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Quiero llorar. Y por primera vez en la vida es por una buena causa. ¡Mi sueño se está cumpliendo!

Él arquitecto que mi padre me envío explica todo lo que necesito saber para construir mi academia. Asegura que es un buen lugar y que se trata de un lugar estratégico.

Está cien por ciento seguro de que este terreno es nuestra mejor elección. Así que ahora mismo estaba formando el cheque de pago.

No puedo creer que después de años ahorrando todo el dinero que podía en una cuenta, finalmente esté cumpliendo mi sueño. Es tan increíble que..., es que no sé, simplemente estoy feliz.

— Muchas gracias. —estrecho la mano del vendedor.— Si me disculpan, tengo que hacer una llamada pero los alcanzaré después.

Ambos hombres asienten y yo me alejo lo suficiente viendo a Martina tomar fotografías. Me acerco a ella y le pido el teléfono esperando recordar el número de Agustín.

O de alguno de mis amigos.

Basta con que no recuerde el de Ruggero.

— ¿Diga?

— Stefanía. —musito.— ¿Está Manuel?

— Se está bañando, pero si quieres..., oh espera, ahí está.

Escucho murmuros, una risa y finalmente la voz del Chuchito de mi vida.

— ¿Qué haces llamándome a esta hora? Es peligroso que mi esposa te escuche. —bromea.— ¿Qué se supone que voy a decirle?

— Que la dueña de tus quincenas llamó. —digo altanera.— Ya en serio, ni siquiera sabía de quién era este número, creí que era de Agustín.

— Fui el amor de tu vida por ocho años y no recuerdas cuál es mi número. —finje estar ofendido.— ¡Ay, mujer!

— ¡Stefanía no golpees a mi hombre!

Se escucha la carcajada de Manuel y la queja de Stefanía que jura querer matarnos a ambos.

Pero es que comienza a adaptarse al humor tan raro que nos manejamos.

Comprende que si quisiéramos engañarla, lo haríamos a sus espaldas.

— Ya, dime para qué llamaste que estoy ocupado.

— Espero que ella no finja los orgasmos como yo, maldito.

— Karol, está embarazada.

— Ay si, ¿que se siente haber tenido sexo solamente una vez y embarazarla?

— ¿Te quieres callar?

Me río y al final le cuento la verdadera razón por la cual llamé.

Él está orgulloso de mi, termino llorando en el teléfono y al final Stefanía asegura que me hará una cena con mucho veneno para festejar. Al parecer no somos los únicos que manejamos un humor negro.

Les deseo suerte en su rara relación y al final cuelgo entregándole el teléfono a Martina. Entrelazo su brazo con el mío y comenzamos a caminar.

Luego de haber cerrado el trato, Rodrigo pensó que era una buena idea ir a comer para celebrar y no me negué así que ahora mismo estamos yendo para allá.

Twina está tan feliz como yo, y es que creo que todos mis diarios personales hablan de esto y hoy por fin lo logré.

Como mamá me había dicho que dependía de su dinero cuando no era cierto, le devolví todo lo que según ella me había dado y yo tenía guardado en esa cuenta. Al final supe que se lo dio a Agathe pero da igual.

Mexican Girl Donde viven las historias. Descúbrelo ahora