DOS IGUALES

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La feliz pareja que se unió por una derrota de uno de ellos iba viento en popa, siguieron sus estudios, fueron a la universidad sin dejar el deporte que los unió y llegaron a casarse años después. Ahora ya casi en sus 35 la cabeza de la familia estaba viviendo un pequeño deja vu con su hijo, Daishi Aomine en sus 17 años era la viva imagen de su padre, Daiki Aomine con la única diferencia de que su cabello era del mismo intenso color que su padre, Taiga Aomine

-Pa, tengo hambre-bosteza un adolescente de 1.70 restregándose contra su padre, Taiga estaba cocinando tranquilamente cuando sintió a su hijo acercarse

-Has desayunado hace un rato, hasta más tarde no estará la comida-dijo algo serio acariciando la cabeza de su hijo, este medio bufó pero asintió sin moverse de su lado. Daiki también llego bostezando, seguía en pijama y con una barba de hace días, los ojos pegados por legañas y un hedor que mataría a cualquiera

-Buenos días, Daiki, no quise levantarte ya que ho-le corto frotándose contra el

-Hambre, Taiga, comida-bostezo tirándole parte de su hedor, Taiga tapándose la nariz señalo la mesa

-Ahí esta tu desayuno, pégate una ducha y lávate los dientes-dijo asqueado alejando a su marido. Su hijo apretó su abrazo molesto gruñendo a su padre

-Quítate viejo, estaba yo primero-dijo molesto por la atención del pelirrojo, el moreno lo miro molesto empujándolo besando a su pareja

-Yo llegue muchos años antes, así que es mío-dijo molesto estirándose, comenzo otra pelea entre ellos haciendo que Taiga suspire molesto con la vena marcada en la frente. Apago la cocina y los alejo de golpe dejándolos en el suelo, se quito el delantal y se fue a la entrada murmurando cosas molesto

-Estoy harto-dijo saliendo de la casa dando un portazo, los dos morenos quedaron quietos viéndolo sin saber que había pasado. Se levantaron pensando que en unos minutos volvería el pelirrojo, pero luego de horas estaba todo igual, en silencio y sin rastro de Taiga

-Viejo, papa no contesta-dijo el adolescente mirando su móvil, Daiki miro su móvil viendo la fecha y quedo frio, miro a su hijo pegándole una colleja

-Mira el dia que es hoy-dijo serio enseñándole el móvil, hoy era 2 de agosto cumpleaños de la cabeza de la familia Aomine, Taiga Aomine. Daishi quedo frio viendo su móvil

-Tenia una alarma programada para eso, es imposible-preocupado y molesto con su móvil pero anda podía cambiar que olvidaron la fecha de la persona mas importante para los dos. Comenzaron a limpiar e intentar ubicar a Taiga el cual no contestaba, sus amigos y conocidos al contestar solo les echaba la bronca hasta que algo hizo darse cuenta al Aomine mayor que había vuelto a lo mismo

-Aomine-kun, parece que Kaga, digo, Taiga-kun vive con dos Daikis adolescentes-Kuroko como siempre la voz de la razón para el moreno mayor hizo que viera como su vida se había vuelto un deja vu para Taiga, el pelirrojo que soporto años a su lado limpiando, cocinando, soportando cuando olvidaba fechas, recados y solo dormía ahora tenia que soportar lo mismo con su hijo y eso hasta a él mismo le haría querer irse y dejar todo

-Gracias, Tetsu-colgó y miro a su hijo serio, toco el sofá suspirando-Tenemos que hablar Daishi. Su hijo sorprendido por ese comportamiento obedeció a su padre cosa que no pasaba casi nunca, Daiki comenzó a hablarle sobre sus años pasados que compartió con Taiga, ese pelirrojo que lo volvía de cabeza.

