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Neji caminaba lentamente sumergido en sus pensamientos, meditando en todas las cosas que habían pasado en su vida. Últimamente se había sentido confundido, como si hubiera perdido su camino. Quizás era en parte la certeza de saber que era libre y esa sensación de libertad lo abrumaba.

Ciertamente, había decidido seguir adelante con la idea que su amigo Rock Lee había propuesto; por supuesto, su amigo nunca se enteraría que había decidido vivir al máximo su juventud pues no quería que se emocionara de más. Por esa razón, decidió empezar a hacer esas cosas por su cuenta cuando tuviera la oportunidad; tal vez improvisar un poco de vez en cuando no estaría mal, sobre todo si algunas de esas cosas las compartía con su amiga Tenten.

-- Tenten -- susurró al viento que alborotaba su cabello.

Se detuvo a pensar en ella en medio de la quietud de la noche.

En el rostro del castaño se dibujaba una sutil sonrisa al recordar los últimos acontecimientos ocurridos esa noche. Siempre ha sido muy enérgica, un poco impulsiva también, entendía que al día siguiente despertaría muy avergonzada por lo que había hecho al despedirse de él.

No sabía muy bien como sentirse al respecto pero tampoco era tonto como para no darse cuenta de que últimamente la relación entre los dos se había vuelto aún más cercana. Ya no eran sólo entrenamientos lo que compartían, salían a comer, a caminar, ella lo acompañó a escoger los muebles de su nuevo apartamento; juntos pasearon por la zona del centro para buscar un local en el que la joven pudiera iniciar por fin su nuevo proyecto de abrir una tienda de armas, y así tantas pequeñas cosas.

No podía ignorar que su sonrisa le parecía cada vez más radiante, que sus ojos brillaban más cuando sonreía. No lo ignoraba, sabía que ella lo encantaba un poco pero tampoco había pensado mucho en eso.

Aún estaba pendiente su posición en el clan y no sabía qué ocurriría con eso, era consiente de que, tarde o temprano, tendría que enfrentarlo y luego de resolverlo, tal vez, podría permitirse pensar en ideas románticas.

O tal vez no.

Seguía parado a medio camino entre su hogar y el de su amiga tomando la resolución de que no necesariamente tenía que resolver todos los aspectos de su vida antes de analizar el estado de su relación con Tenten.

Había decidido vivir un día a la vez, tal vez Tenten estuviera tan confundida como él respecto a sus sentimientos y quizás sería interesante aclararlo juntos, pensó sonriendo levemente. Después de todo, ella ya dio el primer paso y ahora era su turno de responder. Era bien sabido que Neji Hyuga no era un cobarde así que no se quedaría atrás.

Sabía que debió devolverle aquel beso pero todo había ocurrido tan rápido. Aunque sus labios se separaron en seguida de los suyos nunca había sentido nada más dulce y cálido.

Decidió regresar a buscarla. Se la imaginaba sorprendida abriendo su puerta para luego invitarlo a entrar y tomar un café doble o quizás triple, para pasar la noche hablando y burlándose de si mismos. Hablarían sobre ese beso, cuando estuvieran sobrios, él no quería presionarla. Entonces sería su turno de besarla, no como ella lo había hecho, corto y rápido, quería sentir más de esos labios. Lo haría a su manera.

Eso pensaba, era su plan, creía que pasaría; nunca se hubiera imaginado lo que le esperaría al abrir esa puerta.

...

Fue justo antes de llamar a la puerta que escuchó un extraño alarido, un ruido brusco que venía desde adentro y luego una voz que gritaba.

-- ¡NO! -- Escuchó, esa voz no era de Tenten.

Derribó la puerta y entró, la imagen que vio se quedaría estampada en su memoria como uno de los peores recuerdos que tendría en toda su vida, su mente había grabado cada agonizante detalle.

Dragones GemelosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora