capítulo 5: supermercado ocupado.

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Ya habia pasado como media hora desde que los chicos se encontraron y ahora estaban llendo directo a el supermercado que Kembly prometio darles como pequeño escondite mientras y por raro que parezca ninguno había hablado desde que los calle porque estaban cantando canciones infantiles.

Ahora Barnie y Bingo están en mi cabeza danzando felizmente.

-Ya me aprendí todos los insultos en italiano- dijo Jack arrastrando sus pies por la tierra.

-Les dije que se callen o no hay trato-.

-Eres muy dura, ¿que acaso tienes novio o algo?- pregunto uno de los chicos de cabello negro y ojos azules, creo que se llamaba Mikey.

-Mikey, es obvio que no tiene novio, ¿que no ves su actitud de adolescente reprimida?- Rye me apuntó y me detuve totalmente indignada.

-Son malos para criticar y si tengo es mi problema-hable mirando a ambos chicos- y como me moleste entonces hare una llamada, asi que sigan caminando mientras yo me quedo atrás-.

-¿Y si nos perdemos o nos come un león hambriento?-.

-Dudo que se pierdan porque no creo que sean tan estúpidos para perderse y lamentó informarte que los leones no andan caminando buscando comida en Los Ángeles-.

-Pero yo ni siquiera quiero que me coman, soy una buena persona- dijo el chico rubio de ojos verdes que se presentó como Brooklyn.

Es difícil odiarlos porque ninguno de ellos es feo, son totalmente atractivos y su manera de ser es más que suficiente para querer quedartelos, he estado con ellos como media hora y andan haciendo chistes que sólo ellos entienden mientras cantan canciones random y las bailan mientras caminan, tuve que bailar la macarena mientras caminaba.

Su aura es tan brillante y llena de felicidad que parece que estoy teniendo una excursión con niños de preescolar.

-Yo lo decía más para mi que para ti, Bonky- sonreí viéndolo a lo que el me saco la lengua.

-Pero que sea rápido, demonio gris- sonrió Rye sarcasticamente haciendo que sus ojitos se hagan chiquitos como los de un chinito-.

Sólo porque me invito a su chocolate o ya estaría a tres metros bajo tierra, sonreí por eso y rodé los ojos para hacer una llamada rápida.

-¿Donde están?, apurense que ya no los aguanto más... No vengas con eso de hacer amigos o te extermino ahora mismo, Theodore- grite mientras caminaba de lado a lado arrastrando mi maleta- Robin, vengan rápido- hice un puchero e infle mis mejillas- No fue una buena estadía quedarse en Italia y sobre todo en la casa, los espero aquí- colgué la llamada y me giré viendo a los 7 chicos- Mis amigos vendrán rápido a abrir esta chatarra.

Hubo otro camino silencioso y me estuve acostumbrado a sus silencios cuando se quedan sin cantar o sin hablar. Cuando menos lo vi habías llegado a tan grande supermercado que tiene buenos momentos en sus paredes, risas y lágrimas de alegría que nadie será capaz de reemplazar con dinero o comida.

-No nos dijiste de quien es, ¿es malo preguntar?-.

Suspire y me deje acostar en la acera de el supermercado para explicarles porque duele tanto estar enfrente de este supermercado.

-Es del papá de un amigo, ellos vendían hace unos meses pero lo dejaron porque ocurrieron- suspire pesadamente y deje la frase en el aire para retomarla otra vez- Ocurrieron algunas complicaciones y lo más fácil fue cerrar todo-.

-Siento que tu estas involucrada en esto porque te duele hablar de esto-.

-Soy cosas que hace meses pasaron y no se pueden cerrar- suspire y cerré mis ojos calmando el gran dolor que sentía.

USTEDES, MI REFUGIO #1 (Completa).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora