Joyerías Izaro

Capítulo X: Conversaciones

Estaba echada en el sofá mientras escuchaba el constante sonido de la máquina la verdad es que consideraba imposible dormir, el sofá-cama era muy incómodo y el sonido de la máquina no ayudaba mucho, digamos que no era un ruido molesto pero tampoco podía dormir escuchando constantemente el pitido que emitía la muy mencionada máquina (Monitor Holter), no sé cuánto tiempo estuve despierta mirando el techo de la habitación pero llegó un punto en el que era tan tarde que la habitación estaba totalmente oscura y con muy poca suerte entraba luz de los faroles de la calle por la ventana que tenía una cortinas considerablemente gruesas, estaba segura de que si las hubiera cerrado la habitación hubiese quedado completamente a oscura así que me levante y con cuidado intentando meter la menor cantidad de ruido posible cerré la cortina quedando así a oscuras, me volví a acostar en el sofá cama sobre mi espalda intentando encontrar la posición más cómoda que podía, pero me parecía realmente imposible hasta que me di vuelta quedando sobre mi hombro izquierdo.

— Lara — me llamó Adelina despacio y yo hice un sonido de "Dime" — ¿Cuánto tiempo crees que tendré que estar aquí? — escuché la voz de Adelina que provenía de alguna parte de la oscura habitación de hospital.

— No lo sé Zibá — le respondí con sinceridad y me senté en sofá cama — hay que preguntarle al doctor ¿Cada cuánto tiempo viene generalmente? — le pregunté para hacerme una idea.

— En la mañana tipo 6 — comentó y yo intenté mirarla entre la oscuridad de la habitación pero no hace falta decir que el intento fue en vano.

— Dijiste que la noche anterior la pasaste con Jonathan ¿Él no le preguntó al doctor? — le dije un poco extrañada.

— Hizo turnos con Alejandra, pero cuando vino el doctor estaba él y no, no le preguntó nada — nos quedamos en silencio un rato mientras yo escuchaba el constante sonido del aparato creo que en ese momento era en lo único en lo que me fijaba inconscientemente — Lara — volvió a decir y yo volví a emitir un sonido gutural que decía "Dime" — ¿Cuál ha sido el peor momento por el que has pasado? — me pregunto y yo me moví para mirar lo que yo creí que era el techo, la habitación estaba considerablemente oscura al punto en el que con poca suerte podía divisar mi mano si es que la ponía frente a mi cara, fruncí el ceño.

— ¿Por que lo preguntas? — me resulto extraña la pregunta si somos realistas.

— Es solo que, todo esto me hizo acordarme de mi padre — ella se quedó en silencio y luego soltó un suspiro — Como sea, fue una estupidez preguntarlo, descansa Lara — la escuche moverse en la cama.

— La muerte — cerré los ojos con fuerza, creo que era uno de los pocos temas de los que siempre me costaba hablar — Ese sentimiento de ver a alguien fallecer y no poder hacer nada, eso es lo peor que me ha pasado — me senté en el sofá mirando la oscuridad de la habitación — Mi familia ha tenido mala suerte con las enfermedades que no tienen cura, me tocó ver como algunos tíos daban sus últimas respiraciones, es — Busque la palabra porque en ese momento solo podía pensar en una y era "Catástrofe" — Agotador, devastador para la familia y duele, claro que quede como la persona sin sentimientos luego de esas experiencias — la escuche moverse en la cama nuevamente.

— ¿Por qué? — me pregunto ella en un murmuro.

— Es una mala práctica que tengo — me hice una idea para ver cómo explicárselo — Reprimo mis emociones cuando son muy fuertes, es como si no me gustaran, un método de auto defensa— comencé a dudar un poco de mi explicación pero lo mejor que podía hacer en el momento — cuando una emoción es muy fuerte la reprimo y me olvido de ella y Dios me sale de una forma tan natural que a veces no me doy cuenta cuando lo hago — yo me eche en el sofá otra vez — me usaban como apoyo emocional muchas veces por eso, tampoco fui capaz de siquiera llorar en los funerales, claro que duele pero no lograba simplemente exteriorizar las emociones — le termine de decir.