NIÑO DE MAMA

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Ver a la familia Aomine era ver titanes, los niños tenían miedo al verlos caminar por las calles o cuando se iban a la cancha a jugar pero eso era al principio pues Taiga Aomine era muy dulce, a veces excesivamente bueno con los demás que ocasionaba celos en su pareja, Daiki Aomine. El baloncesto formo parte de toda su relación pero en un momento Taiga comenzó a pensar en su futuro y estudió para ser chef, su ahora marido le siguió y estudió para ser policía, pasaron los años y ya eran una pareja casa con su propia casa y envidia de muchos de sus amigos pues ellos habían progresado mucho desde su adolescencia y ahora ya no eran solo dos, sino tres ya que un pequeño pelirrojo con piel morena nació. Actualmente la familia Vivian una de sus peleas cotidianas, Taiga cansado de ello se iba a la cocina dejando que los dos morenos se arreglaran

-Mama, es mío-dijo el menor viendo a su padre desafiante

-Tú llegaste tarde, Taiga era mío antes que tu nacieras-dijo orgulloso el mayor viéndolo de brazos cruzados sentándose en el sofá sonriendo victorioso

-No siempre puedes poner la misma escusa, aunque fuera tuyo antes ahora me quiere más a mí aparte saque tu cuerpo, puedo ayudarla mejor que tu-chasquea su lengua sonriendo yendo con su madre, este cortaba las verduras tranquilamente

-Daichi, eres idéntico a tu padre salvo el pelo, ¿por que siempre tenéis las mismas discusiones?-murmuro Taiga viéndole con una suave sonrisa, el menor lo abrazó por la espalda. Aunque no pareciera Daichi era un adolescente de 17 años, era muy pegado a su madre y peleaba demasiado con su padre, aunque el mayor no hacia mucho caso a sus discusiones ya que era su hijo y no era celoso con él, Taiga jamás le dejaría. Pasaron los días y Daichi a la hora de comer en la mesa los tres dejo helado a su padre

-Mama, tengamos una cita-le miro serio, Taiga le miro y se iba a reír pero vio al seriedad de su hijo y titubeo

-¿Por que tan de repente?-dijo Taiga dejando los cubierto a un lado mirando a su hijo, mientras Daiki quedo con la comida a medio digerir viendo a su hijo

-Quiero demostrarte que serias mucho mas feliz conmigo, que con Daiki-Taiga quedo sorprendido viendo a su marido, él cual seguía asimilando todo aparte la seriedad en el rostro de Daichi no era tan usual de él. Taiga suspiro y asintió

-Esta bien, hijo, iremos a una cita pero yo no pla-sus palabras quedaron en su boca pues Daichi sonrió de oreja a oreja

-Esta bien, mama, planeare todo, el sábado tengamos la cita-sonríe comiendo contento, se levanto llevando su plato y se metió a su cuarto sin decir nada más. Daiki se levanto viendo a su marido serio y molesto

-¿Que piensas hacer, Taiga? es nuestro hijo y...-él le miro serio

-Hacerle entender que soy su madre, que igual que tu debe respetarme pero no hace daño salir con mi hijo a dar un paseo y más si él lo esta planeando con tanto entusiasmo-sonrió suave recordando que ya no era un bebe

-Pero ese niño no piensa en ti como su madre, él querrá atacarte y-Taiga se levantó de golpe serio mirándole molesto

-Ese niño como tu llamas es nuestro hijo y sabré como hacer las cosas-recogió su plato y lo dejo en la cocina, se metió al baño sin decir nada más. Daiki estaba molesto, gruñó dejando todo y salió de su casa yendo al trabajo demasiado pronto

-Aomine-kun-una voz le asusto quedando quieto y girándose de golpe, el bajo peliceleste le miraba con su expresión de poker

-Tetsu, mierda-le gruño volviendo a su camino, este sorprendido le siguió

-¿Volviste a discutir con Ka, Taiga-kun?-dijo viéndole, este negó bufando

-Es su culpa, acepto tener una cita con Daichi, los dos solos y ese crio esta detrás de su madre como un adolescente calenturiento-murmuró molesto chasqueando su lengua, Kuroko se rió en alto haciendo que el moreno se moleste más

Aokaga MothDonde viven las historias. Descúbrelo ahora