Miedo

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Al día siguiente me puse el disfraz que Mello me dejó para poder salir a la calle sin problemas, salí de la habitación y miré a Nick, este estaba dormido en el sofá, parecía más inofensivo así.

-¿Nos vamos a ir ya?- Preguntó Matt saliendo de su habitación, le tapé la boca y le hice un gesto para que se mantuviese callado. Matt miró a Nick y comprendió.- ¿Y cómo vamos a hacer para salir sin llamar la atención si vamos con este grandullón?- Susurró.

-No lo sé..- Fruncí el ceño y miré a Nick.- Deberíamos de encontrar algún sitio donde refugiarnos hasta que todo se calme.

-O dejarle que se busque las avichuelas, no le conocemos de nada.- Miré a Matt con enfado.

-¿Y si te dejamos tirado a ti?- Dije poniendo mis brazos en jarra.

-Bueno, bueno tranquila guapa.- Dijo moviendo las manos en señal de que me tranquilizase.- No le abandonaremos si es lo que la damisela desea.

-No mimes a las mujeres.- Dijo Mello saliendo de su habitación con el disfraz ya puesto, miró a Matt de arriba abajo.- ¿Todavia no te has vestido? Anda date prisa vago.

Matt miró a Mello conteniendose la risa por el disfraz.

-Que guapo...- Susurró casi riéndose, Mello le soltó una colleja y la sonrisa de Matt se borró al instante transformándose en un puchero.

-Jo, que duele mami.- Se quejó sobandose la cabeza.

-Vete a cambiar ya.- Dijo Mello elevando la voz a lo que yo le solté una colleja, este se giró y me miró con los ojos muy abiertos, le hice un gesto para que se callara.

-De collejas va la cosa.- Susurró Matt entre risas.

-Sois muy ruidosos.- Dijo Nick, los tres le miramos, este se encontraba sentado y nos miraba con seriedad, Matt se dio media vuelta y caminó hacia su cuarto para cambiarse.

Me percaté de que Mello miraba a Nick con asco, se metió las manos en los bolsillos y me miró a mí.

-Si no le hubieras traído no nos tendríamos que ir hoy.- Fruncí el ceño y le miré con odio.

-Siento tener corazón.

-No deberías disculparte por eso precisamente...deberías disculparte por ser tan ingenua.

-Deberías disculparte tú por ser un cerdo.- Mello me miró con superioridad y arqueó una ceja.

-No os preocupéis, me iré yo, vosotros podéis quedaros, no os conozco de nada y además voy a ir por mi cuenta y no quiero que nadie me acompañé.

-Pero...¿dónde te esconderás y como vas a pasar desapercibido?

-Lo siento pero ese no es tu problema.- Y dicho eso se levantó del sofá, se dirigió hacia la puerta, yo, sin darme vencida iba a pararle pero Mello me agarró del brazo y me atrajo hacia su pecho con brusquedad.

-Quietecita estas mejor.- Le lancé una mirada de odio.

-Espera grandullón.- Dijo James que al parecer estuvo observando la situación. Suspiró.- Hay una casa abandonada, puedes resguardarte allí hasta que todo se calme, te daré ropa y comida suficiente y agua para que te asees.- Después nos miró a Mello y a mí, que extrañamente seguíamos abrazados.- Y los tortolitos os pirais también, yo no quiero problemas con la policía.

Matt salió de la habitación, la verdad es que no pude evitar soltar una carcajada al verle, como Matt estaba a espaldas de Mello este no lo vio y me miró con extrañeza.

-¿Y tú de que te ríes? ¿te resulta gracioso que estemos viviendo en la calle?

-No.- Dije entre risas señalando a Matt, al fin Mello me soltó y se giró.

Encadenados (FINALIZADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora