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-- Neji -- Gimió Tenten con su cuerpo en llamas. Se quedó sin aliento mientras sentía como las manos masculinas abandonaban sus pechos para bajar por sus costillas hacia las caderas con rumbo a su centro de placer.

-- Eres hermosa -- Dijo el castaño le acariciaba el pubis. Neji jugueteaba con los risos de su intimidad mientras le mordisqueaba el cuello.

-- Neji -- Suplicó.

-- Tranquila, ya te tengo -- Respondió él con una expresión lujuriosa.

Con sus dedos separó los pliegues de su sexo y la acarició un rato antes de introducir uno de sus dedos provocándole violentos espasmos de pasión que amenazaban con consumirla. Era una deliciosa tortura. La privacidad de la habitación le permitía emitir sonidos de placer sin tener que contenerse y para Neji eran como la más gloriosa melodía que había escuchado en toda su vida. La besó a profundidad antes de bajar con sus besos hasta sus senos sin dejar de tocarla.

Las sensaciones eran demasiado intensas, Tenten dejaba caer su cabeza hacia atrás mientras disfrutaba de aquellos besos y caricias íntimas sin dejar de gemir. Como pudo, instó a su amante a dar unos pasos hasta que quedó sentado en el borde de la cama, ella se deshizo de la prenda interior y así quedó completamente desnuda ante él nuevamente. Se sentó a horcajadas sobre Neji para que pudiera retomar sus eróticas caricias.

Después de un rato Neji se levantó, de algún modo se las arregló para acomodarla sobre el colchón y tumbarse sobre ella sin dejar de besarla, estaba claro que el hombre poseía un gran talento. Tenten estaba sumamente excitada, sentir su peso sobre ella era algo maravilloso; todo su cuerpo convulsionaba con temblores debido al placer que sus caricias le producían.

Aún tenía el pantalón puesto cuando le abrió las piernas con las rodillas para posicionarse en su centro. Sentir su virilidad dura y caliente frotarse contra su núcleo era una sensación indescriptible, sus sexos se atraían como si se tratara de un imán, sus caderas se acompañaron al ritmo de los movimientos que Neji llevaba.

-- Eso es -- Murmuró sobre sus hinchados labios mientras bajaba un poco su pantalón para sacar su miembro y penetrarla de una estocada. Sus embestidas eran tan magistrales que Tenten supo que estaba a punto de llegar al clímax.

La mujer gemía sin control, Neji abandonó sus labios para bajar a sus pechos y empezó a torturarlos de forma implacable con su lengua. Le estaba costando un gran esfuerzo no venirse en su interior, quería que ella llegara al clímax primero que él.

Tenten jadeó sin control cuando él aumentó el ritmo de sus embestidas.

Su cabeza daba vueltas, si seguía a ese ritmo no podría cumplir su propósito. Con un esfuerzo descomunal salió de su interior provocando que Tenten soltara un sutil quejido de insatisfacción que no le duró mucho ya que el joven empezó a besar su sexo ágilmente mientras la penetraba con sus dedos.

Tenten arqueó su espalda mientras soltaba un sonoro gemido de placer, sentir la lengua de su amante acariciándola una y otra vez, arriba y abajo era una deliciosa tortura que la dejaba exhausta y sin aliento.

Tenten se retorcía de una manera muy sensual, Neji sentía como sus muslos temblaban mientras sus uñas se enterraban deliciosamente en su cráneo entonces movió sus dedos aún más rápido y hondo al igual que su lengua que giraba de un lado a otro mientras la penetraba y acariciaba. Tenten movía su cuerpo con violencia, sus manos hormigueaban como si se hubiesen quedado entumecidas. Su garganta se rasgaba con cada gemido, justo cuando creía que ya no podría soportarlo más alcanzó el orgasmo de manera tan violenta que gritó mientras su cuerpo convulsionaba.

De inmediato Neji la penetró con su miembro, dando profundas y agresivas estocadas que aumentaron los espasmos del orgasmo que Tenten sentía hasta que él mismo llegó al clímax. Con su respiración entrecortada se apartó de ella, Tenten sentía su cuerpo palpitar de pies a cabeza debido al placer tan intenso que había experimentado. Había sido un largo viaje en el que apenas se habían podido tocar furtivamente cuando lograban viajar solos en el carruaje o en alguna posada cuando hacían paradas; no había nada como poder entregarse el uno al otro sin restricciones. Neji prolongó su estado de sopor dejando un reguero de besos desde sus pechos hasta sus labios.

Dragones GemelosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora