—¿Te ayudo? —preguntó Nairi cuando Aurora batalló para meter los zapatos en el pequeño saco de lino.
—Es demasiado pequeño. —Había estado intentando meterlo por una eternidad, de mil maneras, y siempre terminaba metiendo uno y dejando el otro afuera.
—Tienes que encontrarle la forma.
Nairi juntó ambos zapatos, suela con suela, y los aplastó con fuerza antes de enfundarlos en el saco de lino. El día siguiente se iban a la cabaña en las montañas, y estaban bastante emocionadas por pasar un tiempo en la naturaleza. Bueno, Marie estaba muy emocionada por encontrar más inspiración para pintar, y le recordaba a Nairi lo genial que sería. De lo que estaba emocionada Aurora era de tener otro escenario para estudiar. A ver si así se le pegaba la información mejor.
—¿Todo listo? —preguntó Mabel tras cerrar el baúl que compartía con Marie.
—Listo —dijo Nairi.
—Entonces ya vámonos a dormir —respondió Mabel.
—Pero es tempranooo. —Marie se levantó de golpe de la mecedora donde había estado sentada y comenzó a brincar—. ¿Y si jugamos algo o así?
—Mejor nos vamos a dormir para ir desde temprano, bien descansadas. —Mabel no parecía querer cambiar de opinión.
—Sí, yo estoy bastante cansada —dijo Nairi. Aurora bostezó—. Y ella también.
—Son unas ancianas.
—¡Oye! —exclamó Mabel—. Respeta a tus mayores.
Todas estaban riendo cuando alguien tocó a la puerta.
—Voy yo. —Aurora se paró de la cama y abrió la puerta, encontrándose con Felipe—. Eh, hola. ¿Listo para el viaje de mañana?
Felipe sacudió la cabeza.
—No, lo siento. Iré a Weslia. —Sacudió un pedazo de papel en sus manos—. Me llegó una carta de un buen amigo que está enfermo. Iré a verlo.
—Oh, está bien. ¿Por cuánto?
—No lo sé, pero espero que sea rápido.
Aurora puso una mano en el brazo de Felipe y asintió.
—Si te toma mucho tiempo, ve directo al castillo. Si no, aquí estaremos, ¿bien? —Felipe asintió—. Pediré por tu amigo.
—Gracias.
Felipe cerró la distancia entre ellos y la abrazó con fuerza. Luego se fue y desapareció dentro del Gran Salón.
***
—No es por ser mala, pero me alegro mucho que Felipe no haya venido —dijo Marie. Se sentó en un pequeño sillón cerca de la chimenea y apoyó los pies contra la pared.
—Oye, no. Se tuvo que ir porque un amigo suyo está enfermo, no por decisión propia. Es una desgracia.
—Y oraré por él —intervino Mabel—, pero en esto sí estoy de acuerdo con la bebé. Felipe es un gran tipo y todo lo que quieras, pero es algo incómodo porque apenas lo conocemos. Es bastante misterioso.
—Estoy de acuerdo. Es extraño, por más amable que sea —dijo Nairi.
—Está solo, y tiene mucha presión. Chicas, no sean así —contestó Aurora.
—Era nuestro viaje de chicas, y terminó arruinándose por él —añadió Marie.
—«Arruinarse» es una palabra muy fuerte —dijo Mabel.
—Gracias. —Aurora alzó una mano en dirección de Mabel, pero ella sacudió la cabeza.
—El término adecuado sería «un cambio de planes que nadie quería pero oh, pobrecito, estaba solo y merece nuestra compasión».
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La heredera durmiente: el despertar © [TERMINADA]
FantasyEsta es la secuela de "La guerrera durmiente: la maldición." La primera parte está terminada en mi perfil. *** Casi siete meses después de caer bajo el hechizo de Maléfica, Aurora despierta. Ya no es la misma joven que huyó del castillo, pero l...