-Todo comenzó cuando me gano en un juego, yo que había perdido el sentido de jugar baloncesto pero cuando tu padre me ganó me dio sentido a mi vida. En verdad él me ayudo para seguir adelante, después de ese partido fueron años lo que tuve que estar detrás de él para que me hiciera caso, en la universidad por fin ya lo tenia conmigo-sonrió recordando como le acepto después de tantas declaraciones-Cada uno tenia una meta en la vida aparte de jugar, el quiso ser bombero y pudo hasta ser chef, yo me conformaba con ser policía. Lo conseguimos y nos fuimos a vivir juntos, pasaron años hasta que salimos del apartamento de tu padre y compramos esta casa, aquí empezó nuestra vida de casados, pero durante ese tiempo tu padre me aguanto lo que nadie aguanta, ni siquiera tu abuela-murmura viendo una foto en la pared, suspiro suave y le miro-A lo que quiero llegar, tu eres igual que yo te guste o no, somos vagos, dormilones, no sabemos ni hacer un te, olvidamos todo y solo sabemos hacer líos, tu padre ya paso por eso una vez y no es justo que lo vuelva a pasar-suspira rascándose la nuca-Si no tomo mi papel como padre no podremos avanzar, solo seremos una carga para él, desde ahora nos tenemos que poner a hacer cosas, ayudarlo o lo que sea, por él movería nubes, mares y tierras porque igual que a ti te amo, él es mi vida y mi motivo de seguir respirando cada día-sonríe enamorado revolviendo el pelo de su hijo, este le miro con cara de asco pero asintió

-Hagamos un buen cumpleaños, aunque ya solo queden horas para la noche-miro el reloj del salón-Aparte se cocinar mejor que tu-se rió divertido yendo a la cocina, Daiki se rió y se puso a ordenar la casa haciendo unas llamadas a sus amigos. Mientras todo eso pasaba el pelirrojo estaba con su hermano en su casa viendo a sus sobrinas

-Gracias por cubrirme, bro-este negó sentándose a su lado con una sonrisa de lado

-La verdad que hace tiempo te dije que no debías soportar eso, ahora ese enano también es igual que ese egocéntrico-el pelirrojo le miro suspirando

-Pero los amo, tanto a ese egocéntrico como a mi miniegocentrico-se ríe suave peinando a su sobrina mayor, Hanna la cual se quedaba dormida poco a poco

-Vayamos a tomar algo, luego si quieres vuelves a tu casa o duermes con nosotros-Taiga asintió sonriendo suave 

-Atsu, saldré un momento con Taiga-dijo el pelinegro a su pareja, este le miro y asintió sonriendo cargando a su hija

-Pasarlo bien-dijo entrando al cuarto de la niña dejándola dormir tranquila, estos salieron y fueron a dar un paseo para despejarse. Casi a las 9 de la noche estaba todo listo para la sorpresa de Taiga, con algunos contratiempos y algún que otro minincendio se pudo lograr todo a su tiempo

-Ya vienen-dijo Takao haciendo que se escondan, Daiki salió rápido a la puerta

-¿Daiki? ¿Qué haces fuera?-saliendo del coche Taiga quedo sorpredido al ver a su pareja, arreglado y esperandolo en la entrada

-Quiero hablar contigo, antes de entrar-Tatsuya los miro y se adelanto

-Entrare a saludar a Daishi-dijo mirando serio al moreno, algo molesto pero sin decirle nada, Taiga asintió y sin saber que esperar se sento en las escaleras de la casa. Daiki se arrodillo cogiendo sus manos 

-Lo siento, he sido un idiota inmaduro que no ha actuado como el adulto que es, no quiero que me dejes ni te vuelvas a ir, recordé todo lo que vivimos juntos y lo que tuviste que soportar, no soy el mejor hombre ni siquiera el mejor marido pero no pidas el divorcio-dijo nervioso con las lagrimas en los ojos, Taiga sorprendido se rió tapándose la boca negando

-No voy a pedir el divorcio, menos en mi estado actual-dijo sonriendo acariciando la mejilla del moreno, este le miro sin entender

-¿Estado? ¿Estas bien? ¿Qué paso?-dijo asustado acercándose a el, este negó y acaricio su barriga

-Pronto seremos cuatro en la familia, este abrazo a Taiga sollozando suave en su cuello

-Me sigues haciendo feliz dia a dia-dijo limpiándose la cara, tiro de él suave y lo beso acariciando su cintura, Taiga sonrió contento siguiendo el beso. Subieron las escaleras yendo a casa y tras la sorpresa que casi mata  a Taiga pasaron una buena velada, todos supieron la noticias y felicitaron a la pareja. Pasaron horas hablando y disfrutando de la pequeña reunión, al irse dejaron la casa en silencio

-Gracias, mis dos egocéntricos-dijo burlón el pelirrojo besando la mejilla de los dos morenos, estos se sonrojaron negando lo dicho

-Él lo es, yo no-dijeron a la vez y comenzó una nueva pelea que solo hizo reír al pelirrojo viéndolos.


Aokaga MothDonde viven las historias. Descúbrelo ahora