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Siempre quise hacer esto. Aunque bueno, en otras condiciones en realidad.

Pero no me quejo de esta versión. Ruggero, Aarón, Giovanna y su novio.

Somos como una familia feliz. Una familia incompleta porque cuando los padres del niño lleguen, el hijo falso se irá.

Habíamos paseado por tantos lugares que ya no puedo saber con certeza cuántos y cuales fueron. Pero al final, nos divertimos, de eso no hay duda.

Ahora mismo estamos en McDonald's, yo disfruto de mis papas y Ruggero come su hamburguesas mientras el pequeño duerme en su regazo.

¿Pueden creer que no quiso que yo lo tomara en brazos ni por cinco minutos?

Ahora resulta que su favorito es Ruggero.

Giovanna y Pasquale en frente de nosotros nos hablan de sus planes para el fin de año. Planean celebrarlo en México.

— Estoy ansiosa. Sé que se vienen cosas muy buenas. —dice Gio sin ocultar su entusiasmo.— ¿Y ustedes? ¿En dónde planean pasar este fin de año?

— Es París con mi padre. Aunque bueno, con la situación de mi madre, creo que el plan cambia un poquito.

— Yo planeo llevar a mi hermano a Italia. —confiesa Ruggero.— Probablemente nos veamos.

Cuando me codea yo solo niego y llevo una nueva papa a mi boca. El pequeño comienza a removerse y Ruggero deja de prestarme atención.

Aarón no tarda en abrir los ojos y tiene intenciones de llorar cuando Ruggero lo levanta y le enseña la manzana que su madre guardó en la pañalera.

Él sonríe y la toma baboseándola con mucho gusto. Hasta que logra darle una mordida con sus dos pequeños dientes.

Insisto, es tan tierno que me dan ganas de ya no devolverlo.

Ruggero se encarga de ayudarlo a terminar su manzana, tampoco es como si Aarón quisiera estar con alguien que no sea él.

Se llevan muy bien, tan bien que comienzo a tener envidia.

Apenas terminamos de comer, salimos en dirección al departamento. Creo que Manuel y Stefanía están tardando demasiado.

Y eso a mi parecer no es una buena señal.

Al llegar vemos a Maxi preparando algo que sea comestible y a mamá con él. Al menos decidió pararse de esa cama.

— Buenas tardes, señora. —saluda Ruggero con educación mientras deja al pequeño en el sillón.

— Ruggero. —responde mi madre y noto la tensión entre ellos.— Karol, ¿podemos hablar? Es sobre los abogados.

Yo asiento y dejo la pañalera a un lado antes de seguirla a la habitación en donde supongo se siente más cómoda para hablar.

Apenas me siento en la cama esperando que hable, ella suspira y se acerca tomando mis manos.

— ¿Crees que es correcto estar con Ruggero?

— Por supuesto que si. —asiento confusa.— Aunque, bueno. No estamos juntos todavía.

— Pero, hija. Él te hizo mucho daño, y antes de ti conoció a Agathe.

— Pensándolo bien, la que se hizo daño fui yo misma al ser tan estúpida e ir detrás de él pese a que sabía que no quería estar conmigo. —resumo.— Ruggero nunca me dijo que me amaba, y pueda que haya conocido a Agathe antes que a mi, pero eso no influye en nada, cuando estuvo conmigo siempre me dio mi lugar como su novia.

Mexican Girl Donde viven las historias. Descúbrelo ahora