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Tenten veía a lo lejos desaparecer la Isla de la Luna en el horizonte. Mientras más se alejaban, más crecía en ella aquella sensación de tranquilidad y paz que le producía el volver a la realidad como una mujer libre. Podía percibir como poco a poco iba recobrando su verdadera personalidad, apreciaba todo lo que había vivido y aprendido en la isla, a todas las personas que había conocido pero la sensación del metal en sus manos se sentía mejor que cualquier copa de vino o manjar exótico de la isla. Ella era una guerrera, no una bailarina.

Lo mejor de todo era que por fin había destruido aquella maldición que había mantenido a su familia en la oscuridad. Lo segundo y no menos importante, era que estaba completamente convencida de que su amor por Neji había sido correspondido, era más fuerte que nunca. Por primera vez en mucho tiempo se sentía dichosa, miraba con admiración la placa que la identificaba como una ninja de la Aldea de la Hoja brillar bajo la luz del alba.

Ya no era una princesa.

Iban cargados con mucho más equipaje del que acostumbraban por lo que tendrían que viajar como turistas, el capitán aseguró que los dejarían en un puerto en el que podrían alquilar la caravana que llevaría su exagerado equipaje, así que podía despreocuparse por completo de ello.

Cuando estuvieron en la seguridad del lujoso barco privado que los llevaría hacia el País del Fuego, Sasuke les pidió que dispusieran de sus regalos como quisieran, no los necesitaba pues su intensión al tocar tierra era continuar con su viaje y seguir directo al norte de la nación. Solo tomaría para sí una parte del dinero para poder andar con un poco de tranquilidad durante un tiempo, el resto era suyo para hacer con el como gustasen.

Aquella revelación no le pareció nada inesperada, Sasuke siempre le había parecido un personaje algo misterioso; después de algunos años de saber su historia se dio cuenta que definitivamente era algo extraño, enigmático, demasiado solitario y un poco incomprendido. Es aceptable puesto que el trauma de haber perdido a toda su gente tenía que pasarle factura y todo lo que había acontecido después había contribuido en gran manera a que se transformara en un errante; de todos modos ya estaba acostumbrado a hacer todas las cosas a su manera; aún así, una parte de ella esperaba que sintiera que tenía un hogar al cual regresar, al menos de vez en cuando.

Ahora ella podía entenderlo mejor, después de todo lo que le había pasado, después de los recuerdos que había perdido y luego recuperado comprendió lo que es convertirse en una errante luego de ver como desaparecen todos los seres que había amado. La diferencia es que ella había recuperado a su hermana, Sasuke estaba completamente solo, nunca podría recuperar a su familia. No sentía lastima por él, sin embargo entendía su renuencia a regresar a un lugar que le recordaba todo lo que había perdido, tal vez era demasiado pronto para que sintiera a la Hoja como su hogar.

Ella había pensado en regresar a las montañas que habían sido su hogar hace tantos años, pero no tenía el valor suficiente para ir nuevamente a ese lugar. Ese sentimiento lo tenía en común con él.

...

Después de muchos días de viaje el atardecer caía sobre el océano cuando uno de los marineros anunció que en la mañana llegarían al puerto. Muneshige se había mantenido al margen de ellos, era solitario y prefería quedar en su camarote leyendo algún libro antes de tener que relacionarse con ellos. Bien, era su decisión pero tendría que trabajar en eso si quería retomar la relación con su hermana.

Esa tarde, cuando Neji había ido a conversar con el capitán del barco a que le explicara la ubicación exacta en la que atracarían para poder organizar su viaje de regreso a la Aldea, Muneshige le informó a Tenten que no regresaría a la Aldea de la Hoja con ellos, tenía algunas cosas que hacer en su antiguo hogar y luego regresaría para finalmente encontrarse con Ginchiyo.

Dragones GemelosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora