La historia de Mello

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-¿Qué haces aquí?- Pregunté de mala gana sin quitarle las sabanas de encima.

-Duermo contigo ¿recuerdas?- Escuché sus pasos aproximarse poco a poco hacia mí.

-Pues duermete en el suelo.- De repente las sabanas desaparecieron de mi cuerpo y alcé la mirada para encontrarme con aquellos azulados ojos sin brillo alguno.

-Has salido corriendo.- Dejó las sabanas en el suelo, le miré con odio y me senté en el colchón estirandome para cogerlas.- ¿Te ha comido la lengua el gato?- Se quitó la camiseta y la tiró por ahí, no pude evitar posar mi mirada en él, este se dio cuenta y sonrió.

-¿Te gusta lo que ves nena?- Preguntó alzando las cejas.

Le miré a la cata con asco y puse las sabanas sobre en colchón.

-Eres un cerdo.- Dije a la vez que le daba la espalda y me arropaba.

Sentí como Mello se tumbaba a mi lado, posó su mano en mi cintura y me giró repentinamente quedándonos cara a cara.

- No me toques.- Dije a regañadientes a la vez que le daba un empujón.

-Escucha...te has deprimido al ver el periódico... ¿verdad?- Me quedé en silencio y desvié la mirada.

-Que te importa eso a ti.- Dije con frialdad.

-Encontraremos a tu madre, no temas...pero sigo pensando que es mala idea que intentes encontrarla.- Le miré con mala cara.

-Tengo que encontrarla...sea como sea...sea cual sea su reacción...necesito encontrarla.- Dije con la voz algo quebrada.

Mello soltó un pequeño suspiro.

-No entiendo porque tantas ganas de encontrarla..se ha alejado de ti por algo.

-Tengo mis motivos.- Me giré dándole la espalda.

-Entiendo...buenas noches.- Dijo Mello.

Se me escapó una lágrima y me mordí el labio intentando retener mis sollozos, comencé a llorar en silencio y así estuve durante la noche hasta que me quedé totalmente dormida.

Sentí como rayos de sol acariciaban mi rostro, abrí mis ojos lentamente y los volví a cerrar repentinamente debido a la luz del sol que iba directa a mis ojos, me senté rápidamente y frote mis ojos, los notaba hinchados y me escocían, miré a mi lado y Mello no estaba, solté un fuerte suspiro y me levanté yendo directa al baño.

Tenía una cara horrible, parecía una bruja.

-Joder....- Solté mientras acariciaba mis notables ojeras.

-Bueno días.- Saludó Matt pasando en frente del baño.

-Buenos días.- Dije desganada saliendo del baño sin establecer contacto visual con Matt. No quería que viera mi aspecto.

-Hoy os quedaréis Mello y tú en casa, Nick y yo buscaremos leña para hacer fuego...así no pasaremos tanto frío, además de que necesitamos cocinar.

-Agh...está bien.

No me apetecía para nada quedarme sola con aquel niñato era lo último que me faltaba por oír.

Bajamos a la cocina y me senté, cogí unas galletas que se encontraban en un tarro colocado sobre la mesa y le di un pequeño mordisco a una sin ganas.

Nick entró en la cocina y Matt lo miró con algo de temor, intentó ignorar su presencia y siguió a lo suyo.

Nick me miró y se sentó frente a mí, cogió una galleta y se la comió de un bocado.

Encadenados (FINALIZADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora