USTEDES, MI REFUGIO #1 (Completa).

capítulo 11: flores y macetas (PCDLSF)

primer capitulo de la segunda fase.

Hace años atrás...

-Asi que, ¿Harper, no?- hablo Theo mientras veía el cielo azul junt con Gar.

-Si, pensaba hacerle algo para su cumpleaños pero aún no se que-.

-Mi pequeña crece tan rápido-.

-No empiezes con tus cursilerias, Theodore, hubiera acudido mejor a Hayes-.

-Déjame decirte que soy un buen amigo y merezco un poco de respeto, no soy un trapo que puedes andar manejando a tu gusto-.

-Si, como tu digas- rodo el chico sus ojos mientras Theo hacia una cara de indignado que consistía en poner tu mano en tu pecho y abrir los ojos exageradamente mientras abrias la boca como una perfecta y redonda "O".

-Me tratas como una basura, Gar y déjame decirte que soy una mujer que merece respeto, estoy harto de tu malo trato hacia mi-.

-¡Theo!- chillo Gar mientras sarandeaba a el rubio de los hombros- ¡Enfocate en el plan de regalo de cumpleaños!-.

-Perdón, soy un poco dramático y ando sin probar una cama-.

-¿Un poco dramático?-.

-Ahí está esa voz de "no, mi cielo, te equivocas, eres más dramático que una mujer en sus días". Aprende a tratar a una mujer, Gar-.

Gar simplemente no aguanto y le dio un buen zape a el rubio que andaba haciendo dramas para nada.

-¡Sigue haciendo dramas o puedo pegarte en otra parte!-.

-Ya, bajale a tus dramas, mi reina- alzó su dedo mientras negaba con la cabeza- ¡No, Gar con el amigo bate no, el no merece tu mala paciencia!.

-¡Garfield! - grito Harper- No le pegues con el bate, recuerda que aunque le peguemos no queda bien-.

-Yo quería que me de una buena idea para un regalo tuyo- chillo el chico mientras daba pequeños golpes en el piso con su talón.

Harper sonrió y simplemente negó tiernamente con la cabeza.

-Yo no quiero un regalo, con tu amistad me conformo y me sobra además, me has hecho cambiar muchas cosas de mi y me haces darme cuenta de que soy perfecta así como soy, que no debo llorar por nadie y que tu harías cualquier cosa para que yo este sana y salva y eso, lo agradezco infinitamente-.

-Tu me has hecho un mejor hombre, y si pudiera darte un centavo por cada vez que me siento mal y con tu risa me haces sentirme afortunado, tu serías millonaria-.

-¿Te he hecho un mejor hombre?- pregunto confundía y mirando a Gar.

-Eres la única que puede hacerme entrar en razón y la única que puede controlarme a su gusto, la única que me hace darme cuenta de que los errores son buenos, la única que me cuida de nunca hacer una estupidez y la única por la que sigo vivo en este mundo lleno de caos y maldad. Tu eres la única y serás la única mujer que amo y adoro con cada pizca de mi corazón y no, no estoy enamorado, sólo te cuido y te quiero como la niña de mis ojos y daría todo para hacerte ver que eres perfecta y la más talentosa chica que he conocido.

~~~

California a las 10:40 de la mañana del día 24 de Noviembre del 2016.

Han pasado ya dos meses desde que todo mejoró, ya Andy estaba feliz y muy emocionado de que Harper este en casa, ella está sana. Ya era Noviembre y eso era las vacaciones que la Universidad les daría, ya que empezaron antes mientras las otras personas estaban en vacaciones. Andy iria a ayudar a Kembly, la pequeña ya tenía el derecho de mudarse a la Universidad, lo cual emocionaba a la pelinegra.

-¿Tienes todas tus cosas?-.

-Si, ya todo lo tengo en la maleta y la maleta ya esta en el auto-.

-Tengo miedo de perderte, mi niña-.

-Tranquila, mamá- sonrió Kembly mientras dejaba pequeños besos en la mejilla de mamá- No te dejaré y siempre estaré aquí para ti, es raro llamarte mamá cuando tengo otra mamá en Reino Unido.

-Me gustaría que me llames segunda mamá o Elizabeth-.

-Se quedara mamá Liz, ¿te gusta?-.

-Es perfecto- sonrió mamá y abrazo a Kembly.

Los 5 nos metimos a el auto, cantamos canciones infantiles mientras disfrutábamos de el último día que estaríamos como hermanos.

La señora Elizabeth trabaja para sustentarse ella sola, ya que Nate y Blade eran los mayores y sabían como valerse por ellos mismos aunque obviamente ayudaban y le daban a su mamá.

Fueron sólo dos horas para llegar hasta la Universidad, no estaba tan alejada de la ciudad y tampoco era la única Universidad alejada de la civilización con campos y bosques para meterse y matar a los alumnos o cometer un asesinato, no era así, era una escuela cuidada y muy espaciosa.

Al llegar, la señora Elizabeth se bajó y miro la Universidad que estaba rodeada de lindas casas y tiendas a su alrededor.

-No me la imaginaba así, pero me gusta y ni siquiera es mi escuela-.

-Bien, nosotros aquí los dejamos-.

-Me prometi no llorar y lo estoy haciendo- soltó Nate mientras con la manga de ni suéter se limpiaba sus mocos-.

-Si, mi suéter está a tus órdenes- respondi y rode los ojos.

Nate ha estado un poco... Ummm ¿como decirlo sin sonar tan mal hermano?.

Ees algo dramático y paranoico, cuando Kembly nos dio la noticia de que se mudaría a el campus de la escuela, Nate entro en pánico, incluso tapó las puertas y ventanas con madera y clavos para que Kembly no salga.

Mi mano siguen doliendo de dar tanto martillazos.

Kembly sonrió y abrazo a Nate, el rubio podía ser un poco sentimental y algo extraño pero eso le agradaba a Kembly de su loco y ya adulto hermano.

-No me voy a casar sólo estaré aquí unos días mientras remodeló todo esto-.

-¿Puedo venir a visitarte?- Kembly rio y abrazo a su hermano mayor mientras Nate la alzaba para que sus pies no toquen el suelo.

-Claro que si, si Andy estuviera aquí sentiría vergüenza de ti-.

-No seas mala con mis sentimientos- soltó un bufido y Kembly lo abrazo mientras restregaba muy sutil y tiernamente su cara en el pecho de su hermano- No quiero dejarte volar, quiero que estés aqui y no te vayas de mi lado. Eres mi pequeña y dejarte ir me duele tanto-.

-Nate, algún día iba a tener que aprender a volar del nido-.

-No quiero que crezcas, eres mi pequeña flor y mereces quedarte en mi jardín y no el de alguien más-.

-Las flores crecen y se trasplantan a maceta para emprender su camino por su cuenta pero Kembly nunca se apartara de nosotros, Nate-.

Elizabeth puso su mano en el hombro de el rubio que andaba melancólico.

-Aveces debemos decir hasta luego por un tiempo-.