Capítulo 43.

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Me paralice por un segundo cuando sentí el frío recorriéndome la espina dorsal, pero fue una sensación que duró apenas unos segundos, aquel escalofrío solo podía significar una cosa.

Las puertas del infierno se abrieron.

Me detuve un segundo, a mitad de la casa, esperando sentir los cientos de almas y demonios escapándose de allí, pero solo una lo hizo.

Las puertas fueron cerradas después, pero aquella energía no era lo suficientemente fuerte para salir sin ayuda de la prisión, pero no había otra energía cerca. Al menos no detectable.

Miré el techo, pensando seriamente en quien había escapado, pero la respuesta la tenía sin siquiera formular una pregunta.

Aquello me preocupó pues no sabía si habría escapado para seguir interfiriendo en mi relación con Lucifer o si había otra razón, como matarme.

Terminé de vestirme y salí al encuentro con Lucifer, había prometido ayudarme a mi y a Nix a descubrir al culpable de la muerte de Zarina.

"–Hay cosas que no pueden quedar impunes y los castigos son atroces cuando se trata del infierno." –dijo antes, y supongo que tiene razón.

Sonrió en cuanto salí, y dejó de ser esa sonrisa comprensiva para ser una alegre, una realmente alegre. Lo atribuí a que sabía con certeza que comenzaba a verme mejor después de perderla.

–Hola. –Me acarició las mejillas y depositó un beso en mis labios. –¿Nos vamos?

–Hola. –Le sonreí de vuelta. –Sí, vamos.

Cuando llegamos al restauran que había elegido Nix su moto ya estaba en el estacionamiento.

Nos saludo con una mano desde una mesa en la zona privada y nos dirigimos a él, se veía más repuesto, pero no del todo.

Los días anteriores, siempre aparecía con estragos de una mala noche, a veces con resaca y otras no se presentaba al bar.

–¿Cómo estás? –Le sonreí.

–Bien, ¿qué tal ustedes?

–Todo bien. –Lucifer le saludó con un choque de manos casual, distinto al apretón que veía a diario, aquello me dio la impresión de que se había acercado un poco más al castaño.

–¿Cuál es el plan? –Preguntó después de ordenar, mirando sus manos.

–Supongo que podemos iniciar por averiguar a dónde fue después de su última llamada.

Miré a Lucifer, sin recordar si Shamsiel me dijo dónde la habían encontrado y, siendo sincera, no estoy segura de querer saber.

Sostuvo mi mano por debajo de la mesa discretamente y miró a Nix. –La encontraron cerca del lugar donde iba a verse con Ceil, lo que quiere decir que la interceptaron antes de llegar a él.

–Podemos revisar las cámaras de vigilancia que haya en la zona. –Comentó.

–El asunto es más complicado. –El de ojos negros lo miró y luego a mí, sabía por sus ojos que no serían buenas noticias para la investigación. –No hay cámaras allí y las que hay, no funcionaron esa noche.

El pecado del ángel. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora