Capítulo 28

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Querido diario:

No sé por dónde comenzar... Tengo mil sentimientos encontrados... La cabeza me da vueltas, siento ganas de vomitar, ¡esto debe ser una broma!

Te explico...

La tarde en que Seiya me dijo te amo, sentí que mi alma se fue un segundo de mi cuerpo y luego volvió  dándome una sacudida enorme.
Eso de las mariposas no es broma, lo juro, sientes como revoletean dentro de ti sin poder detenerlas.

Me quede callada, por una milésima de segundo pensé que no había escuchado bien, aguanté la respiración, temía voltear a verlo, pero cuando recuperé el aliento lo hice, sorpresa la mía, se había quedado dormido ahí sentado, desnudo. No supe si quería besarlo, ahorcarlo o morirme de risa de verlo en ese estado, más después de lo que había expresado.

Pensé que seguro no se había dado cuenta de lo que había dicho. ¡vaya, y yo que me había emocionado!

Me deslicé lentamente de su lado y busqué en mi closet una frazada, se la coloqué encima y fui a darme un largo baño, para cuando terminé ya eran las 8. Regresé con la pijama puesta y me di cuenta de que Seiya seguía aún dormido plácidamente en la misma posición, ¡pobre, quedó muy cansado! bueno, y como no estarlo, desde lo de Michiru se la ha pasado trabajando y trabajando, supongo que para olvidarse un poco del tema... en fin, como obvio no podía dejarlo ahí, fui a la cocina y preparé unos sándwich con un vaso de leche, luego, recogí su ropa y la metí en la lavadora, regresé a la habitación, deshice la cama y luego busqué algo que le pudiera quedar a Seiya.

Regresé por él.

- Seiya... cariño, ven, vamos a la cama...

- ¿Bombón? - dijo somnoliento.

- Ven, levántate... - tomé una de sus manos y lo ayude a levantarse.

- ¿Me quedé dormido? - me siguió por toda la casa hasta la habitación. No se había dado cuenta que iba desnudo.

- Sí...

- ¿A dónde vamos?

- A que te des un baño, luego cenamos y ¡a dormir!

- ¿Quieres que me quede? - dijo cuando entramos en el baño.

- ¿Quieres quedarte? - le di la espalda mientras abría las llaves del agua, no quería ver su cara al responder.

Me abrazó por la espalda y refugió su rostro en mi cuello.

- Claro, claro que quiero dormir esta noche contigo... - dice en mi oído.

¡Oh por Dios! siento como mi corazón late desbocado por sus palabras.

Me giro y lo abrazó del cuello, sonrió, es una sonrisa que me llega hasta los ojos.

- Será la primera noche que durmamos juntos...

- Será la primera de muchas... - se acerca a mí y me besa amorosamente.

Nos separamos despacio y ambos sonreímos, parecemos dos tontos enamorados.

- Bien, date un baño mientras traigo la cena a la cama ¿te parece?

- Sí... - si sonrisa se convierte en un gesto de confusión - ¡Bombón pero no tengo pijama! - hace un puchero y eso me encanta.

- No te preocupes, busqué algo que tal vez te pueda quedar... aunque... - coloco mi dedo junto a mi labio inferior, como pensando - dormirás sin ropa interior - sonrió maliciosamente.

- ¡Eso será perfecto! - sonríe igual y se acerca a mi oído - de hecho, no sé si dormiremos... quiero hacerte mía un par de veces más...

... Esa fue la noche más maravillosa de mi vida...

Dormir en los brazos de Seiya después de hacer varias veces el amor, fue muy especial, y aunque esperaba que me volviera a decir que me amaba y no lo hizo, no importó; todas sus caricias, sus besos, su gestos, sus palabras me fueron bastante para sentirme aún más enamorada de él.

A la mañana siguiente desperté temprano, pero para mi sorpresa Seiya ya estaba levantado y me tenía el desayuno preparado.

- Buenos días preciosa... - se acercó a mí cuando llegaba al comedor.

- Buenos días cariño... - me pongo de puntitas y le doy un beso en los labios - ¿A qué hora despertaste?

Me ayuda caballerosamente a sentarme y luego él se sienta junto a mí.

- Hace como media hora, tenía mucha hambre, ¿Quieres pan tostado? - me acerca una rebanada y yo se lo acepto con un gesto de cabeza.

- Gracias.

- Te parece si voy a cambiarme a casa y ¿pasamos el día juntos?

Mi corazón da un vuelco de felicidad, saber que Seiya quiere estar más tiempo conmigo me emociona.

- Claro, pero ¿no tienes trabajo?

- Creo que puedo tomarme un día libre, además... - guarda silencio y le da una mordida a su pan.

- ¿Además qué?

- Mañana Michiru tiene cita con el ginecólogo y me ha pedido que la acompañe...

Carraspeo un poco, es un tema que nos pone muy tensos, y a esta hora de la mañana más.

- Ok. - le doy un sorbo a mi café.

- Sabes bombón, haces magia en mí... Cuando estoy contigo siento que mis energías se recargan, me siento en paz, me siento feliz y por eso quiero pasar todo el día contigo.

- Bien, entonces, haré que recargues toda la energía posible - le sonrío, quiero que se sienta bien y además ya no quiero hablar del tema.

Una hora más tarde Seiya vuelve de su casa con ropa más cómoda y una pequeña maleta.

- ¿Y esto?

- Pues quiero dormir aquí, si no te importa...

- Claro que no, me encantó dormir en tus brazos.

Le quito la maleta de las manos y la tiro lejos de nosotros, doy un salto y me subo a horcajadas sobre él, lo beso, lo saboreo, me deleito de su boca.¡Me encanta!

Después de muchos arrumacos, salimos hacia el parque cercano, caminamos tomados de la mano mientras platicamos de cualquier cosa, pero, momentos más tarde, me paro en seco, Seiya voltea a verme al darse cuenta que he interrumpido nuestros pasos.

- ¿Qué pasa?

No respondo. Seiya gira su cabeza en dirección hacia donde yo estoy observando, también se queda pasmado.

Dárien camina tomado de la mano de una mujer de pelo largo y negro, es un poco más baja que él, es muy guapa no lo voy a negar, pero eso no es lo que me deja en shock, lo que me causa una revoltura en el estómago es su vientre abultado.

El Diario de Serena TsukinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora