Narra Paola
Habían pasado unas cuantas horas desde que había ido a la cafetería con Iván, desde que me había besado con el y Joaquín estaba ahí viendo.
Estaba en mi habitación, sentada en mi cama mirando mi celular y mandando algunos mensajes.
Estaba perdida en mi mundo, tratando de estar tranquila, pero, no sabía lo que me esperaba para que me quitará completamente mi tranquilidad, escuché que tocaron la puerta y eso causo que me sacarán de mis pensamientos.
–¿Se puede? -dijo mi hermano al otro lado de la puerta-
–Si claro -respondí y abrió la puerta-
–Tienes visitas -se hizo aún lado y me dejó ver a Joaquín-
–Esta bien, gracias -sonreí y mi hermano se fue-
Cuando vi a Joaquín atrás de mi hermano, me causo una tranquilidad y me sentía demasiado bien, pero, como siempre me confíe y terminaría mal.
–Se ve que tú no pierdes el tiempo -dijo y lo mire confundida-
–¿De que me hablas? -dije tratando de entender su juego-
–Creo que bien sabes por qué lo digo, por qué estabas en la cafetería con tu adorado amiguito besandote.
–¿Y si lo hice que? cuando te besaste con la tipa esa, yo no te dije cosas así, solamente te dije que te quedarás con ella -rode los ojos-
–Y créeme, claro que lo haré -lo miré- ella si vale la pena.
–¿A qué te refieres? dime exactamente a qué jodido punto quieres llegar -me miro fríamente y negó-
–Al punto de que vengo a decirte la verdad.
–Te escuchó, tienes todo mi tiempo para que hables -me recargue en una de mis almohadas-
–Bien, no se cómo te lo tomes, como vayas a reaccionar ante esto.
–Que tengas mi tiempo, no quiere que lo vas a desperdiciar a lo pendejo, apúrate.
–Tu no eres nada para mí -lo mire- yo nunca sentí nada por ti y nunca lo haré.
–¿Ya acabaste? -dije tratando de no darle mucha importancia-
–No, también quería decirte que todo esté tiempo te use, que fuiste la forma más bonita de perder mi tiempo, ah y lo más importante, nunca andaría con una de mis fans, digo, por que eso es lo que tú eres para mí... Eres solo una fan.
Y ahora sí, la había cagado, sentía la misma punzada en el pecho, pero, esta vez me dolió más.
Fue la mejor forma para acabarme de matar, de hacerme mierda, gracias Cordovero, gracias.
–Mira, que interesante -me levanté para ponerme enfrente de el- dime, si no sentías nada por mi, ¿por qué no me dijiste nada desde un principio?
–Por que todo era parte del plan, todo fue por qué te use.
–Me lo hubieras dicho desde un principio, así me hubiera evitado perder el tiempo contigo.
–Lo hecho, hecho está.
–Aparte de perder mi tiempo, podía evitar hacerme falsas esperanzas contigo, pensar que serías diferente a todos los demás.
–Eso no es mi problema, es tuyo, por pensar que te quería y que sería diferente.
–No es mi culpa, fue tuya, por actuar como lo hiciste conmigo, ponerme interés y tratarme bien -me aleje y desvíe la mirada- vete por favor.
–Lo siento -lo mire y señale la puerta, segundos después se fue y yo me metí abajo de mis cobijas, abrace un peluche que el me había regalado y mis lágrimas comenzaron a salir-
–Si Joaquín, ya me quedo claro todo lo que me dijiste -dije cuando escuché que la puerta se abrió-
–No soy Joaquín -dijo mi hermano y entro para después sentarse en la orilla de la cama- ¿qué pasó? ¿por qué se fue tan triste?
–Yo soy la que está triste, sus palabras me acabaron de matar -suspire-
–Pero, el igual se fue medio triste, salió de tu habitación y se quedó ahí parado por segundos.
–Como si esa cosa tuviera sentimientos -rode los ojos- me acabo de hacer mierda, con sus palabras... Lección del día, no debí confiar en el desde un principio.
–Mejor cuéntame qué pasó realmente, después dices todo lo que quieras.
Le comencé a contar todo lo que Joaquín me había dicho, cuando termine de contarle mis lágrimas comenzaron a salir cada vez más rápido.
–Sinceramente, no entiendo por qué lo hizo -lo mire confundida-
–Quizás por qué me vio de su fiel pendeja, quizás por qué es una bestia insensible -deje de mirarlo-
–No Paola, nada de eso -volví a mirarlo- hace una semana vino a verte, pero, le dije que no querías nada y pues nosotros nos pusimos a platicar.
–¿Y qué pasó?
–Me dijo lo mucho que te quería, que habías sido lo mejor de su vida -desvie un poco la mirada-
–O quizás solamente te mintió como lo hizo conmigo.
–No creo, se veía que estaba diciendo la verdad -rode los ojos- es fácil saber cuándo alguien dice la verdad o miente.
–Pues como sea que haya pasado, créeme ahorita no tengo ganas ni de vivir y todo por su estúpida culpa.
–Te dejaré que llores todo lo que quieras, ¿esta bien? -asentí y lo abracé-
–Gracias por todo -beso mi frente- ya sabes, si viene alguien a verme diles que no quiero ver a nadie.
–Esta bien -dejo de abrazarme y salió de mi habitación, me envolví bien en mi cobija y abrace mi peluche-
Mis lágrimas continuaron saliendo y esta vez no era por lo que me había dicho, si no que era por lo feliz que era con el, sin importar todo lo que pasaría después.
Había sido demasiado feliz con el, aunque si decía la verdad, nunca llegamos a ser algo y aún así lo que me dijo me dolió más que verlo besarse con la chica en la fiesta.
Mire mi celular por unos cuantos segundos, después lo bloquee y cerré mis ojos para quedarme dormida, llorar me quitaba energías.
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