la voz de Jasper en el interior de la casa - ¡Caray! No estoy detrás de la puerta.
-¡Soy yo, Marisa! - Gimió la joven - ¡Abre por favor!
La puerta se abrió de inmediato y Jasper observó a su hija de pie en el umbral. Marisa tenía muy mal aspecto, se le veía triste y devastada.
-¡Papi! - Gimió la chica y se arrojó a los brazo del hombre para comenzar a llorar de nuevo.
-¡Marisa! - Exclamó el hombre - Por dios niña, ¿qué te ha sucedido? - Preguntó mientras trataba de cerrar la puerta y la conducía hasta la sala - ¡Kelly! - Gritó el hombre - ¡Ven aquí, por favor!
La madre de Marisa salió de la habitación y observó la escena, de inmediato se acercó para abrazar a su hija e intentar consolarla. Durante un largo rato, Marisa continuó llorando. Sus padres estaban muy preocupados por ella ya que al preguntar qué había sucedido, la chica sólo sollozaba y volvía a llorar de forma lastimera y dolorosa. Dejaron de insistir, Jasper dejó a Marisa en brazos de su madre y se dirigió a la cocina para preparar un té. Permitirían que Marisa se desahogara y una vez que estuviera tranquila, hablarían con ella. Debía existir una razón para que su hija llorara de esa forma, en todos esos años junto a ellos, Marisa no había llorado de esa manera. Ni siquiera cuando sus padres murieron, ella se había portado como una niña fuerte y valiente. Pero ahora le afectaba algo y no era nada bueno.
Jasper regresó de nuevo a la sala con una bandeja de té entre sus manos, la colocó sobre la mesa y sirvió una taza de té a Marisa para que lo bebiera y pudiera relajarse. La chica aún seguía aferrada a los brazos de su madre y no dejaba de sollozar.
-¡Ya mi niña, ya! - Murmuraba Kelly acariciando sus cabellos oscuros - Tranquilízate por favor - Exclamó la mujer y besó su cabeza - Necesitamos que nos digas que fue lo que sucedió.
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ONE & ONLY [Tom Hardy Fanfic]
Fanfiction-¿Has pensado en mi propuesta, Marisa? - Respondió Angus sujetando el rostro de la chica para besarla con intensidad. Era una propuesta demasiado tentadora, pero ¡no! Era como prostituirse, vender su cuerpo por dinero. Ella no estaba tan desespera...