Mis tres semanas en Argentina pasaron demasiado rápido, nunca pensé que mi primer viaje a Argentina sería increíble.
En dos semanas estuve pasando tiempo con la mamá de Joaquín, era un amor y era una persona maravillosa, siempre solíamos hablar de tradiciones, platillos, costumbres de Argentina y de México.
Llegó un momento, donde nos pusimos a hablar de Joaquín cuando era chiquito y me enseñó muchas fotos de el, siempre había sido tan lindo.
Lo peor de todo eso, era que mi tiempo se había acabado, que regresaría a México y en un tiempo volvería a Argentina, al menos eso creí.
–Bueno mamá, nos tenemos que ir -dijo Joaquín con un puchero- gracias por darnos hospedaje.
–Que mal que se tengan que ir -dijo su mamá un poco triste- pero recuerden que siempre serán bienvenidos.
–Yo no me quiero ir -dije como niña chiquita- ¿me puedo quedar?
–No Paola, tus padres dijeron que nada más te daban permiso tres semanas -dijo Joaquín e hice un puchero-
–Esta bieeeen -abrace a la mamá de joa- gracias por recibirme y sobre todo por su cariño.
–Al contrario, gracias a ti por hacer feliz a mi hijo -dijo cálidamente- siempre serás muy bien recibida.
Deje de abrazar a la madre de Joa, para dirigirme con su hermano Diego y abrazarlo.
–Ojalá mi hermano te traiga nuevamente a Argentina -dijo y asentí-
–Ojala sí, dile que me traiga más seguido, me encantó pasar tiempo con ustedes -dije con mi puchero-
–Como mi madre te lo dijo, gracias por hacer feliz a Joa, eres buena chica y el merece lo mejor -deje de abrazarlo-
–Gracias por dejarme querer a tu hermano para algo bonito -sonreimos-
Después de unos cuantos minutos de despedida, salimos de la casa de Joaquín y tomamos un taxi para que nos llevará al aeropuerto.
Cuando llegamos al aeropuerto, nos dirigimos a tomar nuestro avión para regresar a México, cuando subimos, me recargue en el hombro de Joa.
–¿Cómo la pasaste mi amor? -dijo y sonreí para darle un beso-
–Me la pasé muy bien, me encantó conocer a tu familia y a tus amigos -me sonrió- deberías traerme nuevamente o incluso invitar a tu mamá.
–Sería bueno -dijo y sonrió- nunca había visto a mi mamá tan feliz, creo que eres su nuera favorita.
–Eso es bueno, nos llevamos bien y nadie se odia mutuamente -sonreimos-
Nos besamos por unos cuantos minutos hasta que Joaquín se separó y me miró fijamente, causando que me pusiera nerviosa.
–¿Algún día tendremos un hijo? -preguntó y lo mire fijamente-
–Podría ser, pero ahora mismo no será así -puse mi mano en sus mejillas-
–Osea si, ahora no tendremos hijos por qué somos demasiado inmaduros, pero hablo de algún día.
–Sería bueno eso mi amor -me quedé pensando- en unos añitos.
Estuvimos hablando así por unos cuantos minutos, hasta que el avión despegó, me acurruque un poco con Joa y segundos después me quedé dormida.
Después de unas 12 horas viajando, llegamos al aeropuerto de México, tomamos un taxi y nos dirigimos a mi casa para descansar.
El próximo capítulo es el final, ¿están listos?
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