#NakedChallenge (TikTok)

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Ex-capitanes (I)

Sawamura Daichi

7 PM, justo a tiempo.

Daichi entrando por la puerta suena las llaves en juego de sonidos al estilo relajado. Quitándose la gorra del uniforme, enciende las luces.

—Amor, ¿Estás ahí?

Sentada en la silla de oficina, se te oculta por el espaldar de la misma. Pero tus pies libres de movían al son de la música de Blackbear que se escuchaba de fondo.

—Así es.

Giras rápidamente dejando al descubierto tu cuerpo como Dios lo trajo al mundo.

—Oficial, no le importaría arrestarme ¿No?

Dejando caer las llaves y la gorra, se impactó tanto que su boca caería al suelo. Acercándote, tenías el teléfono en mano grabando su reacción.

—Wow wow wow, si para ser recibido así todo el tiempo debo arrestarte lo haría sin que me pagarán por hacerlo.

~

Bokuto Koutaro

Recién llegado, tirado en el sofá, el albino observaba el techo. Emocionado del reciente entrenamiento, analizaba lo que sería los siguientes meses para las olimpiadas.

Saliendo de la ducha sin toalla, tenías las camara encendida. Usualmente no hacías este tipo de cosas, pero querías experimentar un poco más.

Caminas por el pasillo a tu propio ritmo, hasta el límite del marco.

—Ammm, cariño.

—Sí, dime –sin despegar la vista del techo te respondió–.

Con las mejillas rojas, aún no te rindes.

—Yo, amm. ¿Sorpresa?

Girando sobre si mismo, te miró. Sus ojos se llenaron de brillo. Una sonrisa enorme.

—¡HEY, HEY, HEY! –se levantó tan rápido que tumbó los cojines–. ¿La cena ya está lista?

Sin entender, te alzó al estilo princesa y te cargó hasta el cuarto. Por poco se te cae el celular.

—La cena, tú eres la cena.

~

Kita Shinsuke

Ya basta de bromas.

Querías ser tomada en serio, que te agarrara del cuello y te dijera cosas sucias al oído.

Encendiste la cámara decidida y caminas con fingida timidez a la cocina donde tu novio lavaba los platos.

Si debías recurrir a este tipo de cosas para tener sexo del duro con él, lo harías. A parte de que sería divertido ver su reacción. De eso se trataba.

—Shin-kun –lo llamas–.

Te quitaste la bata de baño antes de que volteara a verte. Cuando lo hizo, su semblante plano no te dió mucho que pensar.

Caminó hacia a tí. Sonrió dulcemente y te derritió por dentro. ¿Lo entendió? ¿Nacerá en él un instinto salvaje? Conteniendo tu noción, esperas.

—Amor, se te cayó la bata –la recogió y te cubrió rápidamente–. Vas a pescar un resfriado.

Amarró la bata y te besó con una ternura casi diabética en la mejilla.

Ay Dios. Es un ángel. ¿Cómo podías ser tan pecaminosa? Kita es demasiado puro para este  mundo.

—Vamos –tomó tu mano y te atrajo hacia él–. Te daré calor en el cuarto.

Perpleja por su voz tan inesperadamente seductora, tus ojos revolotearon confundidos.

~

Oikawa Tooru

Sentada frente a la laptop, el estrés te consumía de una manera indecifrable. Beber 8 tazas de café y Monster Energy no funcionan, seguirás teniendo sueño pero con taquicardia. Cosas nuevas se aprenden cada día.

Dejando la introducción para última hora, ya eran las 9 PM, pero estabas en eso desde el día anterior a las 3 de la tarde. Francamente no había dormido nadita.

“Querido profesor. Agarre su silla y afiance su trasero a ella. Porque lo que viene a continuación es candela, mi afán por dejar todo a última hora más mi alterego condensado en cafeína y...”

—¡____-chan!~

Interrumpiendo el teclear de tus manos, la voz de Tooru filtra irritación a tus dos neuronas sobrevivientes.

—¿Qué? –super fatigada–.

—¿Vienes a dormir? Tendrás terrible ojeras mañana.

Argumentando que cualquier cosa en estos momentos te sacaría de quicio, prefieres no explotar. Cuentas del 1 al 10 despacio en tu mente.

—Tooru, por si no lo notas, estoy ocupada. Ya casi termino.

Ibas a continuar con tu súper introducción pero otra vez habló:

—Al menos despega la vista de la pantalla un segundo.

—Agh. ¿Qué pasa...?

Parpadeas unos instantes y te frotas los ojos.

El pecho y tronco de Oikawa brillaban o era tu imaginación trasnochada. Sostenía el teléfono. Sus trabajados muslos se veían demasiado... No, no y no. Tienes que terminar el trabajo.

—Sisi ya ala chingada.

Buscas el poco autocontrol que te queda para apartar la vista.

—Moo, no me ignores.

Suavemente masajeaba tus hombros. Idiota, ¿En qué momento se levantó?.

—Deberías descansar. Esa introducción no es nada profesional.

Le das una mirada y sus piernas se veían tan atractivas. Joder, justo ahora se veía ridículamente sexy.

—Eso se siente bien.

—¿Sí? –susurró en tu oído. Te empezó besar el cuello lentamente–.

Tal vez no estaría mal un descanso, si. Eso se siente demasiado bien... “¡NO! Debo terminar!”

—Después –lo empujas–, debo terminar ¡Agh!

—Humm, pareces una maníaca –sin esfuerzo alguno te atrapa de la silla cuál muñeca–. No me gusta que me ignores.

—¿Qué haces? ¡Bájame! –pataleabas pero te lanzó a la cama. Se acerca peligrosamente a tu rostro–.

—Creí que sería divertido, pero me ignoraste –te muerde la oreja y tiemblas al instante–. Te daré un descanso obligado.

HQ!! ━ [ᴱˢᶜᵉⁿᵃʳⁱᵒˢ ⁻ ᴵᵐᵃᵍⁱⁿᵃˢ ⁻ ᴼⁿᵉ ˢʰᵒᵗˢ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora