Encadenados (FINALIZADO)

Insoportable

-¡Arriba!- Me caí de la cama junto a Mello.

-Pero...¿se puede saber que haces pedazo de idiota?- Dije elevando la voz.

-Llevo media hora intentando despertarte y como no lo hacias he gritado y he tirado de ti.- Se encogió de hombros.

-Será gilipollas.- Dije para mí misma a la vez que me levantaba refunfuñando y tiraba de él para salir de la habitación.

-¡Eh, para! ¡Aún no me he levantado del suelo!- Gritaba mientras intentaba ponerse en pie, pero yo no le dejaba, tiraba cada vez más fuerte de las cadenas.

-Buenos días....- Saludó Matt arqueando una ceja al ver como arrastraba a Mello.

-Buenos días.- Devolví el saludo sin dejar de caminar y con las quejas de Mello tras de mí.

-¡Agh! ¡Sueltame loca! ¡Te juro que en cuanto pueda levantarme te enteras, me estas haciendo daño en la herida!

-Pues jodete.- Paré y cogí un vaso.

Mello intentó levantarse pero tiré de nuevo de las cadenas haciendo que cayera de bruces al suelo.

-Perra...- Murmuró alzando la cabeza.

Me serví zumo y le miré mientras bebía.

-Por muy chulo que seas no te voy a tener miedo, eso lo sabes ¿no?- Bebí otro trago y al final Mello consiguió levantarse, nos quedamos un buen rato mirandonos el uno al otro, yo con tranquilidad y Mello con rabia.

-Te estás pasando de la ralla.- Aprieta sus puños.

-¿Y qué vas a hacer, pegarme?- Dejé el vaso en el fregadero y caminé hacia la puerta de la cocina pero Mello tiró de mí haciendo que chocara contra su pecho.

-No pego a las mujeres pero como sigas haciendo ese papelito de chica mala que te has montado vas a ser la excepción.- Si las miradas mataran yo ya estaría muerta.

-Oh...que miedo me das.- Me burlé.

-Lo digo enserio gatita.- Bostecé y salí de la cocina seguida por Mello obviamente.

-Mello, he llamado a James y no ha contestado nadie, llamaré más tarde o mañana.

-Agh....¿dónde estará? Yo no aguanto más al lado de esta pija sin cerebro.

-¿Quieres que vuelva a arrastrarte por la casa como si fueras una mopa?- Amenacé.

Entre Mello y yo comenzó a desatarse un duelo de miradas en el que Matt nos miraba espectante.

-Ni que fuerais una pareja de enamorados en una crisis.- Se burló.

-No digas tonterías.- Dijo Mello desviando la mirada hacia Matt.

Mello se acercó al sofá y se sentó, me quedé de pie mirándole.

-¿Es qué no vas a sentarte?- Preguntó con aburrimiento.

-No quiero sentarme.- Me crucé de brazos.

Mello me señaló y miró a Matt con hartura.

-¿Pero tú la has visto? Como para convivir con ella.

Matt comenzó a reírse.

-Vaya par de dos.- Se levantó y cogió un monedero, se lo guardó en el bolsillo del chaleco que llevaba puesto.- Voy a ir a compra algo, queda poca comida, volveré enseguida tortolitos.

-No lo digas ni en broma.- Masculló Mello con enfado.

-Vale, vale, no me muerdas fiera.- Se burló Matt entre risas.- Bueno...procurad no armarla mientras estoy fuera.- Salió de casa y cerró la puerta, la habitación se vió inundada por un incómodo silencio que yo rompí.