En el auto íbamos a casa, si era sincera, me sentía demasiado mal, tenía ganas infinitas de llorar, sentí que había sido el putazo más grande que recibí.
Alan solamente me miraba, tratando de decir algo, pero, no lo hacía por el mismo hecho de como fuera a reaccionar si le contaba.
Iba perdida en mis pensamientos, cuando mi celular comenzó a sonar, causando que me sacará de mis pensamientos... Era Joaquín, si no respondía seguramente seguiría llamado hasta que le respondiera.
–¿Qué quieres? -respondí tratando de que mi voz no se cortará-
–Paola, quiero hablar contigo sobre lo que pasó -rode los ojos-
–No tenemos nada de que hablar, así fue la peor forma en la que me demostraste todo lo que te importo.
–Las cosas no son como parecen, ella me besó a mi.
–Si claro y todo como todo pendejo, le correspondiste, por qué te vi demasiado feliz mientras la besabas.
–Me deje llevar, estaba bajo los efectos del alcohol... No sabía lo que hacía.
–Te recuerdo... -hice una pausa, mi voz se comenzaba a quebrar- que cuando nos besamos por primera vez, estábamos bajo los efectos del alcohol.
–Lo sé y no se me olvida, eres una persona muy importante para mí, no quiero que eso cambie.
–Pero debiste pensarlo bien, pensar en el puto daño que me haría.
–Joaco bebé, ¿con quién hablas? deja el celular y ven a estar conmigo -escuche la voz de una chica a su lado-
–Mira Joaquín, mejor vete con la estúpida que te dijo Joaco bebé, por que así me queda claro lo mucho que te importo.
-Paola... -termine la llamada-
Y así fue como mi corazón se rompió en miles de pedazos, necesitaba llorar por horas hasta perder la razón.
Me sentía tan inútil al haberle creído las veces que me decía que me quería, que era lo mejor de su vida... Igual fue culpa mía por haber confiado en el.
–¿Estás bien? -pregunto mi hermano-
–Nada de esto está bien -poco a poco se quebraba más mi voz-
–Por lo que le dijiste a Joaquín... -no lo deje que terminara-
–El se beso con otra, según el estaba bajo los efectos del alcohol, pero, se que miente, se que estaba consiente.
–Claro, si estuviera tomado ni siquiera te hubiera llamado -dijo luna y asentí-
–Pao, necesitas sacar todo lo que sientes, si quieres llora -dijo Alan-
–Y créeme que se que lo voy a hacer, pero no aquí, lo haré llegando a casa me voy a desahogar...
–Joaquín es un estúpido, quédate conmigo -esuche a Iván decir-
–El si está bajo los efectos del alcohol -dijo Alan y trato de reírse-
Después de unos segundos, llegamos a casa, Alan ayudo a Iván a bajar del auto, mientras que luna y yo abríamos la puerta... Alan entro con Iván y lo tiro en el sillón para que después se quedará dormido.
Me senté en uno de los escalones de la casa y me quedé mirando la casa de Joaquín, ahí estaba toda mi felicidad entera.
Me comenzó a dar frío y entre a la casa, subí a mi habitación para ponerme mi pijama y desmaquillarme, luna hacia lo mismo.
–¿Cómo te sientes? -me preguntó-
–Me siento terrible, ¿qué hice para que el me tratara así? -me envolví con una cpbija-
–Mandame al carajo, pero, se que el te quiere apesar de todo.
–Si me quisiera como las dos lo pensamos, no me hubiera ilusionado así, no me hubiera tratado como su princesa.
–Y sobre todo, no se la pasarían besándose o diciendo que te quiere.
–O tal vez si, pero si no quería nada conmigo me lo hubiera dicho desde un principio...
–Pero, ¿sabes? en cualquier momento se dará cuenta que apesar de todo, eres lo mejor que el puede tener en la vida.
–Supongo -hice un puchero-
–Te dejo, estaré en el sillón acostada... Si quieres llora y grita.
–Gracias Lunita.
Luna se levantó de la cama y se acostó en el sillón, yo me acabe de envolver con mi cobija y escondí mi cara abajo de las almohadas, segundos después mis lágrimas comenzaron a salir.
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