Moment of care [V] ✧*。

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Haiba Lev - moment of care


Salir con Lev era alocado. Sus circunstancias te invitaban a enojarte con él seguido, ya que ni medía las consecuencias de lo que hacía.

Como ahora mismo. Sólo que era al revés.

Su hermana te observaba preocupada. Moqueabas por la nariz, constipada.

Sus ojos claros se inyectan de enojo y se enfrenta a su despreocupado hermano.

—¡Levochka!

El nombrado acababa de entrar a la sala y no entendía el tono de reprenda que le daba su hermana.

—¿Pasó algo? –pregunta inocente–.

Su hermana se levanta y lo regaña por haberte traído.

Así era la situación: una semana atrás el modelo en ascenso, Lev, te invitó a pasar ese fin de semana con su familia en Kyoto.

Le habías confirmado, pero estabas enferma en fiebre. ¿Qué hizo entonces el tonto aquel?, Verán, no fue problema alguno entrar a hurtadillas por tu anexo compartido y llevarte con él.

Daba la casualidad que tu compañera no se hallaba allí, así que tampoco fue problema alguno cargarte mientras dormías hasta a su auto (sí, el idiota tenía un auto)

Ni te diste cuenta. Como un costal de papas te arrastró con él hasta su casa.

Pero apenas y recordabas algo, tu sueño era demasiado profundo o la fiebre te tenía desmayada. ¿Que cómo te empacó ropa? Ni idea. En estos momentos te cuestionábas cosas más importantes, como evitar quedarte dormida.

Tus párpados pesaban.

Sólo sabías que cuando habías despertado estabas en el mueble de la sala de estar. Alisa entró y se quedó analizando tu presencia, te había preguntado si estabas bien, tocó tu frente y se percató de tu estado. Te dolía la garganta.

Y así llegaron a esto.

El enorme cabeza hueca de Lev le restaba prioridad a tu fiebre. Según él, no era la gran cosa. De verdad quería que fueras.

Es un niño en el cuerpo de un titán, es algo dependiente a ti –a pesar de que lo regañes la mayoría del tiempo–.

Aprietas las manos en tus orejas, sentías una especie de migraña detonando con aquella discusión.

Alisa se te acerca y se disculpa como siempre.

—_____-chan, lo siento. Puedo llevarte a casa si así lo deseas.

Le echas una ojeada a Lev quien ahora sí se veía preocupado. Tal vez él no te había notado tan mal mientras dormías antes de traerte.

Suspiraste derrotada, te estaba haciendo ojitos de cachorro.

Cómo pudiste, respondes: —Tranquila Alisa -te aclaras la garganta-, creo que si estoy con ustedes estaré en buenas manos.

~

Después de eso, estabas dispuesta a ir sólo para distraerte. Pero si asumías eso, eras una tonta.

Unas horas después, sentiste unos mareos constantes y la fatiga fue peor. Cuando los padres de Lev llegaron de unas compras, no pudieron con la idea si quiera. Estabas pálida.

También regañaron a su hijo, quien aceptó aquellos regaños como si se lo esperaba de ante mano.

Al final la disponibilidad que sentías se fue al traste cuando empezaste a sentir escalofríos. Justo ahí Lev terminó arrollado y preocupado. No supiste a qué acuerdo llegaron, pero cuando te desmayaste dormida en el mueble y despertaste en el cuarto de huéspedes, te dió igual preguntar.

HQ!! ━ [ᴱˢᶜᵉⁿᵃʳⁱᵒˢ ⁻ ᴵᵐᵃᵍⁱⁿᵃˢ ⁻ ᴼⁿᵉ ˢʰᵒᵗˢ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora