Mexican Girl

4

— ¡Despierta, maldita! Estamos llegando tarde.

Me quejo cuando la almohada golpea mi rostro y me siento en la cama viendo hacia todos lados desorientada. ¿Qué día y hora es?

¿En dónde está todo el mundo?.

— ¿Y Ruggero?

— ¿Ruggero? Creí que ese nombre estaba prohibido para todos en esta casa. —dice Matt sentándose frente a mí.— ¿Está todo bien?

— ¿Qué día es hoy?

— Viernes ocho de noviembre. —dice confundido.— ¿Segura que estás bien?

— Lo soñé.

— ¿Qué cosa?

Lo miro en silencio por largos segundos y al final niego poniéndome de pie. Estoy sumamente desconcertada.

¿Por qué soñé con Ruggero?

Se sintió tan real.

Evadiendo todos mis pensamientos voy hacia el armario y saco ropa limpia mientras escucho a Matthew decir que estará desayunando.

Me alisto manteniendo la maldita incertidumbre del por qué sentí ese sueño tan real. Y mientras tomo mis cosas para marcharme, mi teléfono suena.

Es Giovanna y avisa que llegó un regalo para mí y que lo dejó en su habitación. Mientras Matthew se cepilla los dientes voy a la habitación de más chicas y compruebo que en la cama de Gio hay una caja de regalo.

Soltando un pesado suspiro me acerco y la tomo deseando que sea de cierto italiano que se empeña en meterse hasta en mis sueños. Y si, cuando la abro de sus mil embalajes noto que se trata de Ruggero.

Si, ya sé. Mala idea hacerte un regalo si estás intentando olvidarte de mí pero solo quiero devolverte algo que me costó conseguir. Vuelves a tirarlo y me tendrás persiguiendote de por vida.
Ah, y feliz cumpleaños.

Confundida dejó la nota un lado y tomo la mini caja que hay dentro d ella más grande.

Y al ver el anillo que él me regaló antes de que lo nuestro se jodiera, niego. ¿Cómo hizo para conseguirlo si lo lancé por la ventana?

Molesta dejo todo sobre la caja y salgo sin tomarle importancia a nada en realidad. Y en cuanto veo a Matthew listo para irnos, solo lo llevo conmigo.

En la universidad recibo muchas felicitaciones pre-cumpleaños. Son todos muy amables.

He de admitir que mis clases aquí son más relajantes porque decidí estudiar para hacerme bailarina profesional lo cual suma muchos puntos a mi favor.

Toda mi vida he estudiado en academias de arte.

Y eso ha hecho cosas muy buenas en mi vida.

Mi día es muy cansado, y cuando salimos de la universidad, pasamos primero por la tienda retirando nuestros disfraces. Estoy emocionada por la fiesta de mañana.

En mi sueño todo fue extraño, pero ahora me aseguraré de que nada de eso suceda en la vida real. Quiero a Roberto lejos de mi vida.

— ¿Qué tal quedó? —ahogo una carcajada y él se cruza de brazos.— Soy sexy.

— Eres una barra de chocolates de M&M'S. —suelto mi carcajada.— No lo decía en serio.

— A ver si así me veo comestible para Abby. —hace un mohín.— ¿Sabías que su disfraz es de Cleopatra? Se verá hermosa.

— ¿Y por qué te disfrazas de chocolate entonces?

— Porque si, ¿ya te probaste tu disfraz?