Neji estaba desesperado casi al borde de un colapso nervioso, sin embargo su aspecto externo era inamovible, estaba sentado con la espalda firme mirando fijamente la puerta por la que se habían llevado a Tenten hace una hora sintiendo como la furia que crecía en su interior no se podía comparar ni siquiera con la inmensidad del dragón que estaba dentro de su amiga.
Confiaba en ella, ahora mismo era más fuerte que nunca, aunque en esta situación era difícil saber si lograría estar a salvo. No le importaba lo que pudieran hacerle a él pero si se atrevían a tocarle un solo cabello...
Sentía odio, un odio muy perverso.
La joven castaña se encontraba de pie en una sala muy diferente a donde los mantenían prisioneros, hubiera pensado que era acogedora de encontrarse allí en otras circunstancias. El lugar tenía todas las comodidades, había ordenadores modernos que producían un tranquilizador zumbido electrónico, grave. Una sala que difería bastante de la estructura antigua y clásica del lugar.
Al igual que el hombre sentado en el escritorio frente a ella; era realmente atractivo. Su hermosura era una suma de defectos: nariz aguileña, su mandíbula era demasiado prominente, su cabello era salvaje y ondulado, incluso sus ojos estaban demasiado hundidos, y, sin embargo, claramente visibles. Si, era atractivo pero peligroso, letal, lo era cuando habló con aquella misteriosa voz profunda y atemporal.
-- Mírame a los ojos y escucha lo que te voy a decir. He decidido que perdonaré la vida de tus amigos y la tuya, si respondes a mis preguntas con sinceridad.
La joven se encontraba en una difícil situación. Podría asegurarse en responder a cada una de sus preguntas con fingida sinceridad pero tenía que hallar la manera de hacerlo escuetamente para no darle demasiada información sobre ella y sus compañeros, no debía saber quienes eran en realidad y que hacían ahí.
Tenía que engañarlo y hacerle creer todas las mentiras que dijera; no debería ser tan difícil para ella, son entrenados para engañar a sus enemigos en el caso de ser necesario. Ahora bien, el hombre frente a ella era consciente, hasta cierto punto que eran viajeros, tal vez ninjas o al menos una clase de guerreros, tenía que hallar la manera de convencerlo que su llegada a ese lugar había sido una coincidencia. No obstante estaba en un gran aprieto, ese hombre era un experto leyendo a las mujeres, aunque ella no era una simple mujer.
El hombre se levantó de su lugar rodeó el escritorio y se acercó a ella, los brazos seguían encadenados a su espalda por lo que estaba indefensa, él daba vueltas a su alrededor mientras hacía las mismas preguntas de antes.
-- ¿Quién los envió?
-- Nadie.
-- ¿A quién buscan?
-- A nadie.
-- ¿Alguna aldea les ordenó investigar?
-- No...
Prosiguieron las mismas preguntas una y otra vez hasta que se convencía que ella no le estaba mintiendo o al menos era la impresión que ella tenía. El rubio se acercó para quitarle las esposas que mantenían sus brazos inmóviles y volvió a sentarse donde estaba al principio. El hombre era indudablemente elegante y seguro de sí mismo.
-- Dame tu camisa -- Lo escuchó decir tranquilamente.
Se regaño a sí misma por dar un respingo al escucharlo, el tipo frente a ella era un degenerado ¡Por supuesto que debía haber previsto que algo así pasaría! No se dejaría intimidar.
-- No -- Dijo decidida.
El hombre se burló de su firmeza, y le dijo con sorna:
-- Disculpa, tal vez me has malentendido; esa no es una pregunta o una petición. Debo admitir que me parece muy encantadora tu manera de ocultar los nervios que sientes pero, la verdad sea dicha, no tengo más tiempo; debemos agilizar un poco las cosas así que, dame tu camisa -- Repitió demandante.
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Dragones Gemelos
RomanceFinalizada El pasado de Tenten es un misterio que pronto será revelado cuando un misterioso joven llegue a su vida para cambiarla de manera violenta. Neji, quien había logrado sobrevivir hizo la promesa de estar a su lado en todo momento. Una histor...