Narra Paola.
Al día siguiente, me levanté, ya que no iría a la escuela, decidí quedarme aún en pijama y baje a desayunar con mis padres.
Rezaba por que siguieran en casa.
–Buenos días princesa -me saludo mi padre y me acerque para abrazarlo-
–Buenos días papá, ¿qué tal tu día ayer?
–Estuvo súper cansado y estresado, pero acabe mis deberes para esta semana, así que será algo más tranquilo
–Qué bueno papá -le sonreí y me devolvió la sonrisa-
–¿Y a mí qué? ¿qué me coman los perros o qué? -dijo mi madre mientras nos miraba, reí y fui a abrazarla-
–Buenos días a la madre más hermosa que más amo en este mundo -le di un beso en la mejilla- ¿cómo estás mamita? ¿qué tal dormiste?
–Buenos días Pao, dormí muy bien gracias, ¿y tú como dormiste?
–Dormí bien, eso creo -me quedé pensando- no lo sé.
–¿Soñaste con Joaquín? -mi padre pregunto mientras me miraba-
–Ahora no soñé con él, creo que fue noche tranquila. -reí-
–Desayuna princesa, en un rato nos iremos a trabajar -dijo mi madre con una sonrisa-
–Si mami, gracias por el desayuno -me senté a desayunar- ¿a qué horas regresarán?
–Ya sabes que regresaremos en la noche -dijo mi padre y después me miro- por cierto, ¿por qué sigues en pijama?
–No iré a la escuela, no tendré mis clases como deben de ser -sonreí- nos dijeron que mejor no fuéramos a la escuela lo que queda de la semana.
–Y tú muy obediente -dijo mi padre sarcásticamente-
–Ya sabes, soy la reina de la obediencia -reí- no se discute.
Terminé de desayunar, recogí mis trastes y los lavé para después ir a la sala.
Me senté en un sillón y prendí la televisión, quería ver series o alguna película, pero mejor decidí entrar a YouTube y poner música de Seven.
Puse "si te lastimé" en acústico, donde Joa traía su cabello de varios colores.
Comencé a cantar a lo bajo y por segundos miraba la pantalla y me quedaba como idiota mirándolo, hasta que sentí la presencia de mi padre.
–¿Qué pasa? -pregunte mirándolo por segundos-
–¿Ese video de cuándo es? no lo había visto y tú siete se ve decente.
–¿A qué quieres llegar con que se ve decente?
–Pues no se ve tan mal y le queda demasiado bien el cabello de colores.
–A él todo le queda bien.
–Si tú lo dices -me miro y rodo los ojos para después reírse-
–Oye papá, por cierto.
–¿Qué hiciste ahora?
–¿Puedo invitar a Luna a la casa en estos tres días? -hice carita tierna- nos portaremos bien, lo prometo.
–Claro que si hija, sabes que es muy bienvenida a la casa.
–Gracias papá.
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