S I E T E

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—Hoy siento que será un gran día ¿no lo crees Xiao Jun? 

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—Hoy siento que será un gran día ¿no lo crees Xiao Jun? 

—Qué dices Hen Dery, recibir a toda una comunidad desahuciada es completamente una desgracia. Nada propicio nos ocurre desde ya varios años, y un día más agregado al calendario no nos va a resolver la incertidumbre de cómo llevar adelante este imperio.

—Tus palabras son desalentadoras hermano mío. ¿Tienes alguna propuesta para ofrecer? 

—Llevar a cabo la guerra contra la dinastía Jung. Sus tierras son abundantes, la comunidad es joven y fuerte. Podemos lograrlo si se propone con determinación hacerlo. Así como nuestro padre...

—Xiao —interrumpió— yo no planeo ser como nuestro inventor. Llevar adelante una conquista trae muchas pérdidas. Hasta ahora los pocos muchachos que entrenan para ser samuráis, están recién comenzando y la comunidad...

—La mitad de la comunidad murió en manos de Yuk Hei, y no hace falta guerreros con experiencia. Quizás con algunos onmyojis de nuestro lado conseguiremos la victoria. 

—Pelear en desigualdad de condiciones es un acto de cobardía y deshonor. Hablaré con Kun al respecto. Ahora si me haces el favor, tráeme vino para festejar. 

—Do Young déjalo, es imposible arrancar eso de tu tobillo —advirtió

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—Do Young déjalo, es imposible arrancar eso de tu tobillo —advirtió. 

—No aguanto estar ni un minuto más aquí dentro. ¡Nadie mantiene cautivo al gran Kim Do Young, sea el año que sea! —gritó y zamarreó de aquella cuerda como un niño haciendo berrinche. 

Si Cheng sonrió ante la picardía de su hermano, rápidamente hizo sonar los dedos de su mano e imitó la acción simplemente por aburrimiento. 

Logró liberarse sin hacer el menor de los esfuerzos. 

El mayor lo miró atónito, para luego reaccionar y pedirle que lo ayudara cuanto antes. 

—Lo que sea Si Cheng, lo que sea que hayas hecho, lo volverás a intentar conmigo.

—¿En serio piensas que voy a irme sin ti, hermanito? Eso jamás.

Do Young miró a Si Cheng y sonrió ante sus palabras. Sus ojos brillaron llenos de orgullo; podía sí, tener dolores de cabeza con el que era su hermano menor, pero eso no llevaba a no quererlo; al contrario, aumentaba en él las ganas de tenerlo a su lado por siempre.

𝐑𝐲𝐨𝐤ō-𝐬𝐡𝐚 - NCTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora