40

1.6K 163 66
                                    

Meses después

-¡¿Alguien vió mi maldito labial?!

-Mujer, cálmate. Solo estamos yendo a tu fiesta de graduación

-¡Exacto es mi momento!

-Chaneque, tu momento fue hace dos noches, en la universidad. -recuerda mi italiano.- Toma aire, sonríe y ponte otro labial.

-Me estoy enojando. -advierto.- Quiero ese labial.

-Pero que hormonal.

Negando frustrada me encierro en la habitación para terminar de arreglarme. No me gusta para nada el estar llegando tarde a mi propia fiesta.

Bueno, no es una fiesta. Decidimos reunirnos e ir a un bar a festejar que por fin me gradué.

Claro que Aarón estará bajo la vigilancia de mis queridos suegros que amablemente vinieron a mi graduación hace dos días. Papá también vino, pero tuvo que regresarse de inmediato.

No entendí muy bien la razón, pero me encantó saber que pudo estar conmigo en uno de los días más importantes de mi vida. Pronto se viene la boda y finalmente todos mis sueños estarán realizados.

Claro que estoy feliz.

-¿Lista? Mamá y papá ya llegaron. Aarón está entusiasmado. Le encanta estar con sus abuelos. -sonrío.- Y yo estoy muy feliz de tener toda una noche juntos y solitos.

-¿Si? -despeino un poco mi cabello dando una vuelta completa.- ¿Cómo me veo?

-Preciosa como siempre.

-Ahora dime, ¿estás orgulloso de mi?

Dibuja una sonrisa en su rostro, se acerca estrechándome en sus brazos y tras dejar muchos besos en mis labios, asiente.

Claro que está orgulloso de mi, no tendría razones para no estarlo. Toda mi vida había trabajado para esto. Realmente moldeé mi vida para este momento.

Desde un momento inespecífico, mi vida transcurrió de la mano del italiano. Y no me quejo de los resultados. Aunque en un estúpido momento nos hayamos vuelto algo tóxicos.

Su terquedad para admitir que me ama me fastidiaba. Y mi actitud de estúpida para todo lo que me molestaba, chocaban demasiado.

Y fue difícil desde su operación, nos volvimos dos polos completamente iguales que bajo ningún concepto se atraían. Aunque con la llegada de Aarón, nos volvimos un poco maduros y centrados.

Es como si él fuese el eslabón sumamente fuerte de nuestro relación. Y bueno, creo que todo el mundo sabe cuál es eslabón débil, su terquedad y mi inseguridad.

Pero creo que aún así lo estamos haciendo bien.

Salimos del departamento. Vamos directo al bar nocturno en el que celebraremos y apenas estamos en nuestra mesa, la noche comienza.

-Y pensar que hace cuatro años eras solo una pequeña mujer de diecinueve años completamente inexperta. -dice Agustín con nostalgia.- Hay que celebrar por eso.

-Y porque finalmente maduraste. -completa Maxi.- Eres diferente ahora, estamos orgullosos de ti.

-Gracias. -les lanzo un beso.- Ustedes son tres de mis personas favoritas, los mejores.

Comienzan a pelear por quien es el mejor, por quien llegó primero y por quien jamás se fue. Y bueno, teóricamente gana Agustín.

Pero porque es mi primo y queramos o no, nos vamos a ver toda la vida. Así que bueno, cada uno tiene un punto a su favor.

Mexican Girl Donde viven las historias. Descúbrelo ahora