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— Creo que mi noticia no te gustó del todo. —susurra y yo levanto la mirada.— Perdón, pero debíamos encontrar la manera de decírtelo antes de que Ruggero lo hiciera.

— Intenté muchas cosas para estar con él. Dediqué mi tiempo y paciencia para ayudarlo en esto. —aprieto mis manos en puños.— Y no es que quiera reprochar, pero no me merezco esto.

— Tú sabes que una persona nunca elige de quien enamorarse. Eso solo sucede.

— Tal vez. Pero yo simplemente no quise entenderlo.

— ¿Qué harás ahora?

— Espera un momento.

Poniéndome de pie tomo mi teléfono y llamo a la aerolínea. Necesitaba conseguir un vuelo para hoy mismo.

Estar aquí no tenia sentido. Hacer lo que hice tampoco.

¿Cómo fui tan tonta?

Ruggero, no me quiere con él, ¿cuántas veces tiene que hacérmelo saber?, siempre me ha alejado. Pero en mi defensa, su acelera igual de cambiante que la mía.

Me mandó regalos y fue a buscarme en mi cumpleaños. ¿Qué pretendía si no me quiere cerca?

Y yo, bueno, yo no quise saber más de él en cuanto supe de su primera mentira, pero a la vez ahí me tenía, de estúpida detrás de él buscando solución a cada uno de sus problemas. ¡Vine hasta Italia por él!

Creo que este es el momento en el que me hago la pregunta.

¿Qué quiero en realidad? ¿Qué busco aquí si es obvio que Ruggero no me quiere ni me querrá?

Diablos, su amor por ella es tan fuerte que prefirió ocultarla de mí para evitarse problemas.

Siempre supe que algo estaba mal.

Comenzando por nuestro primer viaje hasta aquí. Su actitud tan extraña y los constantes.

No te oculto nada, Karol.

¡Era obvio que si me ocultó algo! ¡Ella estaba viva!

Y ahora espera un hijo con él.

Me siento ridícula.

Consigo un vuelo para la noche así que vuelvo con Leonardo y le pido que me lleve de vuelta a la casa. No me interesa que Candelaria esté o no ahí.

Solo quiero tomar mis cosas y marcharme.

Él camino es silencioso, él ya no se atreve a hablar y yo simplemente no tengo cabeza para esto.

Entonces una estúpida idea se me ocurre.

Se lo pediría a Mattew, pero él está ocupado intentando conquistar a Julia.

Mis manos tiemblan cuando llamo a Manuel. Pero en serio prefiero esto y no hacer cosas más estúpidas como quedarme a esperar que ese bebé no exista y que Ruggero no se case para que pueda amarme.

— ¿Karol?

— Toma un vuelo. —mi voz tiembla.—Tienes que ir a México, ahora.

— ¿México? ¿Por qué voy a ir a México? ¿Estuviste bebiendo o por qué dices cosas tan estúpidas?

— Manuel. —sollozo.— Necesito estar en un lugar que no me traiga recuerdos buenos con Ruggero.

— ¿Y México es tu mejor opción? De cualquier manera, ¿por qué debería ir yo? ¿Es que ya olvidaste que estoy atado de manos aquí.

— Cometamos nuestra última locura juntos.

— No, Karol. Estás molesta por lo que sea que haya pasado, pero sabes que después nos vamos a arrepentir de hacer esto.

Mexican Girl Donde viven las historias. Descúbrelo ahora