Mexican Girl

18

Quiero que alguien me explique por qué tardan tanto si se supone que todo estaría bien aquí. Llevamos tres horas esperando. Ruggero dijo que sería máximo una hora y media.

No me sentía muy bien.

Estoy preocupada. Y aunque me han pedido que me tranquilice no puedo.

No planeo moverme de aquí hasta que Ruggero se venga conmigo. Se lo prometí antes de que se lo llevaran al quirofano.

— Tu celular no deja de vibrar. —se queja Agustín pero lo ignoro.— No me ignores, señorita.

— Es Eliot pero no planeo hablar con él.

Mi primo asiente y deja mi teléfono en el bolso antes de acostarse en el sillón. Maxi está dormido en la silla y Leonardo se acaba de ir a recibir a sus padres en el aeropuerto.

Maldigo una y otra vez porque me estoy desesperando y si me desespero nada sale bien. Me quiero morir.

Vamos, ¿por qué tardan tanto?

Me muerdo el labio inferior porque uñas ya no tengo. Y juro que cuando la puerta se abre, el alma me vuelve al cuerpo al ver a Ruggero.

Los enfermeros lo dejan sobre la camilla y aseguran que el doctor viene en camino antes de marcharse.

Golpeo a Maxi y Agustín para que despierten y en cuanto lo hacen, sonrío señalando la camilla.

— ¿Está dormido o despierto?

— No sé. —susurro.— Pero está aquí y es lo importante.

— ¿Y el doctor?

— Ahí. —me río señalando la puerta.— ¿Cómo estuvo todo, doctor?

— Muy bien, Ruggero solamente estuvo esperando que los efectos de la anestesia pasen. —explica.— Todo resultó muy bien, pero eso sí. Tengo que advertirles de esto.

— ¿Qué cosa?

— ¿Hay algún familiar aquí?

Quiero negar y explicarle que la familia de Ruggero está en camino. Pero Maxi se adelanta y explica que yo soy la novia.

Así que mientras ellos se quedan esperando que Ruggero despierte, yo acompaño al doctor a su oficina.

Necesito saber cómo va a ser todo este proceso si me ofrecí a estar a su lado siempre.

Apenas me siento él saca su recetario y me mira fijamente. Algo no está bien.

— Las revisiones son periódicas a partir de ahora. —explica. — La primera será en tres semanas. Le voy a recetar medicina vía oral, y unas gotas que deberá aplicarse luego del proceso de desinfección.

— Ya. —asiento.— Pero, ¿cuándo recuperará la vista?

— En su totalidad, en aproximadamente un año. —vaya, es mucho.— Las recuperaciones como dije, son periódicas, e irá recuperando la vista poco a poco.

— ¿Pero volverá a ver?

— Si, señorita. Eventualmente recuperará la visión.

Asiento más conforme con su respuesta y tras recibir las indicaciones necesarias, vuelvo a la habitación. Ya podemos llevarnos a Ruggero.

Aunque obviamente necesita de cuidados especiales y abstenerse de algunas actividades.

El camino de regreso a casa está lleno de emociones para mí, voy a estar con él. Cuidando de su progreso.

Lo haremos juntos.

Su familia nos espera en el departamento, y en cuanto salimos del departamento, Anto se vuelve un mar de lágrimas.