Capítulo V: Detective Arias

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Me desperté a las 4 de la mañana porque sentí a Adelina levantarse de la cama para ir al baño, yo me levanté con ella y me quede a su lado en el baño mientras que a ella le daba una crisis emocional, no digamos que era algo particularmente grato, tampoco digamos que yo era mejor persona para acompañarla en ese momento, pero peor hubiese sido si es que se hubiese quedado sola en el baño llorando.

Si Creo que por razones como esas no tendré hijos, me quedé sentada al lado de Adelina en el baño hasta que se calmó y la pude levantar para llevarla a la cama. Me quede sentada en la cama mirando a Adelina, mientras que ella se acostaba mi lado y note como se esforzaba por evitar mirarme.

— No estás bien — estaba buscando una respuesta a la pregunta que tanto había repetido en los últimos días para ver como ayudarla — ¿Jonathan te hizo algo? — Note como se ponía nerviosa y negaba con la cabeza — Bien — me levanté de la cama — Tengo que revisar unas cosas del trabajo.

Ella asintió con la cabeza y yo me senté en el sofá para tomar el portátil, conecte los cascos al portátil, realmente no tenía que revisar nada sobre del trabajo quería ver si encontraba información sobre Jonathan, empecé por buscar el apellido, prácticamente lo mencionan cada vez que Adelina salía con él a alguna parte así que no me hacía mucho problema sacar la información más superficial que me entregaba la prensa, ya con el apellido pude encontrar sus redes sociales, pero recapitulemos con lo básico: Es surfista, se llama Jonathan y está saliendo con Adelina, tiene dos hermanos y era de Australia, su familia prácticamente lo desterró, estuvo comprometido pero tuvo problemas de adicción así que se separaron.... aah ¿vieron eso? pura deducción, no, no era deducción era porque Jonathan era tan egocéntrico que tenía videos explicando su situación y contando su vida, aún que e de admitir que algunas cosas eran considerablemente turbias respecto a su vida privada.

— ¿Por qué tienes esa cara? — me pregunto Adelina que estaba acostada en la cama.

— ¿Qué cara? — respondí con una pregunta y estaba segura que eso no era del agrado de Adelina, levanté la vista de la pantalla — es mi cara normal — le señalé volviendo a mirar la pantalla.

— Si seguro — estaba claro que ella me conocía, Adelina se levantó de la cama y yo por reflejo cerré las páginas del internet y agradecí internamente por tener el Excel abierto desde hace como cuatro días atrás, Adelina se sentó a mi lado y miró la pantalla del portátil.

— Son las 5 de la mañana recién — le comenté mirando la hora — ¿No quieres dormir? — Ella me miró y negó con la cabeza — sí, cierto que te levantas a esta hora, lo había olvidado — yo me refregué la cara y mire a Adelina para luego mirar la pantalla.

— ¿Estas bien? — preguntó ella mirándome y yo asentí con la cabeza, estaba cansada, estar tanto tiempo frente a la pantalla del portátil me cansaba la vista — ¿Segura? — yo volví a asentir y cerré el portátil.

— ¿Tu estas bien? — le devolví la pregunta y ella se puso nerviosa.

— Sí — dijo dudosa — Estoy bien — volvió a decir otra vez como queriendo convencerse a ella misma de lo que decía.

— Cariño, no me sirve que intentes convencerme a mí si es que tú no te puedes convencer a ti misma — le comenté indicándole que me daba cuenta que ocurría algo y deje el portátil al lado, la mire y ella desvió la mirada — así que Ad ¿Qué ocurre? — le dije mirándola y ella negó con la cabeza.

— No pasa nada — negó ella y yo la mire.

— Mmmm — la inspeccione y ella me quedo mirando, solté un suspiro — Siento que ya no te conozco — susurré en lo que se supone era un comentario para mí.

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