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Durante el trascurso de esa semana sería la presentación de los postulantes en toda la isla, aunque por ahora estaban confinados en el edificio principal de la ciudad. En la Casa de Nouhime se hacían los preparativos para recibir a los huéspedes y turistas que habían llegado para el espectáculo. Esa misma noche habría una presentación especial en la que un prestigioso instructor explicaría a los turistas sobre los placeres que podrían encontrar en la isla, por si deseaban explorar fuera de los límites de la Casa.

Tenten había notado que Nouhime tenía ciertas reglas que la hacían respetarla aun más y sobretodo, la hacía sentir a salvo. La mas importante era: nada de esclavos en la Casa. Por alguna razón que desconocía, la mujer no soportaba la idea de tener postulantes completamente desnudos paseándose por sus terrenos. Sin embargo era una importante figura en el sistema de la isla por lo que no negaba a sus huéspedes la oportunidad de disfrutar de los esclavos si era lo que deseaban. Después de todo, venían por placer y eso obtendrían.

Nouhime ofrecía un entretenimiento un poco mas sutil pero igualmente sensual: bailarines, música, artistas en general, cantantes talentosos en diversos géneros musicales e idiomas de todo el mundo. Estos hombres y mujeres daban presentaciones espectaculares a todas horas; ejemplares bellísimos de ambos sexos, de todos los colores: castaños, morenos, rubios, pelirrojos, albinos, entre otras gamas de colores que ostentaban algunos en sus excéntricas melenas.

La Casa ofrecía una continua fiesta que parecía nunca acabar; con entretenimiento, comida y bebida disponible para todas las preferencias. Algunos de los empleados de la Casa aseguraban haber sido postulantes anteriormente y, a su modo seguían siéndolo, pues en sus contratos se establecía que su patrona podía solicitar ciertos servicios de su parte si algún turista o cliente se sentía atraído por alguno de ellos, se podría arreglar un encuentro con la autorización de Nouhime, claro está, ya que ninguno de sus empleados era obligado a cumplir alguna orden de índole sexual; sin embargo, ésta se sugería y la mayoría no la rechazaba. Bien fuera por complacer a su señora o por disfrutar también de la compañía de alguna prestigiosa e importante persona que, al igual que los artistas, eran irremediablemente hermosos y deseables.

La desnudez parcial de los habitantes de la Casa combinada con la hipnótica música y el aroma atrayente del lugar provocaba una atmósfera erótica que envolvía a todo el que permanecía en el lugar. La temática del espectáculo variaba según la voluntad de Nouhime. Una noche podía ser completamente tradicional, otro día se podía apreciar un ambiente tropical, algunas veces se daban presentaciones acordes a la tendencia más reciente y en otras ocasiones era algo místico, como un mundo de fantasía dentro del jardín salvaje que era la isla entera.

Al anochecer del quinto día un espectáculo de luces adornaba el jardín siendo disfrutado por los visitantes y huéspedes que llegaban a la casa. Tenten ataviada con un sensual kimono en tonos oscuros, con su rostro adornado por un hermoso antifaz de encaje, su cabello recogido en un complicado peinado al igual que el de todas las mujeres y su piel perfumada, esperaba en la barra pacientemente a que llegara su objetivo.

Mitsunari Ishida.

Un visitante constante, tan misterioso como atrayente que frecuentaba la Casa de Nouhime todas las noches sentándose en la misma mesa a observar las actuaciones de los artistas como si se tratara de un exótico concierto. Sin embargo era sabido que buscaba algo que aún no había encontrado. Nouhime era complaciente y sus huéspedes eran todo para ella, si Mitsunari buscaba algo ella se lo ofrecería a cualquier costo. Yuuki le había explicado a la castaña que Lady Nou enloquecía al no saber como complacer a aquel enigmático personaje, por eso había recurrido a ella.

Tenten había a analizado escuetamente a su señora. Había comprendido que probablemente tuviera un plan al enviarla precisamente a ella a conquistar a ese hombre ¿Acaso pensaba que ella podría llamar su atención? ¡Ni siquiera sabía cómo funcionaba el cerebro de un hombre! Nouhime la había interrogado a profundidad, Tenten se había mostrado ante la experimentada mujer como un libro abierto; aún así no había cambiado de opinión y aquí se encontraba, esperando, aunque su semblante se mostraba sereno estaba nerviosa, muy nerviosa. Intentó serenarse, necesitaba analizar con cabeza fría la situación, necesitaba crear un plan de acción.

Dragones GemelosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora