ASESINOS

282 34 0
                                    

Una celda cuadrada resistía a dos asesinos, o bueno eso se pensaba. Kagami Taiga, ya cumplía condena durante dos años por golpear al ministro, era verdad que él era su secretario pero la historia se tornó mala para él. Los contactos del ministro lo dejaron bajo rejas, moviendo hilos y contactos hicieron que le cayeran 20 años en esa prisión. En verdad Kagami solo se había defendido del acoso diario de su jefe, pero parece que no era así.
Aomine Daiki, delincuente de los barrios bajos criado por una familia de baja economía. Él sí había matado a un policía aunque también en defensa propia pero nadie lo veía así, cumplía condena por 30 años. Kagami y Aomine al principio eran como agua y aceite pero con el tiempo se hicieron grandes amigos bajo esas cuatro paredes

-Aomine, venga, vayamos al patio-murmuró Kagami desde la cama de abajo, Aomine gruño en respuesta pensando que lo dejaría ahí pero Kagami insistía e insistia hasta que cedió por fin. Caminaban tranquilos mirando el cielo de nubes, el sol tapado por ellas y algunos pajaros

-¿Para qué me sacaste, Bakagami?-gruño Aomine viendo todo igual, Kagami negó sonriendo y señaló su pequeño jardín de rosas

-Han crecido, están hermosas, no querría que te las perdieras-sonrió feliz viendo ese pequeño rosal. Aomine sonrió suave y asintió pegándose a él acariciando su cintura

-Ya te dije que no, Ahomine-gruño Kagami-No quiero ni solo sexo ni una relación cuando yo salga, tu seguiras a dentro-murmuró entrando, Aomine le siguió sonriendo

-Puede que no debamos esperar mucho-sonrió dándole una nalgada. Kagami le miro sin entender negando, se fue a la cocina de la cárcel como siempre para ayudar. Aomine tenía planeado algo grande, en verdad quería a ese pelirrojo a su lado y no solo para una noche de sexo. Esos dos años en la misma celda, les hizo ser cercano viendo que no eran muy diferentes cogiendo cariño y cierto respeto entre ellos, una relación que parece brusca y mala se convirtió en algo sano y divertido. Pasaron días en los que seguían las cosas normales hasta que una mañana Aomine hizo que Kagami se quedara en la celda desayunando con él

-¿Qué tramas, Ahomine?-Kagami le miro achinando sus ojos algo serio, este levanto sus brazos negando

-Es una sorpresa, para que me creas que te quiero de verdad-sonrie suave, Kagami acarició su mejilla

-Se que me quieres, y yo a ti pero-no pudo terminar la frase ya que la pared de la celda contigua explotó dejando algo sordos a los dos. Kagami se tambaleo yendo hacia el moreno el cual miraba el hueco enorme que hicieron

-Vámonos, quiero una vida contigo lejos de todos, solos tu y yo-beso las manos de Kagami mirándolo, este lo miro sorprendido y aunque escucho apenas asintió besandolo. En verdad lo quería aunque no sabía si tanto para ser fugitivos pero sin pensarlo mucho salto a sus brazos fundiendo se en un beso donde revelaba todo.

Aokaga MothDonde viven las historias. Descúbrelo ahora