U.A. + Fantasy [I] ∘˚˳°

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Kuroo Tetsurou - El Shinigami

Tirada en el suelo, sofocada por la poca respiración que te quedaba, habías sido un sacrificio, un mero cordero preparado para el último asedio.

La luces parpadeantes se hacían mucho más voluminosas, lo sabías, te quedaban unos pocos alientos de vida. Serían arrebatados en unos minutos o segundos.

Que frágil, que frágil es la vida. El linaje de tu familia no es la gran cosa, llevabas los aretes predestinados para las mujeres, cartas de amuletos, que no servirían de nada.

Cuando eres un ser con sangre mestiza, la vida es dura. Perseguidos y cazados. O eres un humano o eres un espectro, pero no puedes estar en ambos bandos, no puedes caminar en medio de los caminos.

—¿Oya? –una curiosa voz susurró entre los arbustos– ¿Oya, Oya, Oya?

Trataste de mover los músculos de tu cuello, para voltear a ver, pero un poco más y se rompería, tus brazos estaban torcidos de manera antinatural y tu torso escurría un manglar de sangre, dibujando venas en el suelo.

—Pobre, pobrecita~

La enorme figura se acercaba a tu cuerpo. Agachado a un lado, se divisaba un espectro, no era lo suficientemente raro, pero si imponente. Con sus negros cuernos en punta enrollada, te cubría con su sombra.

—No eres humana, pero has sufrido –te pasó un mechón de cabello ensangrentado detrás de la oreja–. ¿Serás otra alma que llevaré al infinito?

Era una incógnita algo triste. Pero sabías que ibas a morir, aunque tus pulmones rasgaban el poco oxígeno que pudieran recuperar, eran intentos vacíos. Si irías al infinito, que fuera rápido.

Sus largas uñas dibujaban espirales en tu rostro hasta que terminó por tu mentón, alzándolo un poco.

—Yo podría acabar con tu sufrimiento, sin quitarte la vida.

Ese tono cantado te dió escalofríos. Sus colmillos brillaban, y sus ojos dorados te hipnotizaron. ¿Qué espectro era éste? Era rara vez que se veía a uno con cuernos ¿Un demonio tal vez? Entonces ¿Por qué sonaba tan curioso?.

—Tú... –toses fuertemente– ¿Quien er...? –y vuelves toser, una cascada de sangre se escurría por tu boca–.

—Shhh, ya ya –calmado como un riachuelo agregó suave–. No te fuerces. Para las criaturas como tú, el rechazo es de por vida. Pero yo te puedo ayudar, si dices que sí, cumpliré tu deseo, si es que dejar de sufrir es tu deseo.

¿Qué deseas más en éste mundo? ¿Vivir? Antes de ese momento no lo habías analizado tanto, te daba igual. Vivir o morir solo estaba entre la delgada línea de la historia. Pero en este momento, te aferras tanto a la vida como lo podría hacer cualquiera. Siempre se debía pagar un precio por estos deseos y tratos con los espectros, pero cuando estás al borde de la muerte no lo piensas mucho.

La sonrisa juguetona del demonio no era maliciosa, pero tampoco inocente. ¿Lo harías?.

—¿Qué-... debo –tu estómago tembló y se agitó voraz ante el dolor–, debo hacer?

—Oh, cariño. No será mucho. Haré lo mejor que pueda y no te dolerá, mi oferta es mejor que morir aquí en este bosque oscuro como un insecto.

El tono, era amoroso. Congeníaba con tu dolor.

—Si –tus ojos húmedos daban sus últimas lágrimas–. Sí, por... Por favor –rogabas patética–.

Sonrió ampliamente, los listones de su enorme yukata como su cuerpo tiraban colores cálidos por el resto de su vestimenta. Con unos listones blancos y rojos, decoraban el resto de los pliegues.

Te levantó con facilidad entre sus brazos, eras una especie de papel en sus manos.

—En ese caso, tienes que saber que he perdido mi Yorishiro más reciente –te susurró en la oreja con su aterciopelada voz–. Te verás hermosa con mi sello y un kimono diferente.

Sus labios contra tu oído te sumieron a la paz. Una especie de tejido anulaba las cortadas, y la herida en tu estómago ardía, de buena manera, daba la impresión de cuando algo es quemado. Pero no dolía, al contrario, era una maravilla, tu piel se erizó. ¿Todo esto sólo por el sonido de su voz? Así de fuerte era este demonio.

Las brechas de tus órganos se ordenan, invadiendo por la zona de tus costillas la calidez de un abrazo.

Pudiendo respirar mejor, te sorprendió la rapidez de esa curación.

—¿Qué eres? ¿Quién eres?

Tomando su tiempo para contestar lo analizas más de cerca. La piel bronceada y su cabello azabache lo hacían muy bien parecido. Sus finos rasgos maquiavélicos transfiguraban la similitud con un felino.

—¿Yo? Soy un dios de la muerte –su pausa mortal amordazo tu lengua, quitando las palabras huecas de tu boca–. Nos llaman Shinigamis. Pero tú puedes decirme Tetsurou.

Teniendo mejor salud ahora, reconsideras si de verdad tomaste una buena decisión.

Caminando aún contigo entre tus brazos, te da un corto beso en la frente. Te mareas, o eso creías, pero tus párpados comenzaron a vacilar. El sueño te invadió.

—No tengas miedo. Cumpliré tu deseo, cariño.

Cada una de sus palabras sonaban más pesadas y calmadas. Un bálsamo para tus oídos. El poder de esa voz manejaba distancias más allá de las dimensiones.

Cediendo al sueño, la imagen de su hermoso perfil se quedó grabado en tus recuerdos, y entraron en la oscuridad.

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Hola criaturas preciosas.

Soy Chiku, y estás viendo Disney Channel... Ah no, así no era.

Verán, esto es una especie de experimento. Puede que este de Kuroo tenga una segunda  parte y escriba más en el libro sobre U.A. de fantasía. Pero eso es si a ustedes les gusta.

¡Feliz Día, Tarde y Noche! Ꮚ˘ ꈊ ˘ Ꮚ

HQ!! ━ [ᴱˢᶜᵉⁿᵃʳⁱᵒˢ ⁻ ᴵᵐᵃᵍⁱⁿᵃˢ ⁻ ᴼⁿᵉ ˢʰᵒᵗˢ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora