Te amo

98 10 2
                                    


En este capítulo me centraré más en ellos dos haciendo que sucedan cosas más amorosas y tal...como recompensa por tardar, espero que os guste.

Sentía las caricias de Mello por todo mi cuerpo, sus húmedos besos sobre mi cuello iban subiendo hasta llegar a mis labios, los que mordió con delicadeza.

Enterré mis dedos entre su pelo y cerré los ojos sumergida en aquella ola de placer que me invadía por completo, ladeé la cabeza y poco a poco fui abriendo mis ojos para toparme con ese azul igual que el mío, pero que aún así me hipnotizaba por completo.

Mello, sin apartar su mirada de la mía introdujo dos dedos en mi interior para lubricar mi entrada, mordí mi labio inferior y le miré llena de excitación.

-¿Te gusta?- Preguntó con voz ronca por la excitación.

-S-sí.- Respondí con timidez y abrí un poco más mis ojos al sentir como un tercer dedo entraba en mí, me estaba volviendo loca y a Mello le estaban gustando mis reacciones, se le veía en la cara.

Mello sacó lentamente sus dedos de mi entrada y los lamió.

-¿Estás lista gatita?- Preguntó Mello acariciando mi mejilla con delicadeza, como si fuera una muñeca de porcelana.

-Hazlo Mello.- Dije totalmente excitada.

Mello sin aguantar ni un segundo más agarró su miembro y me lo introdujo, al principio lo hizo despacio para no dañarme pero al poco rato lo acabó de introducir todo de golpe arrancándome un gemido. Mello acarició mi labio inferior, lo mordió y comenzó a mover sus caderas rápidamente mientras acariciaba mi mejilla.

El tacto de sus suaves manos en mi mejilla provocaba sensaciones extrañas en mí, me estaban dando escalofríos y mi corazón latía a mil.

No podía evitar que se me  escaparan ligeros gemidos que poco a poco fueron aumentando de volumen, pude notar la excitación en Mello ya que comenzaba a dejar un camino de besos en mi cuello sin dejar de mover sus caderas en círculos.

-Mello...- Gemí cerrando mis ojos y entrelazando mis manos en su pelo, Mello comenzó a besar mi mejilla y llegó hasta mis labios sumergiéndonos en un apasionado y largo beso.

Mello acarició mi abdómen sin dejar de besarme y subió hasta uno de mis pechos, lo masajeó en círculos, sus movimientos aceleraron mas provocando que ambos llegáramos al límite.

-Ah...Mello...- Gemí alto y Mello se desplomó sobre mí agotado.

Cerré mis ojos y no pude evitar sonreír un poco a la vez que respiraba agitada. Mello se tumbo a mi lado y me miró son una sonrisa de satisfacción en su rostro.

-¿Te ha gustado?- Preguntó Mello.

-No hagas preguntas estúpidas, lo sabes con verlo.- Reí.

Mello se apoyó sobre su codo y se me quedó mirando durante un buen rato, acto por el que me incomodé.

-¿Vad a dejar de mirarme?- Agarré las sábanas y me cubrí incómoda.

-No puedo dejar de mirarte, consigues hechizarme.- Dijo Mello algo más serio.- No sé como lo haces pero consigues hacerme desconectar por completo, provocar que deje de pensar y hacer que actúe como un idiota.

Me sonrojé a más no poder ante su comentario, mi mirada se centró en la suya pero muerta de la vergüenza me cubrí por completo con las mantas.

Escuché una carcajada por parte de Mello, mostré mis ojos que mostraban algo de molestia.

-No te rías de mí...solo porque me pones nerviosa, si cerraras esa bocaza.

Mello me quitó las sábanas de encima, abrí mis ojos de par en par por la sorpresa y me abracé.

Encadenados (FINALIZADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora