Capítulo XXIV: Feliz Cumpleaños.

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Algo tenía que pasar, no era vida si es que no me despertaba por una u otra razón, esta vez me levante con unos gritos que provenían desde fuera por una Adelina enojada, un poco adolorida baje y me quede para en el umbral de la puerta, Jonathan estaba discutiendo con Adelina y aparentemente el no entendía que no le podía ganar tan fácilmente a la Gran Adelina Gregson, me quedé mirando la escena divertida, el chico no sabía argumentar y Adelina tenia años y años de práctica por discusiones de negocios así que creo que era lógico quien iba a ganar esta vez. Jonathan me miro en un momento y se puso considerablemente nervioso, fue tanto así que termino por irse.

— ¿Lo quieres demandar? — le pregunté sin moverme del umbral de la puerta.

— ¿Conoces a algún abogado bueno? — yo le sonreí y fui a buscar mi celular, volví a donde estaba Adelina y busque el número de Keira, apenas marcó ella contestó.

— Keira querida ¿Cómo estás? — puse el celular en altavoz y me gané una mirada celosa por parte de Adelina.

— Todo bien, harto trabajo ¿Tu como estas? — Keira era directa con las cosas, pero era bastante buena para discutir, ya saben, cosas de abogados.

— Por eso mismo te llamaba — me senté en la mesa — Resulta que hay una persona que queremos demandar o algo así — me removí en la mesa un poco incomoda.

— ¿Qué cargos? ¿Tienes pruebas? — Keira puso seria y estábamos entrando en materia.

— Igual y alguien de la oficina grabó la golpiza que me dio ayer — comenté mirando a Adelina ignorando por completo a Keira que estaba al teléfono escuchando todo.

— Te facilito el trabajo, hay cámaras de seguridad en la oficina — informó Adelina y yo asentí.

— ¿Cómo que te golpearon? — pregunto Keira. — Lara, si te golpearon sin razón eso agresión física de lleno — en parte fue un tono de preocupación que no había escuchado nunca salir de ella.

— Este... si, bueno resulta que ya me había golpeado una vez, antes emmmm y yo se lo devolví por defensa personal — hice una pausa y seguir explicando la situación — Cuando Adelina estuvo en mi casa luego del accidente el chico este se aparecía por allá y lo tuve que amenazar con demandarlo para que no fuera más — me apoyé en la mesa de la cocina y me lleve una mano a la oreja.

— ¿Algún otro cargo por el que lo quieras demandar? y necesito el nombre del chico — dijo Keira y yo asentí con la cabeza.

— Violación y agresión física — comentó Adelina — intento de chantaje también, si es que sirve de algo — añadió y yo la mire extrañada.

— Necesito pruebas de todo — hablo Keira y yo asentí con la cabeza.

— Las hay — dijo Adelina en un susurro.

— Oh y es el chico del que te hable la otra vez que viniste — en parte lo dije para cambiar el tema de conversación porque sabía que a Adelina le incomoda.

— El australiano, claro, eso me facilita mucho las cosas, como ya tiene antecedentes será más fácil meterlo a la cárcel — dijo Keira y la escuche soltar un suspiro — ¿Algo más? — Pregunto ella y se formó un silencio — Bien, de todas formas mándame las pruebas para tener un respaldo, tienes mi número y si aparece por tu casa emmmm, no sé, sácale una foto o me llamas — yo asentí con la cabeza.

— Gracias Kei, te debo una — fue mi modo de despedirme de ella.

— No Lars, con esta estamos a mano — dijo ella en un tono de voz comprensivo — como sea, las dejo, tengo muchas cosas que hacer — añadió y cortó la llamada.

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