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Una tarde tranquila, eso tenía Kagami en mente pero todo se revolvió al escuchar el timbre. No había invitado a nadie, era sábado y todos estarían con sus familias o eso pensaba él

-¿Quién...?-dijo abriendo la puerta, se sorprendió de ver al moreno mirando al suelo. Kagami se acerco a él y levantó su cara, tenía un golpe en la mejilla y la mirada perdida

-...-no dijo nada, Kagami hizo que entrará cerrando la puerta tras él. Ya desde hacía tiempo eran pareja, había veces en las que Aomine venía y no lo soltaba, esa era una de esas veces. Aomine lo abrazo por la espalda besando su cuello

-Hagamos lo-Kagami se sorprendió y asintió, cogió su mano llevándolo al cuarto. Aomine lo echo en la cama quitándole la ropa, dejaba besos a cada parte de su piel, sus mejillas, sus labios, su cuello, su pectorales, su abdomen y por último sus muslos

-Aomine, ¿Qué pa...?-su intento de hablar quedo callado por un gemido, Aomine había abierto sus piernas mordiendo y besando sus muslos, bajo a su entrepierna metiéndola toda en su boca. Kagami ya era un manojo de gemidos y jadeos, Aomine bajo rápido a esa pequeña entrada que volvería a profanar. Metió su lengua en su entrada levantando las caderas del pelirrojo, este gemía negando avergonzado

-Quédate quieto-gruño el moreno metió un dedo, Kagami le miró jadeando. Kagami reunió todas sus fuerzas y lo dejo abajo, bajo metiendo el miembro del moreno en la boca jadeando, movía su lengua como sabia que le gustaba. Aomine siguió moviendo sus dedos embistiendo su boca hasta tocar su garganta, Kagami se dejaba sonrojado

-¿Qué pasó...?-volvió a preguntar tomando aire con las mejillas rojas, Aomine lo miró

-¿Vas a irte?-Kagami se sorprendió abriendo sus ojos, negó acariciando su mejilla

-Jamás-jadeo arqueando su espalda sintiendo los dedos largos y gruesos del moreno moverse en él, Kagami se sentó gateando sobre él buscando que moviera más sus dedos en sus puntos dulces. Aomine comenzó a morder y chupar sus pezones dejándolos duros y rojos 

-Hazlo-jadeo Kagami besándolo jugando con su lengua. Una sonrisa de lado y entró de golpe, sintió su miembro caliente, el interior del pelirrojo tembló

-Te amo-esas palabras, esa voz ronca y Kagami se corrió gimiendo. Se quedó rojo avergonzado de eso, solo con su voz había terminado, escondió su rostro en su cuello avergonzado

-Yo-o eso-Kagami no sabía que decir, sin más demora Aomine lo sujeto de su cadera moviendo lo contra él lento y duro buscando ese punto que lo volvía loco. El pelirrojo jadeaba volviéndose a excitar arañando sus hombros buscando que entre más, Aomine clavo sus dedos en su cadera hundiéndose en él encontrando ese punto que volvía loco a su pelirrojo. Siguió moviéndose aumentando la velocidad y bajandola torturando al pelirrojo durante varios minutos, las embestidas se volvieron profundas y rápidas sintiendo el orgasmo cerca. Kagami elevó su rostro atrapandolo en un beso apretando su interior con fuerza apuntó, Aomine mordió su labio terminando dentro jadeando, Kagami gimió su nombre terminando. Recuperando la respiración los dos estaban abrazados, Aomine lo salía de Kagami y este no tenía prisas

-Mi padre se entero de seré policía... Y no quiere-Kagami lo miro acariciando su mejilla

-Te apoyaré en todo-lo beso jugando con sus lenguas, Aomine se volvió a poner duro con este beso moviéndose lentamente

-No te dejaré esta noche-susurro en su oído moviéndose lentamente, Kagami gimió aferrándose a él. Varias rondas de sexo, Aomine lo dejo lleno de mordidas y chupones

-Te amo-beso su frente mientras salia al balcón de la habitación. Kagami lo miró sin poder levantarse

-No te vayas, tuvimos sexo y debes bañarme-dijo sonriendo suave, Aomine lo miró negando cargándolo llevándolo al baño. En la bañera estaban relajado, Aomine abrazo por al espalda a su pelirrojo 

-Tuve una pesadilla, te ibas... me dejabas solo-susurro en su cuello, Kagami acarició su pelo negando

-No me iré, Ahomine, estaré contigo siempre-se pego a su pecho pegando su trasero al miembro del moreno. Este sonrió y beso su nuca, pellizco los pezones del pelirrojo

-Ahh-gimió mordiéndose el labio-Estoy lleno y-no lo dejo terminar poniéndolo en cuatro abriendo sus nalgas

-Sacaré todo para volver a llenarte-dijo metiendo sus dedos en la entrada del moreno, este se sonrojo jadeando 

-Da-iki-gimió sosteniéndose del borde de la bañera. Aomine movió sus dedos abriendo esa pequeña y rojiza entrada que buscaba mucho más

-Tiene hambre, ahora le voy a dar-murmuró masturbándose levantándose para volver a entrar, Taiga ya volvía a estar duro y caliente sintiendo los dedos del moreno en su interior. Los saco de golpe y entró en él jadeando

-Mierda, Taiga, estas demasiado caliente... mi pene se va derretir-gruño moviéndose contra él duro y lento, miraba como entraba y salia de su entrada su miembro. Jadeos y gemidos hacían eco en el baño, Aomine estaba en la gloria sintiendo al pelirrojo temblar y gemir debajo de él. Empezó a darle suave nalgadas sintiendo como apretaba más duro

-Daiki-gimió Taiga mordiéndose el labio sintiendo su orgasmo llegar 

-Yo también-cogió el miembro del pelirrojo masturbandolo rápido, las embestidas subían de velocidad llegando al clímax. Quedaron los dos recuperando la respiración, Aomine lo limpió llevándolo después a la cama 

-Buenas noches, Tigre-susurró en su oído dejándolo tapado y dormido.

Aokaga MothDonde viven las historias. Descúbrelo ahora