— ¿Por qué estás despierta a esta hora?
Dejo de empacar y miro a Ruggero con una sonrisa que él no nota pues aún mantiene los ojos cerrados.
Es difícil, pero por primera vez me voy a alejar de ellos por un buen tiempo. Casi un mes. O probablemente más.
Recibí una propuesta de trabajo mucho más grande, pero tengo que viajar a casi cinco países distintos que por ahora no recuerdo. Y ese no es un problema en realidad, de hecho quise negarme a aceptar, pero Ruggero me alentó a hacerlo de hecho.
Dijo que era una oportunidad muy buena para mi, y que no debía desperdiciar tantas bendiciones que la vid ame ha dado. Lo que le disgusta es que Ruggero va a quedarse solo con Aarón, no quiero dejar solo a mi pequeño.
Me refiero al niño, no al italiano.
Bueno, a él también. Es que, después de tremenda decepción que nos llevamos hace unos meses, no quisiera tener que irme.
Estábamos ilusionados con la llegada de un Robertito bebé a nuestras vidas. Nos habíamos armado toda una película.
Pero al llegar con el doctor, la realidad fue diferente, todavía no hay bebé. Mi cuerpo no logra generar algo que ahora no recuerdo, pero no estoy siendo apta para dar vida ahora mismo.
Quizá más tarde.
Tampoco es algo preocupante, es solamente un pequeño problema según dijo el doctor. O eso espero.
El hecho es que...., diablos, estoy realmente nerviosa.
Sobretodo porque tomé la estúpida decisión de estudiar dos semestres en línea. Ah si, los últimos.
— ¿Chaneque?
Frustrada dejo de mirar hacia la pared y centro mi mirada no sólo en Ruggero, también en el pequeño Aarón que se encontraba durmiendo con nosotros.
Tiene sus ojitos abiertos, no sé desde hace cuánto, pero en cuanto nota que lo estoy mirando bosteza y se da media vuelta aferrándose al pecho de Ruggero. Ah pero miren al niño, me dio la espalda. Estoy indignada.
— Hey. —Ruggero chasquea los dedos llamando mi atención.— ¿Estás bien?
— No. —admito por fin.— Tengo miedo. ¡No! Miedo no, pánico.
Él dibuja una sonrisa de comprensión en su rostro y estira su mano hacia mí. La tomo y me siento en la orilla de la cama sin dejar de mirarlo.
No siquiera sé por qué me siento tan agobiada. Sé supone que esto es para bien. Una excelente oportunidad de hacerme conocida no solamente aquí en New York.
Claro que amo mi trabajo y estoy sumamente agradecida con todos aquí. Pero tengo miedo.
— ¿Qué te asusta tanto?
— Todo, Ruggero. —suspiro.— ¿Qué va a pasar después?
— ¿Con qué?
— Es que, tengo miedo de que me vaya bien. —admito por fin.— ¿Qué pasa si me ofrecen una oportunidad mucho más grande en cualquier lugar del mundo?
— Eso sería excelente para ti, chaneque. ¿Por qué tanto miedo?
— Porque yo quiero volver a México. A mi hogar. —mi voz se quiebra.— Claro que quiero éxito, pero tengo miedo de la magnitud que este pueda tener.
— ¿Estas diciendo que quieres tener éxito y cumplir todos tus sueños solo si estás en México?
— Algo así.
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Mexican Girl
RomanceAhora que Karol está sola, deberá aprender por cuenta propia lo que significa el amor propio. Segunda temporada de Italian Boy.