Capítulo XXII: Casa Rodante.

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*P.O.V. Adelina*

Me levante temprano por la mañana temprano para evitar encontrarme con Jonathan, quizá se estaba comportando lindo conmigo pero realmente no quería caer otra vez en eso así que me fui con Dante a la oficina, a eso de las 10 de la mañana me llamo Lara y agradecía que ya estaba terminando de ponerme al día con las cosas atrasadas.

¿Cómo esta la mujer más hermosa del mundo? — Escuche a Lara hablar del otro lado de la línea.

— Hola — no pude evitar sonreír y hable prácticamente en un susurro — ¿Cómo estás? — logré formular entre tanta felicidad que me causaba el simple hecho de escuchar su voz.

— Bien, aquí — sabía que estaba tratando de formar un poco la naturalidad con la que estaba hablando, preferí no darle importancia en el momento — Con mucho papeleo, pero bueno, Tú ¿Cómo estás? — Me preguntó y yo solté un suspiro.

— Terminando — creo que en momento fue la única palabra que pude formular en el momento escuché una exclamación del otro lado de línea.

— ¡Wow! Dos meses de trabajo en dos días es todo un récord, creo que deberías trabajar para mí — su ironía fue evidente.

— Estoy terminando con la primera parte si, presupuestos e investigaciones, tendré que ir a España, Rusia y Alemania este año, para las juntas anuales y estoy avanzando con las cosas de esos países que es lo que se me viene más encima — por año y por cosas de tiempo solo iba a dos países, pero por todo el asunto del desfalco de dinero que hubo en Alemania el año pasado tendré que ir para allá este año.

— ¿Tienes acompañante? Ya sabes, alguien te tiene que asesorar y asegurar que no pongas nerviosa a la tripulación de los aviones — yo me reí levemente ante el comentario.

— Tengo un jet privado, o sea es de la empresa pero todo sirve — indirectamente le estaba ofreciendo que fuera conmigo — Si de aquí a un par de semanas más te desocupas, el ofrecimiento está hecho — me quede mirando la pantalla de mi portátil.

— Créeme que haré lo posible — dijo ella y la escuché decir algo por lo bajo que no logré entender — Myiernoa ¿Atseaso moanoie sabethe gatseer aschzeo bethiemo emo estaue schyzear? — Me quede un buen rato pensando en que era lo que había dicho hasta que llegue a la conclusión de que realmente se me había olvidado todo lo relacionado con ese dialecto inventado por Lara — al final me compré una casa rodante — comentó ella con naturalidad, como si el comentario que había hecho en otro idioma hubiese sido un comentario para ella.

— ¿En serio? Supongo que me vas a mandar fotos — no era una suposición, era más una orden indirecta.

— Estaba pensando en que la vieras por tu propia cuenta —  yo asentí con la cabeza — cariño — Volvió a hablar — sabes que estamos por llamada, no puedo ver cuando asientes o niegas con la cabeza — era como si de pronto ella pudiera verme, quizá había tomado esa manía de Lara, después de todo ella también hacía eso.

— Si — fruncí levemente el ceño — Es solo que se me olvida, no se — hice una pausa — Como que te extraño — termine de decir y sentí mi corazón acelerase mientras esperaba una respuesta de ella.

— Y yo a ti princesa — fue un tono suave que me transmitió todo el cariño e incluso más de lo que necesitaba en el momento. — ¿Estás en tu oficina? — Me preguntó ella y yo asentí extrañada.

— Si — respondí finalmente y mire a Dante que estaba sentado en el sofá mirándome.

— Baja — Dijo ella con simpleza, yo le hice caso, Dante bajo conmigo y cuando salimos del edificio vi a Lara parada en la vereda y apoyada contra la casa rodante, cruzada de brazos y sonriendo, yo me quede quieta como no esperándomelo, realmente creía que estaba en la oficina de Chrétien o algo así — Y ¿Qué te parece? — Me preguntó acercándose a mí, el primero el acercarse a Lara fue Dante pero cuando mi cuerpo salió de transe me acerqué a ella y la abracé con fuerza. — ¿Todo Bien princesa? — Me preguntó devolviéndome el abrazo y yo asentí con la cabeza escondida en su pecho. — Yo también te extrañe — susurró.

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