Capítulo 24

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Querido diario:

Todo es tan complicado...
Después de desvanecerme, desperté en una ambulancia, un paramédico me tomaba signos vitales y me dio algo para calmarme...

Estaba vuelta loca, Seiya y Dárien agarrándose a golpes y yo tenía que sacarlos a ambos, bueno, porque aunque no quisiera, Dárien aún es mi esposo y tampoco soy una desalmada para dejarlo ahí, aunque bien podría quedarse un día más, solo por ser tan obsesivo.

- Serena... - Seiya me ve y corre hacia mi.

Estoy sentada en una banda mientras espero su salida.

Me abraza.

- Gracias por sacarme.

Le devuelvo el abrazo. - ¿Estas bien?

- Si. Y ¿Dárien?

- Mañana vengo por él... - digo sin ganas y él se guarda su comentario.

Caminamos a la salida y yo me muerdo la legua por no soltarle una sarta de cosas. Estoy agradecida pero enojada.

- ¿Me llevas? - pegunta coqueto.

- No.

- ¿Que? ¿Por que no? - está completamente desconcertado.

- ¡Te dije que no me buscaras!

- ¡De que hablas... si no hubiera llegado, quien sabe que te hubiera hecho! - dice molesto.

- Te agradezco infinitamente que me hayas ayudado, pero solo agravaste las cosas, conociendo a Dárien sé que piensa que hay algo entre tú y yo y lo puede utilizar en el juicio, me puede acusar de infiel - veo su expresión y me enojo más - Sí, le fui infiel contigo ¿ok? pero no necesitaba saberlo.

- Tranquila, yo tampoco quería que pasara esto, pero al ver cómo te tenía sujeta y cómo ponías resistencia, la sangre me hirvió, te estaba lastimando... ¿que querías que hiciera? - su tono ahora igual de molesto que el mío.

- Ya te dije que te lo agradezco, pero justo él me preguntaba si tenía otro hombre, ahora todo debe de ser claro para él - levantó la voz - Ya sé que me equivoqué, ya sé que ahora te debo resultar muy hipócrita porque primero me enamoro de ti y ahora me preocupa que Dárien se entere, pero lo siento ¿si? tal vez antes no vi todo lo que podía pasar.

- Serena... Yo no pienso nada de eso. Solo quiero estar contigo, quiero protegerte, me importas ¿que no lo ves?

- Pues si te importo, respeta mi espacio, te dije que cuando arreglara todo yo te buscaría...

- Enserio ¿quieres que me aleje? - me toma del rostro y acerca sus labios a mi, estamos a milímetros.

Mis pupilas se dilatan como respuesta a su cercanía. Comienzo a respirar entre cortado, Seiya causa muchas sensaciones en mi.

- Una palabra tuya y me voy...

Ni siquiera puedo emitir palabra. Su mirada es tan profunda que me hipnotiza. Lo amo, lo amo como loca.

Lo tomo del cuello y lo beso. Me toma por la cintura y me acerca a él. Entrelazamos nuestras lenguas. ¡Maldita sea! ¿Por qué soy tan débil?

Cuando nos separamos por la falta de aire puedo sentir como mi corazón comienza a latir normal, cosa que no hacia mientras nos besábamos.

- Bombón... no quiero que te alejes por favor - dice con la voz entre cortada mientras acerca su frente a la mía.

- Seiya, entiende, tengo arreglar primero las cosas con Dárien. Desde que me enamoré de ti no he hecho las cosas bien.

- Yo tampoco he hecho las cosas bien contigo. Déjame estar a tu lado, apoyarte... si quieres no te volveré a tocar, solo quiero estar a tu lado y ser el amigo que necesitas en estos momentos, tú fuiste mi amiga mucho tiempo y estuviste siempre para mi, en mis peores momentos...

Tiene razón, siempre lo apoye, tal vez si solo nos vemos como amigos, no tenga problemas en el juicio. Y luego, cuando ya haya quedado libre podré hacer lo que quiera. Podré por fin volver a entregarme a Seiya como tanto ansío y podré demostrarle claramente cuánto lo amo.

Tal vez, también este tiempo sirva para que el piense si quiere estar conmigo o no, porque esa también es una posibilidad y tengo ser sincera conmigo misma. Es más, hasta sirve para saber si de verdad Michiru que va a quedar sin hacer nada.

La maldita inseguridad hace mella en mi.
Como dicen por ahí, cada quien habla por la experiencia, y en mi experiencia tengo muchos sinsabores con Seiya, es lógico que me sienta así. Bueno eso quiero creer.

- Está bien... seremos amigos. - finamente acepto.

- Bien - me suelta y subimos al auto.

- Gracias. - digo de la nada.

- ¿De que?

- Por salvarme, la verdad si me dio miedo - acepto mirando hacia otro lado.

- No te preocupes, mientras yo esté cerca no dejaré que te haga daño. - toma mi mano.

No digo nada. No puedo, lo amo, lo amo como una completa desquiciada y me siento toda una idiota alejándolo de mi.

Primero quería su atención, quería que me viera, quería que me amara, y ahora que me está viendo como mujer, que me presta su total atención y que posiblemente me quiera, lo hago a un lado... ¡Quien me entiende! No lo sé, ni siquiera yo.

El Diario de Serena TsukinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora